Empresarios, a la espera de la llegada de créditos
Creen que con el acuerdo con el Club de París tendrán mejor financiamiento; unánime satisfacción en las principales entidades
Era a principios de este año. Un grupo de empresarios se reunió con el ministro de Economía, Axel Kicillof, para tratar diversos temas. Casi sin querer, la conversación derivó en la conveniencia, según entendían los ejecutivos, de llegar a un acuerdo con el FMI, con Repsol y con el Club de París. "¿Por qué?", les preguntó Kicillof. Le respondieron que de esa manera se destrabarían fondos internacionales para sus compañías. Se fueron con la idea de que nunca antes el ministro había escuchado esas palabras del sector privado.
Mucho antes, en enero de 2007, el ministro de Planificación, Julio De Vido, por aquel momento hombre fuerte indiscutido del gobierno de Néstor Kirchner, había viajado a Alemania junto a un grupo de periodistas, funcionarios y empresarios invitados por Siemens. El objetivo era ver el avance en la confección de las turbinas que esa empresa estaba fabricando para proveer a dos centrales eléctricas de la Argentina. El viaje incluyó un velocísimo paseo por un tren de alta prestación que había hecho la empresa. Eran tiempos en que en la Argentina se hablaba del "tren bala" y Siemens era una de las candidatas a quedárselo. Pero también se hablaba del Club de París. "Hasta que no se solucione ese conflicto, nos es imposible financiar un proyecto de esa envergadura", lamentó en un rudo español uno de los ejecutivos de la empresa que quería venderle ese proyecto, valuado en US$ 4500 millones.
Son apenas dos apostillas que pueden explicar la algarabía del sector empresario tras la firma del acuerdo con el pool de países acreedores, anteayer. A ellos no les preocupa que el kirchnerismo demorara más de lo que querían para saldar las cuentas, ni que el gobierno siguiente deba hacerse cargo de una parte más suculenta de los pasivos, sino que están encantados porque el acuerdo pondrá aceite a un engranaje crediticio al que hasta ahora sólo se le había echado arena.
La Asociación Empresaria Argentina (AEA), que reúne a las mayores empresas del país, manifestó su "satisfacción", ya que "es un paso importante hacia la integración" del país al mundo. "AEA siempre ha insistido en que una plena integración al mundo y en particular el acceso normal a fuentes externas de financiamiento son objetivos de gran importancia, ya que contribuirán de manera decisiva al desarrollo de nuevas inversiones productivas, la creación de empleos y el aumento de los niveles de vida de todos los argentinos", explicó.
En nombre de la Unión Industrial Argentina (UIA), uno de sus vicepresidentes, José Urtubey, sostuvo que el acuerdo "permite un horizonte de previsibilidad para las inversiones, despeja el camino financiero y ya estamos en condiciones de reinsertarnos en los mercados".
Casi lo mismo dijeron en los bancos a través de sus asociaciones ABA y Adeba. La primera sostuvo: "El acuerdo genera un mensaje y una señal clara hacia los inversores globales". La segunda, que el país podrá "reintegrarse en el flujo del financiamiento internacional".
La Cámara Argentina de Comercio (CAC) mostró "satisfacción". Subrayó que el acuerdo "permitirá al Estado y a las empresas privadas acceder al financiamiento internacional". Mientras que Gustavo Weiss, de la Cámara Argentina de la Construcción, destacó: "Éste es un enorme paso que dio el Gobierno. Ahora quedan algunos temas en el Ciadi y la cuestión de los holdouts. A medida que se solucionen estos temas en el frente externo, se podrá tomar crédito a baja tasa y a largo plazo".