La tecnología como eje de la inclusión social
El foro debatió sobre la economía digital y su impacto en la sociedad y el crecimiento
MEDELLÍN (De una enviada especial). - El avance de las tecnologías y su incorporación en los procesos productivos, que se da cada vez con mayor diversidad y velocidad, fue uno de los temas analizados por los asistentes al capítulo latinoamericano del World Economic Forum, que terminó ayer en esta ciudad. Un costado explorado de esa temática fue la manera en que la economía digital, la llamada "cuarta revolución industrial", puede ayudar al objetivo de la inclusión social.
El lema del encuentro se refirió, justamente, a la necesidad de reactivar el proceso de mejoras en la calidad de vida de las poblaciones en la región de América latina, frenado por las menores tasas de crecimiento o, en algunos países, directamente por la recesión.
"Hay que repensar el rol del Estado, que debe incentivar a los emprendedores y facilitarles los procesos para que puedan crecer", apuntó el ministro de Modernización, Innovación y Tecnología de la ciudad de Buenos Aires, Andy Freire, que expuso en el taller que se propuso como desafío identificar qué hace falta para que la tecnología permita integrar a los que menos tienen. "El desarrollo de infraestructura es uno de los temas" a los que se apuntó en ese sentido, según el funcionario.
La educación, un tema que tuvo su lugar en las reuniones del foro, es también uno de los factores más señalados. "El 60% de los jóvenes que hoy están en el secundario va a trabajar en empleos que todavía ni se crearon", advirtió en uno de los paneles de este evento Rebeca Grynspan, quien está a cargo de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), un organismo internacional de apoyo a los países de América latina y de la península ibérica.
Otro eje presente en las discusiones fue el de cómo lograr una integración entre la economía tradicional o "instalada" y los proyectos de innovación que llegan de la mano de creadores de nuevas empresas. Un estudio que elaboró la consultora Accenture junto con el G-20, concluye que si se adopta un modelo de "innovación abierta" -lo cual requiere alianzas entre compañías y emprendedores innovadores-, la economía en su conjunto podría verse beneficiada con una mayor actividad: el impacto, según el estudio, sería equivalente al 2,2% del producto bruto mundial.
Según apuntó Sergio Kaufman, presidente de Accenture Argentina, en nuestro país ese tipo de colaboración podría repercutir en una mayor producción, que equivaldría al 2,9% del PBI. "Las empresas tienen un mayor potencial de crecimiento cuando se adaptan a lo digital en forma abierta", sostuvo el directivo. Y ejemplificó: "La impresión 3D por ahora es más vista como una tecnología de entretenimiento, pero cualquier industria manufacturera podría imprimir piezas de su inventario" y para ello, podría asociarse a un emprendedor en un esquema de integración.
Las autoridades de Medellín, la ciudad elegida para ser la sede del WEF este año, mostraron el caso de su centro de innovación, Ruta N. Es un espacio de 34.000 metros cuadrados, un ecosistema donde más de 130 empresas conviven con el mundo educativo, científico, de fondos de inversión y de otros ámbitos con los que pueden interactuar para tender al crecimiento. "Está comprobado que cuando generás un ecosistema así, aumenta más de 60% la sobrevida de los emprendimientos", señaló Freire, que estará a cargo del proyecto para hacer un centro de esas características en Buenos Aires.
Por lo pronto, la capital de nuestro país será la sede del encuentro regional del World Economic Forum en 2017. La actividad será del 5 al 7 de abril y el anuncio estuvo a cargo aquí del presidente Mauricio Macri. El lugar exacto y el lema de la reunión aún están por definirse.