Todo sea por evitar el divorcio entre la Argentina y Brasil
Cómo impactará en la relación el Memorándum de entendimiento sobre el financiamiento del comercio bilateral firmado en Costa do Sauipe el mes pasado
Si imagináramos una ceremonia de casamiento, veríamos a uno de los cónyuges prometer al otro fidelidad, compañía en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, y hacerle un juramento de amor, hasta que la muerte los separe. A lo largo de la sociedad conyugal el matrimonio pasa por diferentes situaciones: crisis, alegrías y, con mucha paciencia, consigue que la relación perdure en el tiempo. Para que sea "para siempre" necesita de mucha perseverancia, pero, sobre todo, de inteligencia.
Esta realidad es perfectamente comparable con la relación entre Brasil y la Argentina, países que por circunstancias propias y ajenas pasaron por momentos de inicio de la relación (1991), de mutuo conocimiento y apuro por formalizar (1991-1995), momentos de mucha felicidad (1997-1998), problemas de uno de los cónyuges (desvalorización del real en enero de 1999), problemas del otro cónyuge (crisis argentina de 2001), algunas crisis menores y algo de pérdida de interés de uno por el otro, (2002-2008), coqueteos para darle celos al otro (quejas de Brasil sobre la importancia que estaban tomando China y México en el comercio exterior argentino), crecimiento económico aislado de uno en relación al otro (la economía brasileña se fortalece, consiguiendo el grado de inversión, pasando a ser acreedor internacional, y "player" de importancia en las relaciones internacionales), falta de confianza por determinadas actitudes de una de las partes (instrumentación de las restricciones a las importaciones, cepo cambiario y DJAI por parte del gobierno argentino a partir de 2011 a la fecha), discusiones casi constantes (sector automotriz, déficit argentino por la balanza comercial) y finalmente, la necesidad de encontrar una salida para evitar el divorcio.
Precisamente es esta búsqueda de una salida para evitar el "divorcio" lo que originó este artículo.
El 28 de marzo último se reunieron en Costa de Sauipe, estado de Bahía, Brasil, un equipo de técnicos de ambos países que, liderados por los ministros Axel Kicillof (Argentina) y Mauro Borges (Brasil), firmaron un "Memorándum de entendimiento sobre el financiamiento del comercio bilateral Brasil-Argentina".
Los objetivos de ese documento eran (son):
1. Promover el comercio bilateral entre Brasil y la Argentina por medio de la reducción de la incertidumbre y de la ampliación de la confianza de los operadores comerciales y financieros
2. Facilitar el financiamiento del comercio bilateral entre Brasil y la Argentina
3. Garantizar los flujos comerciales y los flujos de pagos asociados a ellos, relativos a operaciones del comercio bilateral
Cuando nosotros -humildes operadores del comercio exterior entre los dos países- leímos los objetivos, nos resultó imposible no pensar que:
a. "El gobierno de Brasil está considerando seriamente que la Argentina puede interrumpir el pago de importaciones en cualquier momento?"
b. "El gobierno de Brasil quiere aprovechar esta alternativa para colocarse como opción de solución ante un agravamiento del saldo de reservas internacionales argentinas"
c. "Esto lo haría a cambio de ampliar las exportaciones e impedir al máximo la aplicación de restricciones al comercio, made in Brasil".
El mismo memorándum, vuelve a darle importancia al comercio por medio del Sistema de Monedas Locales (SML), indica que podrán emitirse títulos en moneda nacional con corrección cambiaria para facilitar el comercio, y manifiesta específicamente que las partes reafirman los compromisos de entrada al país importador de los flujos comerciales, brindándoles, en el marco de los compromisos existentes, agilidad en cualquier trámite administrativo y/o aduanero vigente.
En la misma línea (dejando claro que Brasil puede financiar desde que la Argentina retire las barreras), refuerza que las partes se comprometen a garantizar la fluidez del flujo comercial, libre de restricciones que no puedan justificarse bajo el amparo del artículo Nº 50 del Tratado de Montevideo de 1980, artículo este que sintéticamente sólo permite como base de restricción al comercio, los siguientes motivos:
"a) Protección de la moralidad pública; b) Aplicación de leyes y reglamentos de seguridad; c) Regulación de las importaciones o exportaciones de armas, municiones y otros materiales de guerra y, en circunstancias excepcionales, de todos los demás artículos militares; d) Protección de la vida y salud de las personas, los animales y los vegetales; e) Importación y exportación de oro y plata metálicos; f) Protección del patrimonio nacional de valor artístico, histórico o arqueológico; y g) Exportación, utilización y consumo de materiales" nucleares, productos radiactivos o cualquier otro material utilizable en el desarrollo o aprovechamiento de la energía nuclear.
Traduciendo: Brasil no aceptará como motivo para restringir el comercio medidas arbitrarias por parte del gobierno argentino como, por ejemplo, las DJAI.
¿Cómo termina la historia ? Durante esta semana, el gobierno de Brasil debe destinar 400 millones de dólares para el Fondo Garantidor de Exportaciones (FGE) para darles cobertura a los bancos comerciales de Brasil, en caso de que la Argentina declare la imposibilidad de pagar importaciones realizadas desde Brasil.
Esta medida busca recomponer las exportaciones de Brasil hacia la Argentina que, en el primer trimestre del año, cayeron 26% para productos manufacturados.
La existencia del FGE permitiría aumentar la prefinanciación de exportaciones brasileñas a la Argentina, operaciones estas que estaban sufriendo resistencia por parte de los bancos brasileños por los riesgos de adelantar fondos a los exportadores de Brasil, que después no pudieran ser cobradas ante una imposibilidad del importador argentino a remitir los fondos a Brasil.
Los dos países se encuentran muy próximos a un acuerdo, pero ya han surgido algunos frentes de tormenta en el momento de "discutir la relación":
- El gobierno argentino está presionando al gobierno de Brasil para que las empresas automotrices utilicen más autopartes nacionales
- Brasil aceptaría implementar toda esta ingeniería financiera solamente con el compromiso de que el gobierno argentino libere la entrada de productos (que indirectamente, aumentaría el déficit de la balanza comercial de la Argentina en relación a Brasil)
- Para "aceptar la ayuda de Brasil" el gobierno argentino pone como condición que en la negociación del acuerdo automotriz, sea disminuido el índice de compensación (hoy de U$S 1,95 por cada U$S 1 exportado) para equilibrar la balanza comercial entre los dos países
Conclusiones
Brasil está dispuesto a financiar las exportaciones a la Argentina a partir de que se levanten las restricciones.
Al margen de las exigencias que el gobierno argentino desea implementar para ser ayudado (suena un poco extraño, pero la realidad es esta misma), queda la pregunta si, en el caso de que la Argentina flexibilice las restricciones, este acuerdo no podría ser contestado ante la OMC por la condición de Nación favorecida.
En el mientras tanto?. Brasil y la Argentina continúan conviviendo como una pareja que se conoce hace mucho tiempo, que se quiere, que a veces se respeta y que por sobre todas las cosas parece poner en práctica aquello de "más vale malo conocido que bueno por conocer".
Como decía la canción interpretada entre otros por Fausto Papetti: "Yo te amo, ¡yo tampoco!".
Los autores son socios directores de Center Group Int