Cuando la cultura se come la estrategia en el desayuno
Cada actor social, como las empresas, tiene un rol en configurar conductas
Siguiendo una sintaxis futbolera, "a esta altura del partido", ya deberíamos conocer la diferencia entre estrategia y cultura. Para entenderla, no hay mejor ejemplo que la siguiente frase: "Cuando Napoleón se encontraba en una habitación en París con todos sus generales debatiendo la mejor manera de invadir Rusia, estaban preparando una estrategia. Pero hacer que un millón de soldados marchen convencidos en el medio de la nieve a Moscú, eso era cultura". Las mejores empresas para trabajar o los mejores países para vivir tienen una cosa en común: una sólida cultura alineada a una sólida estrategia, y eso se ve reflejado en las actitudes de cada empleado o ciudadano.
Cuatro elementos constituyen una cultura organizacional: su pensamiento estratégico, su liderazgo, sus valores y sus formas de trabajo. ¿Qué tiene que ver todo esto con la suspensión del Boca-River pasado? Tiene ver con que "cultura" es lo que la gente hace cuando alguien con autoridad no está presente. Es decir, esté o no la policía custodiando, la gente no tira piedras. Sabe que no es correcto. Toda cultura organizacional refiere a un sistema de significados compartidos entre sus miembros, que distingue a una organización o a una comunidad de las otras y configuran el conjunto de creencias, valores y hábitos que guían los comportamientos individuales y colectivos.
La cohesión cultural hace que los colaboradores o ciudadanos se alinean bajo esos valores. La cultura de una organización se expresa a través de las conductas de cada día. Son los líderes los primeros en formar valores y criterios de trabajo a través su ejemplo y decisiones diarias.
¿Hemos conocido organizaciones culturalmente austeras, donde sus líderes son austeros y el resto del personal también lo es? ¿Hemos conocido organizaciones donde sus líderes descuidan los gastos y el resto de los colaboradores también? La calidad "de los de arriba", marca la calidad "de los de abajo". La cultura determina cómo somos dentro y eso se refleja afuera. En nuestro "ADN", ¿queremos realmente dejar de "tirar piedras"? Los cambios se planifican de arriba para abajo, pero se llevan a cabo de abajo hacia arriba: primero cambiamos las personas, luego los equipos y, finalmente, una organización o comunidad. Desde el liderazgo hay que trabajar en el plano familiar, ¿qué hacemos desde nuestros hogares para que padres e hijos "no tiren piedras"?; en lo educacional, ¿qué se hace en los colegios y en las universidades?; en lo organizacional, ¿qué hacemos desde las empresas privadas, los entes públicos, los clubes, para que dirigentes, trabajadores y asociados "no tiren piedras"? Y en lo institucional: ¿qué se hace desde el Estado?
Una vez que cada uno haga lo que tenga que hacer, comenzando por los líderes, tendremos y seremos mejores ciudadanos. Recuperar ciertos valores y fortalecer otros, nos hará un mejor país. Y vale recordar que "la cultura se come la estrategia en el desayuno" de todos los días.
CEO de la consultora Umana y escritor
Gabriel Paradiso
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