La nueva economía: cómo opera el Amazon de los laboratorios
EQRX impulsa un modelo de negocios innovador para reducir los costos de desarrollar nuevas drogas
Una startup de biotecnología quiere hacer versiones de drogas existentes. Hasta allí es algo familiar. Salvo por el hecho de que EQRX, una firma con sede en Boston, apunta a lanzar diez medicamentos de alta gama, incluyendo para el cáncer, en 10 años, en lo que sería una hazaña de acuerdo a los lentos estándares del sector. Lo que es más inusual, quiere cobrar un tercio del precio de tratamientos rivales, quizás menos. El 12 de enero anunció la obtención de US$200 millones de fondos inversores, incluyendo la rama de capital de riesgo de Alphabet y Andreessen Horowitz, una firma financiera afamada de Silicon Valley, que destacó que EQRX prometió "reimaginar cómo se crea, prueba y comercializan los medicamentos".
La compañía quiere hacer reingeniería con el modelo de negocios de las grandes farmacéuticas, como lo ha hecho Amazon en el comercio minorista o Spacex en la cohetería. Tercerizará despiadadamente donde sea necesario. Lo que es más ambicioso, quiere reducir los costos directos del desarrollo de drogas, del promedio de la industria de US$375 millones por droga o como estiman algunos, más cerca de US$1400 millones si se cuenta el costo de los fracasos. Melanie Nallicheri, presidenta de EQRX, cree que la firma puede reducir la tasa de fracasos del 90 al 40%. Para hacer esto EQRX usará "medicina de precisión" en la fabricación de drogas. Y con software inteligente analizará las moléculas en cuanto a su potencial de curación y las pruebas de compuestos prometedores se limitaran a pacientes cuya variante de la enfermedad puede ser precisada usando una firma biológica.
Históricamente las pruebas clínicas no eran muy quisquillosas respecto de los participantes que aceptaban. Esto ha cambiado en la medida que las firmas tratan de adecuar las drogas a quienes tienen más probabilidades de responder a ellas. El nuevo enfoque permite pruebas más pequeñas y más baratas, acelerando el desarrollo de las drogas. Xalkori (crizotinib) un tratamiento para el cáncer de pulmón con mutaciones genéticas particulares tardó sólo cuatro años en ser aprobado.
Eso no impidió a Pfizer, su productor, cobrar mucho. El sistema de salud de los Estados Unidos, con sus capas de intermediarios, está lleno de incentivos para mantener altos los precios. Los mayoristas remarcan las drogas. Las aseguradoras de salud y los empleadores usan gerentes de beneficios de farmacia para negociar los precios de las drogas a su nombre. Estos intermediarios pueden obtener una rebaja y quedarse con parte de ella. Como resultado las pruebas de marca pueden ser sólo ligeramente más baratas para los intermediarios que otras alternativas. Al mismo tiempo incluso los pacientes con seguro pueden terminar teniendo que pagar una parte considerable del precio de lista.
Steve Pearson del Instituto de revisión técnica y económica, que examina cómo se compilan los precios, comparado con su valor clínico, dice que el sistema de rebajas en particular a menudo ha ahogado los esfuerzos por competir en base al costo. Drogas ligeramente más baratas conocidas como biosimilares, populares en Europa, han hecho avances limitados en Estados Unidos. EQRX tendrá que ofrecer drogas a precios que son demasiado bajos para que el sistema los ignore.
Los capitalistas de riesgo con grandes fondos ven prometedora la tercera vía de EQRX, entre los medicamentos de marca costosos y los genéricos baratos. Para que esto funcione, EQRX debe volverse bastante grande, bastante rápido, de modo que los mayores volúmenes compensen por los márgenes más bajos. La gente del sector es escéptica; desarrollar drogas es más difícil que desarrollar software, señalan. Aún más difícil, especialmente si la firma pasara a cotizar en bolsa, sería resistir los llamados de los accionistas a cobrar por ellas todo lo que el mercado distorsionado soporte.