La reventa de entradas se fortalece en la Web
Existen sitios online que median entre vendedores y compradores; piden hasta $ 55.000 por un ticket para ver a los Rolling Stones
¿Cuánto pagaría por no quedarse fuera de un show? ¿Mil, dos mil? 50.000 pesos? El precio de reventa de las entradas para uno de los recitales de los Rolling Stones en el Estadio Único de La Plata la semana próxima oscila entre 2500 y 55.000 pesos por un lugar en el campo. La compra de segunda mano tiene, en el caso de la banda británica, un precio mínimo que equivale al doble de lo que decenas de miles de fans pagaron en la taquilla virtual. El "techo" equivale a más de 18 veces los $ 3000 de costo oficial de la entrada de mayor valor, en la platea más cercana a Mick Jagger.
El mercado secundario, librado a la especulación y regido de manera estricta por la ley de oferta y demanda, encierra un negocio expansivo que se mueve, según el caso, a la luz de lo legal o a la sombra de la norma. El crecimiento tiene lugar en un contexto de alza de la industria del entretenimiento en la Argentina. En 2015, la venta de tickets -con especial participación de los espectáculos musicales- se acercó a los US$ 30 millones, según datos de PwC. Y se prevé que hacia 2019 los shows en vivo facturarán US$ 61 millones en entradas y esponsoreos.
En los últimos años surgieron en la Web sitios que median entre vendedores y compradores de tickets, según argumentan, con el propósito de satisfacer una demanda insatisfecha a través de un servicio que solucione el problema a quienes adquirieron una entrada que por algún motivo no podrán usar, al tiempo que repare la situación de quienes han quedado afuera y quieren ser parte de los shows.
El modelo de este negocio, que desarrolla TicketBis, entre otros sitios, difiere del que implementan los marketplaces que conectan a las partes, ya que se interviene en la transacción. "La solución que existía era ineficiente: una plataforma conectaba a las partes y el comprador se llevaba un papel que decía que era una entrada, pero ¿qué pasaba si no era verdadera? Ante el crecimiento del mercado, creamos una solución eficiente al problema", dice el español Ander Michelena, cofundador de TicketBis.
Una encuesta del sitio que vende entradas en 40 países -la Argentina es primero de la región- revela que una de cada tres personas alguna vez tuvo que quedarse con una entrada para un show al que no podía asistir. Entre ellos, un 90% la hubiera vendido si hubiera tenido una opción sencilla para hacerlo. TicketBis, un mercado de reventa autoregulado, se propuso generar una alternativa confiable con un mecanismo para garantizar la legitimidad de los tickets, reteniendo el pago al vendedor hasta después del evento. "También le pedimos una tarjeta de crédito como garantía, y si no es válida la entrada, no sólo le cobramos sino que lo penalizamos", detalla Michelena, cuya empresa también se encarga de la logística para que el ticket llegue a tiempo. El servicio contempla el pago de una comisión que se les cobra a ambas partes: 10% al vendedor y 15% al comprador.
EntradaFan es otro de los sitios que funcionan bajo esta modalidad en el país. La firma, de origen local, aprovecha el auge del entretenimiento para moverse por el mapa hacia Chile, Uruguay y Colombia. Rodrigo Álvarez, director de EntradaFan, destaca el turismo de espectáculos que extiende la reventa de entradas aun fuera de los límites del país. "Ofrecemos entradas a otros mercados para asistir a eventos aquí y lo mismo hacia afuera", dice Álvarez. Además, existe un servicio de ventas corporativas, por el cual se arman paquetes de entradas en los que se agrupa la oferta segmentada. "Permitimos vender a cada usuario un máximo igual al del círculo primario", indica Álvarez. Por ejemplo, cuatro entradas en el recital de los Rolling Stones.
En Mercado Libre, por donde pasa la mayor parte del ecommerce local, también hay reventas. El sitio advierte a los vendedores, con una leyenda, sobre la posibilidad de que la actividad esté regulada (ya que lo está en algunas jurisdicciones y en otras, no), y cuenta con un sistema de prevención de fraude que implementa a través de algoritmos para proteger a los compradores. Las publicaciones no están prohibidas, pero si la Justicia detecta irregularidades sobre algún contenido, la empresa lo da de baja tras el pedido, como fija la jurisprudencia.
El precio medio que pagan los argentinos en las reventas online se ubicó en 2015 entre 900 y 1750 pesos, lo que responde a la dispersión de las cifras en la plataforma. El dato deja entrever otra particularidad del mercado secundario: las ventas de entradas a precios irrisorios no es la regla. Por supuesto que hay casos salientes. Como el que destaca Michelena: "Hasta el momento, la entrada más cara para los Rolling en La Plata fue de 15.000 pesos".
¿Qué pasará con los precios a medida que corran los días? "Hay sobreoferta -dice Álvarez- y por eso, los precios bajaron el último mes". No obstante, en los sitios afirman que cada evento tiene su propia lógica en función de la cual se mueven los precios. Así es como se ha llegado a pagar más de US$ 3000 por una entrada, o se han liquidado a unos US$ 5, como pasó con Lady Gaga en España, recuerda Michelena.
¿Actividad legal?
Mientras las entradas de segunda mano se multiplican con la simplificación de la reventa online, el debate sobre la legalidad de las operaciones sigue sumando matices. En la ciudad de Buenos Aires, la reventa está prohibida desde 2015, cuando por ley (N° 5174) esa actividad con fin de lucro pasó a ser una contravención, penada con multas o arresto. Hay voces que, en favor de las reventas de individuos, acotan la validez de la norma al ámbito futbolístico, que estuvo en el origen de la prohibición. De allí que las plataformas citadas hayan eliminado ese tipo de oferta.
Sergio Mohadeb, autor del sitio Derecho en Zapatillas, concuerda con la ley cuando se trata de organizaciones. "Pero para personas es inconstitucional, ya que una ley local, una ordenanza, no puede contradecir el Código Civil ni la libertad de comercio. Y si Carlos no puede ir a ver a Ricky Martin porque su novia sacó entradas para Kiss, puede vender las entradas al mismo precio que las compró o incluso ganar unos mangos porque no hay habitualidad; son apenas algunas entradas, no hay un fin comercial. La ley tiene buenas intenciones, pero no sea cosa que por querer agarrar al pez gordo terminen filtrando a todos", opina.
En cambio, Norberto Brotto, titular de la Fiscalía N° 2 de la Unidad Fiscal Norte, considera a la norma más abarcativa, dado que "el artículo que regula la reventa está dentro de la seguridad de eventos artísticos y deportivos masivos", explica.
Fuera de la ciudad, aclaran en la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor, "lo que no está prohibido está permitido, con lo cual, la decisión queda a criterio de cada uno y, en caso de estafa, el ciudadano debería acudir a la justicia penal".
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