El cepo importador y la inestabilidad cambiaria hacen caer la producción
En una encuesta de la Unión Industrial Argentina, las empresas afirman que empeoró la restricción para ingresar insumos y que la escalada del dólar afectó sus operaciones
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La Argentina no les ofrece el mejor campo de acción a las empresas. Durante los últimos meses, las tensiones macroeconómicas empezaron a tomar un rol más protagónico en la coyuntura económica de las compañías, con las restricciones a las importaciones y los problemas en el mercado de cambios a la cabeza de los principales palos en la rueda para la producción, con suba de costos y mayor presión en la cadena de suministros, según advierten los empresarios.
El cepo a la importación no es nuevo, pero cada vez se hace más asfixiante. “Más de la mitad de las empresas indicaron un empeoramiento de las restricciones a las importaciones de insumos para la producción. Los tiempos de aprobación de las SIRA empeoraron para el 64% de las empresas, mientras que el 58% indicó una reducción en la proporción de solicitudes aprobadas”, señaló un informe con la II Encuesta Anual del Centro de Estudios (CEU) de la Unión Industrial Argentina (UIA).
A esto se suma el problema cambiario. En ese sentido, el informe de la UIA consignó que 9 de cada 10 empresas indicaron que se vieron afectadas por las tensiones cambiarias registradas en las cotizaciones paralelas durante la última semana de abril. “Durante los días que estuvo vigente el relevamiento (del 2 al 16 de mayo), la mayoría de las empresas encuestadas indicó dificultades para el abastecimiento de insumos: subas en los precios de lista de sus proveedores (86%), falta de precios de algunos insumos (74%) y suspensiones en la distribución de algunos insumos por parte de sus proveedores (62%)”, se indicó.
En la misma encuesta se aclaró que, si bien a lo largo de mayo se redujo la volatilidad cambiaria, en el marco de la suba de la tasa de interés, persisten un clima de incertidumbre y dificultades en el corto plazo para las empresas asociadas a la disponibilidad de insumos, la suba de costos y el entorno macroeconómico general.
Eso no es todo. Casi la mitad de las empresas manifestaron que la resolución 5339 de la AFIP (que suspendió los certificados de exclusión del régimen de percepción de Ganancias e IVA para importaciones de bienes hasta el 31 de diciembre de este año) impactó en un incremento en los precios de lista de sus distribuidores, lo que afectó tanto a grandes empresas como a pymes. “En algunos casos, se suspendieron inversiones que requieren de maquinaria importada (26% de las empresas) mientras que en otros se perdieron exportaciones por pérdida de competitividad (17%)”, se detalló en la encuesta del CEU.
A la hora de traducir en estadísticas todas estas problemáticas, se puede ver que 64,5% de las empresas encuestadas respondieron que en abril empeoraron los tiempos de aprobación de las SIRA; 60,3% dijo que empeoraron los plazos de pagos a proveedores, mientras que 58,2% respondieron que empeoró la aprobación de sus solicitudes.
El economista Pablo Dragún, director del CEU, comentó que, si bien se sigue la tendencia de enero, que siempre es peor por lo estacional, se ve en la producción que 19,3% de las empresas dicen que tuvieron suba de producción y 34,5% que sufrieron caída. “Lo que se observa al ver la serie larga es que hasta octubre estas cifras daban al revés; a partir de ahí empezó a empeorar”, destacó.
Dragún agregó que resultados parecidos se observan al analizar las ventas internas y las exportaciones. De hecho, 41,5% de las empresas respondieron que tuvieron caídas en sus ventas internas, mientras que solo 19,7% dijeron que tuvieron subas; y en cuanto a las exportaciones, 37,7% reportaron caídas, mientras que 12,4% tuvieron alzas. “Es verdad que más allá de los problemas macroeconómicos hubo un par de cisnes negros, como el déficit energético y la sequía”, afirmó el economista.
Respecto del futuro, Dragún dijo que hay una leve mejora, que atribuye sobre todo a que ya no afectará la sequía y que se espera que con el nuevo gasoducto se solucionen algunos temas de energía. “Hay mejor expectativa sobre la situación propia (36% espera que su situación mejore), que sobre la del sector (32%) y la del país (31%). Esto es una variable que vemos desde que arrancamos con esta encuesta desde 2021; lo que sí se dio en los últimos meses es que cayó mucho la expectativa de cómo va a estar la propia empresa”, concluyó.
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