Dólar soja: la nueva medida para el agro presionaría al alza al blue y a los financieros, según los economistas
El programa trae aparejada una emisión monetaria que será incluso más alta que en las ediciones del año pasado; parte de los pesos extra que circulen en la economía podrían ir a parar a los tipos de cambios libres, tal como sucedió en las versiones de septiembre y diciembre
El dólar agro no es un buen negocio para el Banco Central (BCRA). Si bien le permitirá acumular reservas, necesarias tras haber registrado en el primer trimestre la peor pérdida de divisas en 20 años, los números no cierran. Sale a comprarle a los agroexportadores un dólar a $300 y se los vende a los importadores a $214. Una brecha de $86 de diferencia (40%) en la que sale perdiendo, pero que logra cubrir al poner en funcionamiento, una vez más, la máquina de hacer billetes.
Para los economistas, la emisión monetaria que trae aparejada la medida no solo provocará más inflación. También terminaría presionando al alza al dólar blue y los financieros, aún cuando el Gobierno intenta mantener este año las cotizaciones controladas, en vistas de un año electoral. Sin ir más lejos, ayer la Comisión Nacional de Valores cambió los plazos del parking de los activos que se utilizan para hacerse del tipo de cambio contado con liquidación (CCL). Así, ganaría poder de intervención.
El efecto alcista que generará sobre los dólares libres no será inmediato, aclaró Fernando Marull, economista de FMyA. Pero, en algún momento, la emisión se reflejará en las cotizaciones. En septiembre, durante la primera versión del dólar soja, el blue subió $18 (+6,6%) y el MEP $24 (+8,5%). En diciembre, con la puesta en marcha del dólar soja 2.0, treparon $28 (+8,8%) y $14 (+4,4%), respectivamente.
“Dicen que la sábana es corta. Pero el Gobierno no tiene ni siquiera eso, tiene una mantita. Cuando intenta fortalecer un lado, le trae problemas por el otro. Empezando con que el dólar soja III no se debería haber aplicado, porque dejó de ser una medida extraordinaria para ser una común que se saca cada tres meses. Además, es una época normal de liquidaciones, no iba a haber una gran diferencia de liquidez con o sin este programa. Entonces, ¿por qué están haciendo esta operación? Para asegurarse que los dólares entren rápido y porque es una emisión por fuera de lo que permite el Fondo Monetario Internacional (FMI). Esa emisión los va a ‘ayudar’ a cumplir con el programa de deuda”, dijo el analista financiero Christian Buteler.
El dólar agro estará vigente hasta el 31 de mayo para los productores de soja y hasta el 30 de septiembre para las economías regionales. Mientras tanto, para “maquillar” el desbalance contable del BCRA, se autorizó a emitir una letra en dólares a diez años, que devengará una tasa de interés igual a la que devenguen las reservas internacionales de la autoridad monetaria. Será “por la diferencia patrimonial que le haya generado al Banco Central de la República Argentina la realización de las operaciones”, según detalló el artículo 19 del decreto oficial.
“La medida apunta a acumular transitoriamente reservas durante el segundo semestre a costa de emisión monetaria relevante que presionará casi inmediatamente sobre la brecha cambiaria (que tiene piso de 90%) y sin tanto rezago sobre los precios (que parecen haber encontrado un nuevo piso mensual de 7%). Es probable que le sirva al BCRA para maquillar los efectos de la sequía y acercarse a la suba de reservas requerida por el FMI del segundo trimestre en torno a los US$7000 millones (desde un stock en US$2100 millones al 31/03) y, de esa manera, garantizar el desembolso de septiembre”, consideraron desde Portfolio Personal de Inversiones (PPI).
En el mismo sentido apuntó Adrián Yarde Buller, chief economist & strategist de Facimex Valores, quien coincidió que el esquema tiene un efecto monetario “fuertemente expansivo”. Según cálculos de la sociedad de Bolsa, en caso de que se liquiden US$7000 millones, el Central incurriría una emisión monetaria neta mayor a $1,6 billones para acumular US$4800 millones. En caso de que se liquiden US$9000 millones, la cifra asciende a $2,1 billones.
“Es una inyección monetaria significativa que equivale al 32% de la base monetaria del mes pasado (41% en el escenario de US$9000 millones), por encima del 27% alcanzado bajo el dólar soja 1.0 y el 14% del dólar soja 2.0. Esto agregará presión al tipo de cambio implícito (MEP y CCL), la inflación y el déficit cuasifiscal por la acumulación de pasivos remunerados”, argumentó. Desde PPI agregaron que la pérdida patrimonial del BCRA o emisión sin respaldo (los $86 de diferencia) sería del 0,3% del PBI. Frente al 0,5% y al 0,2% que registraron los programas previos.
“Todo esto va a terminar afectando a los dólares libres. Porque parte de esta masa monetaria, de los pesos que empezarán a circular por las calles, van al tipo de cambio. Ahí el Gobierno tiene la idea de intervenir los financieros mediante el canje de deuda en pesos. No para bajar o planchar los dólares, sino para que acompañe la suba del resto de las cotizaciones e intentar evitar que haya una corrida”, cerró Buteler.
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