Un handicap que es demasiado costoso
La sobrevaluación del peso es uno de los elementos que afecta la competitividad de las pymes agroindustriales
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Continuados y significativos saldos comerciales favorables por más de 8 años pueden hacernos olvidar cuestiones pendientes, algunas importantes, casi cruciales, y otras que requieren urgente tratamiento.
Entre estos últimos sobresale sin duda la pertinaz apreciación de nuestra moneda vis a vis el dólar, el yuan y en menor medida con el euro, que comenzó en 2008 y se agudizó en 2010 y lo que va de 2011.
Apreciación que no afectó a las commodities agrícolas -crecieron en volumen y valor dado los mejores precios- ni a las exportaciones de las automotrices ligadas como están a la complementación productiva y comercial con Brasil y México, en menor medida, pero sí a las provenientes de agroindustrias regionales y las industriales de pymes.
En un mundo en el que los países desarrollados -todavía más del 50 % del PBI en paridad de poder adquisitivo-, seguirán en dificultades por lo menos durante todo 2012, influyendo decisivamente en un menor flujo de comercio e inversiones, el peso sobrevaluado es un handicap demasiado costoso en términos de competitividad internacional.
Lo más urgente, en este sentido, no es devaluar más rápido sino contener la inflación y volverla a los porcentajes normales de la región que promedian un 5/6% anual. Como desandar el camino inflacionario llevará tiempo, mientras se deberían eliminar las retenciones del 5% que tuvieron un sentido en la emergencia, pero no hoy y que gravan las exportaciones MOA y MOI con valor agregado.
En lo importante, varias reflexiones para entender su significado:
a) ¿Por qué tenemos déficit comercial creciente con el Brasil, cuando las importaciones de ese país superarán este año los US$ 230.000 millones y nuestra participación en ellas es cada vez menor, pese a la sobrevaluación del real?
b) ¿Por qué nuestra participación en las importaciones de Chile cayó del 18,5% en 2004, al 8,8% en 2010 y este año sólo alcanzarían el 6,5%?
c) ¿Por qué la participación de pymes cayó del 12,8% de las exportaciones MOA y MOI -no incluye productos primarios ni combustibles- desde principios de la década al 10,8% de las totales hoy?
Los dos primeros interrogantes tienen que ver con las dificultades de aumentar volumen y diversificar la canasta exportadora frente a países que crecieron fuerte en su intercambio comercial en la última década. En el caso del tercer punto, las pymes exportadoras aumentaron en número a lo largo de la década, pero con fuertes oscilaciones de entrada y salida anuales, lo que indicaría las dificultades para su internacionalización permanente.
Hay mucho por hacer desde lo importante y también desde lo urgente, porque si bien representan agendas diversas y de distintas complejidades, unas y otras se complementan para enfocar al comercio exterior desde una visiósn de mayor alcance, pero con la mira de la rápida puesta en vigencia.
El autor es profesor de la Untref y de la UCA
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