Las claves de las obras con participación público-privada
Se trata de un régimen que fomenta la inversión de empresas en obras de infraestructura
El 16 de noviembre de 2016, el Senado de la Nación aprobó una ley que abrió una ventana de esperanza para la construcción en la Argentina: se trata de la normativa referida a la participación público-privada (PPP). Pero ¿qué es y qué implica esta nueva herramienta? Básicamente, establece un régimen para fomentar la inversión de empresas privadas en obras de infraestructura de gran envergadura en sociedad con el Estado y fija para ello una serie de obligaciones, sanciones por incumplimiento y formas de ejecución.
Además, permite que las empresas en las que el Estado nacional, las provincias o los municipios tengan participación puedan también ser contratistas, en competencia con las firmas de capital privado.
"La PPP es un contrato con el Estado que permite que el sector privado financie una obra de infraestructura y que se repague con un diferimiento muy largo (8 a 12 años, dependiendo de los casos). La ventaja que tiene es que no se agrega a la deuda pública del país, sino que es una financiación que es subsoberana", explica Julio César Crivelli, del Estudio Crivelli y abogado relacionado con el mundo de la construcción.
Durante los años del kirchnerismo, el Estado quedó como único inversor y las concesionarias, como meras gerenciadoras. Así empezó la empinada caída de la infraestructura en la Argentina. Ahora, el Gobierno quiere ir por otro camino, y así surgió el proyecto de PPP. Los planificadores argentinos consideran que el país necesita inversión no sólo donde hay flujo.
"Se sancionó una ley, la 27.328, que regula todo este tipo de contratos de participación público-privada. El Estado probablemente vaya a licitar próximamente contratos de autopistas y contratos de expansión de la red de alta tensión. También, contratos de hospitales y cárceles", comenta Crivelli.
Este tipo de proyectos tiene ejemplos en América latina. Según el denominado Infrascopio que difunde el Banco Interamericano de Desarrollo, que evalúa la capacidad de los países de América latina y el Caribe para funcionar con PPP, la Argentina era superada por todos en 2014 menos por un país: Venezuela.
En general, las obras las financia un banco, de forma que el Estado no pone un centavo hasta que la obra se termina. Así, si la obra no se termina no es un riesgo para el Estado. El riesgo alto acá es para los privados, porque el Estado argentino no es tenido por un gran pagador. Mucho depende de cuáles son los costos financieros que se consigan: va a ganar el que tenga el costo de construir más barato y el costo financiero más barato", opina Crivelli.
Este abogado rememora que en la Argentina existió, en el pasado una forma primitiva de PPP, que no era otra cosa que la llamada "concesión". Según dice, desde 1880 y hasta 1940, toda la zona núcleo se generó con los ferrocarriles, con los caminos, pueblos y escuelas por concesión. "Éste sería un sistema primitivo de la PPP. Ahora hay una versión moderna del contrato de concesión", remarca.
Lo que queda por ver es si esta ley, que parece a priori tan beneficiosa a los ojos de muchos, va a dar sus frutos en la construcción. En ese sentido, Pablo Lara, economista de Estrateco Consultores, afirma: "Los proyectos de PPP pueden ayudar, pero hay dudas respecto de los tiempos para que se pongan en práctica, porque hay que alcanzar un montón de acuerdos. Hay que ver cuánto se empieza a ejecutar y cuánto no".
Por su parte, Soledad Pérez Duhalde, gerenta de análisis económico de la consultora Abeceb, comenta que se deben tener algunas características en cuenta a la hora de establecer esas asociaciones público-privadas (APP).
"El Gobierno está apuntando a eso y se ve en lo que quedó plasmado en el proyecto de presupuesto. Las APP presentan ventajas, porque permiten un reparto de riesgo y pueden mejorar la eficiencia. En Chile fue exitoso, pero a eso lo ayudó la estabilidad macroeconómica de ese país. Después, la confianza en el Gobierno es clave y no debe haber percepción de ruptura del contrato", enfatiza la economista.
Después de años sin una normativa que permitiera utilizar esta herramienta, ahora todo está dispuesto como para aprovechar su potencial. El año próximo puede ser, tras mucho tiempo, el gran momento de la PPP.
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