Entre la tradición, la familia y las innovaciones: los desafíos a la hora de crear negocios en el agro

Unir a emprendedores de negocios con investigadores científicos para llevar la innovación al campo. Crear una aplicación que pueda hacer más eficiente y seguro el traslado de mercaderías, o bien, llevar una nueva cultura a la empresa familiar e insignia de la localidad. Estas son solo tres historias de emprendedores del agro que tomaron protagonismo en la cuarta edición de Negocios del Campo.

En un panel moderado por José Del Rio, secretario general de Redacción del LA NACION, Liliana Cagnoli, directora de Cagnoli; Juan José Debuchy; CEO de Humber, y Matías Peire, fundador de Grid Exponential, contaron sus historias en primera persona.

La historia de Cagnoli comenzó a principios del siglo pasado, momento en el que Pedro Cagnoli emigró a la Argentina desde la Lombardía italiana y se radicó en Tandil. Según cuenta la familia, su experiencia combinada con las condiciones climáticas de la zona permitieron que comenzara a producir salames y salamines. Hoy, tres generaciones después, la empresa comercializa más de 40 variedades y se destaca por su mirada social y sustentable.

Este último punto fue impulsado por Liliana Cagnoli, quien se formó como psicóloga social y luego tomó las riendas de la empresa familiar. "Empecé a especializarme en RSE y a trabajar con el Banco de Alimentos, organización que hoy es una prima hermana más de la empresa para relacionarnos con la comunidad", apuntó.

Cagnoli reconoció que uno de los hitos principales que motorizó el negocio fue alcanzar en 2010 la denominación de origen Salame de Tandil. "Estamos enviando a Rusia, Colombia y Paraguay. Queremos que se puedan abrir más puertas, porque entendemos que la exportación es un medio importantísimo para que el país crezca", destacó.

Al momento de definir la dinámica de trabajo dentro de la firma, Cagnoli dijo que uno de los pilares para la continuidad fue que cada miembro de la familia pudiera mirar su potencial y ponerlo al servicio de lo que su padre denomina "la causa", es decir, la empresa. "Nosotros estamos de paso, lo importante es que las cosas queden en el tiempo más allá de lo que uno pueda hacer", definió.

Cagnoli hizo especial hincapié en el trabajo que hacen junto al Banco de Alimentos, organización de la que forma parte hace 12 años en Tandil y de la que hoy es miembro del Comité Ejecutivo de la red nacional. "Tenemos una ley donal que incentiva a la donación. En nuestro país desperdiciamos 16 millones de toneladas de alimentos por año. Tenemos una tierra riquísima y una superproducción de alimentos, pero la realidad es que si recuperáramos tan solo el 30% de eso a través de logística, mano de obra y la tecnología, se terminaría el hambre en nuestro país", aseguró.

Desde Grid Exponential, Peire cumple el rol de "company builder". Es decir, junta los factores y profesionales necesarios para que, desde la unión de una buena idea con una buena gestión, nazca un negocio. Para esto, la aceleradora explora el ecosistema científico en busca de investigaciones que puedan tener un potencial como negocio, especialmente en biotecnología.

Entre los proyectos más conocidos se destacan Granja Celular, que produce carne sintética en laboratorio a partir de células madre, y Beeflow, firma que mejora el proceso de polinización de las abejas. "Cuando producimos tecnología, el mercado es todo el mundo y para eso necesitamos trayectorias de financiamiento en la industria del venture capital, que es la que financia todo este tipo de iniciativas y que no existe en América Latina en las instancias subsiguientes a la nuestra", analizó. Explicó que, por este mismo objetivo, el CEO de Beeflow, Matías Viel, está en Silicon Valley.

Con respecto al proyecto de Granja Celular, Peire contó que se trata de la primera empresa en la región que trabaja con esta tecnología. Aclaró que ven la carne sintética más como un complemento que como un sustituto de la carne animal y reconoció que el principal desafío recae en la posibilidad de escalar el negocio. "Cuando lo que nos limita es una disrupción tecnológica, no significa ni significó un problema para la humanidad. Los problemas más complejos y largos de resolver son los culturales y regulatorios", definió, y resaltó que actualmente hay un proceso de sustitución de agroquímicos que necesita sí o sí de nuevos marcos regulatorios y aprobaciones más rápidas que van a permitir al sector ser más competitivo.

Juan José Debuchy es ingeniero Agrónomo de la Universidad de Buenos Aires. Se desempeñó seis años como manager en Bonterra Inversiones, una aceleradora para desarrollar negocios agropecuarios. "Uno de los proyectos que terminamos armando y desarrollando es Humber, que es un ‘Uber’ para camiones del sector agropecuario", contó.

Como ingeniero, reconoció que sufría al momento de tener que contratar camiones en distintos lugares de la Argentina para que lleguen las semillas y el fertilizante. "Es un mercado muy informal en el que confiás en que el camión llegue, pero no tenés ninguna seguridad. Lo terminás cargando y no sabés bien qué pasa hasta que el entregador en el puerto te avisa que descargó, y eso es todo un alivio", describió.

Debuchy dijo que uno de los principales problemas que tienen los emprendedores locales está en la búsqueda del financiamiento. "Para buscarle la vuelta, nosotros convocamos a las empresas que van a ser usuarios de esta tecnología y a las que les estamos eficientizando la operación y las invitamos a sumarse al proyecto", aseguró y confirmó que hoy son "tres compañías importantes del sector" las que los están apoyando.

Con respecto al impacto que tiene este emprendimiento en el sector de logística y camiones, Debuchy dijo que, tal como en el caso de Uber, "el marco regulatorio surge como una cuestión", pero también apuntó que hay otras trabas, como "miedos al cambio o la transformación de los empleos, que se va a ir dando por el uso de la tecnología".

"Hay miles de casos donde esos puestos de trabajo se van transformando y no hay que tenerle miedo a este proceso, porque no creo que esto vaya para atrás. Hay que empezar a ver cómo jugamos con este mundo dinámico y cambiante y hay que aprender a jugar con esas reglas y ver cómo cada uno puede seguir agregando valor", dijo, y concluyó: "Todos los actores tienen que agregar valor para hacer la propuesta más interesante".