El Gobierno, convencido de su enfoque gradualista

"No sabemos cuál será el resultado, pero sí sabemos que este es el camino correcto." La frase sale de boca de un importante funcionario de la Casa Rosada, que ratificó que el Gobierno, antes y después de las elecciones de octubre próximo, seguirá con un sendero gradual de reducción del déficit fiscal.

"Acá no habrá fuerte ajuste después de octubre ni habrá un superministro ni tampoco hay superpoblación de gente: hace 14 meses que las vacantes en el Estado están congeladas", expresó con firmeza, luego de los trascendidos periodísticos que hablaban de una fuerte reducción de personal después de los comicios legislativos de este año.

Con un tono parecido, un integrante del equipo del Ministerio de Hacienda indicó que "más que mirar mes a mes lo que está pasando con el déficit, lo que tenemos que demostrar es una reducción consistente en los próximos dos años, al igual que con la inflación. Si lo conseguimos, la Argentina será otra".

En diálogo con LA NACION, ambos funcionarios del gobierno de Mauricio Macri hablaron sobre la estrategia oficial para las cuentas públicas. También el ministro Nicolás Dujovne ratificó el enfoque gradualista al disertar en la Cumbre Financiera Argentina la semana pasada. "Después de octubre no va a haber ajuste fiscal", ya que este gobierno trabaja sobre la base de la "responsabilidad fiscal", según señaló el funcionario.

"Soy sumamente optimista respecto del plan fiscal que planteamos y estamos convencidos de que el país requiere de un Estado que genere ahorro para realizar las inversiones que se necesitan para generar inclusión", indicó.

En el caso del Ministerio de Hacienda, el plan de acción se traduce en reuniones con los equipos de cada ministerio nacional para revisar el presupuesto partida por partida, antes de definir los "techos" de gasto que habrá para 2018.

"Es la primera vez que se peina el presupuesto en forma fina para reducir el gasto ineficiente, además de impulsarse la ley de responsabilidad fiscal con las provincias", afirmó, entusiasmado, el integrante del gabinete de la cartera que conduce Dujovne.

En la Jefatura de Gabinete aclararon que "la corrección fiscal será gradual, junto con una reforma tributaria paulatina que tenga efecto en los próximos cuatro años". Y reforzaron esa idea: "No hay espacio para hacer otra cosa".

En este sentido, en Hacienda indicaron que la reforma, que llegará al Congreso después de las elecciones legislativas, partirá de dos premisas: no alterar la convergencia hacia un menor desequilibrio fiscal y promover un mayor crecimiento económico de mediano plazo.

Del lado del gasto, explicaron que la intención es "lograr que crezca la actividad económica y mantener el gasto en términos nominales, de modo de poder recortar el déficit".

Para el equipo del Gobierno, la variable clave a observar es la reducción del riesgo país, por los efectos que esa tendencia podría tener. "Es clave el financiamiento para estos cuatro años de transición, sobre todo si seguimos con este nivel del 4% promedio de este año [del costo de financiamiento], porque eso le brindará sustentabilidad al nivel de deuda", indicó el funcionario.

El norte es "lograr que el país obtenga la nota de grado de inversión para las calificadoras de riesgo", de modo de bajar el costo de la deuda soberana.

Con la suba en el empleo provincial y municipal, más la moratoria previsional implementada en el kirchnerismo, "el único rubro que queda por bajar es el de los subsidios", concluyó. Con los números finos, desde Hacienda prometen que este año el gasto primario bajará del 42 al 40% del PBI, al reducir las erogaciones corrientes.

"El financiamiento del Banco Central al Tesoro cada vez es menor; ¿podría bajar más? Sí, pero no sería consistente con el resto del programa que tiene el Gobierno", explicó el economista del equipo de Hacienda. Algo agobiado por los desafíos pendientes, sentenció: "La mejor reforma no es la ideal, sino la que resulta sustentable en el tiempo".