El Banco Patagonia prevé salir a la Bolsa
La entidad, de fuerte crecimiento en los últimos años, estudia nuevas oportunidades
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Después de absorber sucesivamente, en menos de dos años, a los bancos Sudameris y Lloyds y lograr así multiplicar por cinco su patrimonio y por nueve sus activos, el Banco Patagonia se prepara para su próximo objetivo: duplicar su actual cuota de participación en el mercado bancario para llevarla "del 2,5% actual promedio a un 5 o 6% en uno o dos años", confió ayer su presidente y principal accionista, Jorge Stuart Milne.
Sus accionistas estudian el próximo paso sin descartar ninguna opción. En la entidad trabaja un grupo de profesionales que analizan las posibilidades de compra que se pueden presentar, mientras otra comisión recientemente creada examina los trámites por cumplimentar para abrir su capital a la Bolsa como una forma de financiar su expansión, "algo que estaríamos en condiciones de hacer en dos años", dijo Stuart Milne.
Por el momento están concentrados en el crecimiento orgánico. "Tenemos mucho por crecer con la estructura que tenemos. Y para ampliar nuestra cobertura geográfica está previsto abrir dos nuevas sucursales: una en Formosa y otra en Santiago del Estero", expresó su director financiero, Rubén Iparraguirre, con lo que se conformaría una red comercial de 152 casas, el 50% de las cuales se encuentra localizado en el interior, donde aspiran a hacerse fuertes en la atención financiera a las pequeñas y medianas empresas vinculadas con la exportación.
Para orientar su oferta hacia ese sector, el banco opera con un tope de crédito. "No prestamos más del 1% de nuestro patrimonio, lo que equivale a $ 1.500.000", dijeron. Pero para demostrar que no descartan cualquier posibilidad Stuart Milne admitió que cuando se active la reprivatización del Banco Bisel, la entidad con sede en Rosario hoy administrada por el Nación, "compraremos un pliego e iremos a ver".
El énfasis que pone en el crecimiento tiene bases sólidas. El Patagonia es uno de los bancos más capitalizados del sistema, a tal punto que no hace uso en su contabilidad de la dispensa con que cuentan las entidades tras la crisis para contabilizar su tenencia de bonos públicos a valor técnico y ya la sinceraron a valor de mercado.
Esto, que antes ofició como una carga, en el último trimestre permitió a la entidad beneficiarse de la fuerte suba que registraron los bonos, que, trasladada a su balance, le permitió mostrar una aceleración de sus ganancias: saltaron de $ 24 millones -a marzo- a $ 70,4 acumulados en el año hasta junio pasado, a razón de 11,2 millones por mes.





