Las constructoras advierten que los PPP no compensan el recorte de inversión en infraestructura
CÓRDOBA.- Empresas constructoras de todo el país advirtieron al Gobierno que el mecanismo de participación público-privada (PPP) no alcanzará para reemplazar los recortes presupuestarios obligados por el objetivo de déficit cero.
Fue durante la V Jornada de Infraestructura, organizada por la delegación cordobesa de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), que estuvo signada por dos temas: el de las sospechas generadas a partir de la causa de los cuadernos de las coimas y las posibilidades de financiamiento de la inversión en infraestructura.
En la reunión -la única importante del sector que se realizará este año en el país, ya que la convención anual de Camarco se suspendió-, Marcos Barembaum, presidente de la delegación cordobesa, enfatizó que es "inadecuado optar por la salida remanida y ya fracasada de cortar la inversión en infraestructura" y planteó que la expectativa es que "las restricciones de este año y del próximo sean circunstanciales".
Ricardo Delgado, subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal del Ministerio del Interior, iba a participar del panel de financiamiento, pero no llegó. LA NACION intentó, sin resultado, contactarlo. Fuentes del Ministerio de Transporte -que también gestiona infraestructura- dijeron a este diario que el presupuesto "muestra una parte" del gasto en obras que es el que se financia a través del Tesoro.
"No es todo, porque no están las obras que se pagan con otras fuentes, como créditos internacionales, fideicomisos y los PPP, que son una alternativa más, pero no la única ni un reemplazo del Estado". Apuntaron que en 2019 esta área ejecutará "más obras que este año".
Aunque los empresarios reconocieron que el modelo de PPP es "válido" y funciona bien en varios lugares del mundo, advirtieron que debe ser mejorado y potenciado. Fernando Lago, director ejecutivo de Camarco, sostuvo que el aspecto financiero es el cuello de botella para avanzar en las inversiones.
Los PPP, dijo, "no son suficientes ni aquí ni en ningún lugar del mundo, por eso es importante la colaboración de los gobiernos ofreciendo garantías, inyectando liquidez, emitiendo acciones y apoyando los programas". Barembaum agregó que es un modelo para "grandes proyectos, pero no para los de menor envergadura, como viviendas sociales, cloacas o agua".
En la órbita del ministro Guillermo Dietrich no comparten esas observaciones. "Para nada son un instrumento solo de la Nación; también es aplicable a jurisdicciones menores", y subrayaron que la viabilidad "no está en el tamaño de la obra, sino en el sistema de repago y en la estructura financiera que se diseñe" para cada caso.
Sobre ese punto, Lago describió que hay recursos disponibles en el mundo y mecanismos en desarrollo para poder aplicarlos, pero admitió que existe una "aversión al riesgo constructor, que no está justificada". Fundamentó su afirmación en un trabajo de Moody's que evalúa 25 años de proyectos: la tasa de default promedio es de 5,8% y la de recuperación de las iniciativas defaulteadas, superior al 80%.
Apuntó que esa idea debe difundirse para convencer a los mercados de que la construcción presenta un riesgo "menor o equivalente al de un bono corporativo". Entiende que así será posible atraer inversores institucionales.
Como desafío incluyó, por ejemplo, generar un bono vinculado a uno o más proyectos que sea "aceptable por las calificadoras de riesgo para que pueda ser usado por inversores institucionales y, a la vez, crear un mercado secundario para inversores minoristas".
José Barbero, decano del Instituto del Transporte de la Universidad de San Martín, aportó que autopistas y aeropuertos son los proyectos que más PPP atraen: "Funcionan, pero mi pedido en el caso argentino es que se usen con precaución, porque como aquí las tarifas suelen ser tradicionalmente bajas el riesgo es que si no pagan los usuarios lo termine haciendo el Estado".
Respecto de la causa de los cuadernos, Barembaum rechazó que se quiera "instalar el falso concepto de que obra pública es sinónimo de cuadernos, corrupción y bolsos de dinero. Es sinónimo de desarrollo". Y Abelardo Daza, director representante de la Corporación Andina de Fomento (CAF) -entidad que en dos años destinó US$2000 millones a iniciativas en la Argentina-, adelantó: "Confiamos en que el devenir sea parecido al de otros lugares de la región, donde la responsabilidad fue civil y no de las empresas. Hay bancos sancionados y multados que siguen operando perfectamente".