La economía cumplió cinco años de fuerte crecimiento
Entre los segundos trimestres de 2002 y de 2007, el PBI subió al 8,3% anual en promedio
La economía cumplió cinco años de crecimiento ininterrumpido, a tasas estables y muy elevadas, algo excepcional para la historia argentina, aunque el escenario actual da lugar para algunas recomendaciones por parte de los analistas.
En el segundo trimestre del año, el avance del producto bruto interno (PBI) fue del 2,1% respecto del período previo (en términos desestacionalizados), y del 8,7% en relación con el segundo trimestre de 2006. En tanto, el primer semestre de 2007 mostró una expansión del 8,4% en comparación con ese período del año último.
Tras la profunda crisis económica y social de fines de 2001 y luego de tres años y medio de recesión, la actividad empezó a crecer en el segundo trimestre de 2002, comparada con el trimestre anterior.
Tomando aquel momento como punto de partida, el segundo trimestre de 2007 marca el quinto año de alza interanual de la economía entre segundos trimestres. En promedio, la tasa de crecimiento en el lustro fue del 8,3%, con un pico entre 2004 y 2005, cuando el índice superó los dos dígitos.
Según economistas consultados por LA NACION, la historia del país no mostró crecimiento con tasas de esa magnitud y por tantos años desde el período previo a la Primera Guerra Mundial. Hubo, en rigor, períodos más prolongados de expansión (en años comprendidos entre las décadas del 30 al 40 y del 60 al 70), pero a tasas menores y más volátiles.
Según informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el sector con mayor impulso en el trimestre fue el de agricultura y ganadería, con un 16,6% de alza interanual que -cosecha de soja récord mediante- explicó, según el Ministerio de Economía, 1,4 puntos de los 8,7% de alza del producto. La construcción creció un 9,7%; la industria, un 6,5%, y los servicios, un 8,4 por ciento. En cuanto a los componentes del índice, el consumo privado volvió a dar su empuje, con un crecimiento del 8,7%, que sin embargo se desaceleró respecto del 9% interanual del primer trimestre.
La inversión interna bruta se expandió al 13,1% a valores constantes, un punto por debajo de la proyección de economistas que publica el Banco Central. El dato provoca una alerta porque es un factor determinante para el sostenimiento de las tasas de crecimiento del PBI, sobre todo considerando que hay áreas estratégicas, como la energía y la infraestructura, en las que se demanda mayor capacidad.
De todas formas, el ministro de Economía, Miguel Peirano, señaló que se elevó -aunque muy levemente- la participación de la inversión en el PBI, del 21,8 al 22% a valor constante (si se desestacionaliza, el índice es del 22,6 por ciento). La expansión interanual fue más fuerte en lo referido a la compra de bienes de producción (23%) que en la construcción (7,2 por ciento).
Según el economista Roberto Cortés Conde, presidente honorario de la Sociedad Internacional de Historia Económica, "a partir de la segunda mitad del siglo XX no hubo un crecimiento tan excepcional". Recordó que entre 1875 y 1913 se dieron índices importantes, en consonancia con tasas de inversión que rondaban el 30% del PBI, y que no se repitieron más.
Cortés Conde destacó que, si bien el último lustro muestra un proceso excepcional, no debe olvidarse la magnitud de la caída ocurrida en 2001/2002 aunque, a la vez, se debe reconocer que se logró compensar el terreno perdido y ganar algo más.
"Lo que se da ahora es un período con características internacionales muy buenas; la Argentina debería ver cómo incorporar valor agregado con talento local, y ver cómo asegurar la continuidad", solucionando las necesidades en materia de energía e infraestructura, recomendó. Peirano consideró que la buena performance del sector externo "no se relaciona exclusivamente con el buen momento internacional de las commodities". Para justificar su opinión, dijo que hubo un "excelente" desempeño de servicios como los de turismo e informática. En el segundo trimestre, las exportaciones de bienes y servicios crecieron 8,1% interanual, en tanto que las importaciones lo hicieron a un ritmo superior: 19,6 por ciento.
Según la economista Vanesa Broda, se confirma un crecimiento excepcional basado en gran medida en la expansión de la demanda doméstica, y que se da con una tasa de crecimietno de la inversión en desacelaración.
Este último indicador tuvo, en los dos primeros trimestres del año, una evolución significativamente más baja que la registrada en 2006, cuando su expansión fue del 18,5 por ciento.
"La tasa de inversión actual explica cinco puntos del crecimiento del PBI -consideró el economista Fausto Spotorno, del estudio Ferreres & Asociados-; el resto se dio por la capacidad ociosa que quedó después de la crisis." De no haber una mayor participación de la inversión, podría esperarse que el alza de la actividad rondara el 5 por ciento anual en el futuro.
También Lucas Llach estimó que, si bien hay posibilidades de que se extienda en el tiempo la buena estrella del crecimiento, las tasas tenderán a estabilizarse en valores menores.
Según Osvaldo Cado, de Prefinex, es posible esperar que, luego de las elecciones, haya menor inversión en infraestructura y, por lo tanto, se reduzca más el índice de alza de esa variable, a valores de entre el 10 o el 11%, algo que se estaría percibiendo en los datos de principios de 2008.
El índice de precios implícitos en el producto avanzó 13,3% entre los segundos trimestres de 2006 y de 2007. Según Economía, a ese índice se llegó porque los precios del consumo público subieron 21,1%, dado el aumento de salarios, en tanto que en el consumo privado, los valores subieron 11,4%, por arriba del 8,8% del IPC oficial. Pero los índices no son del todo comparables, ya que el IPC toma una canasta de precios más limitada.
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