Los efectos de ser expulsado del sistema del monotributo

En lo que va del año, la AFIP excluyó de oficio del monotributo a 3100 contribuyentes por considerar, tras hacer cruces de datos, que se incumplían las condiciones para estar en el sistema. Otros 1500, a su vez, fueron dejados afuera tras haber recibido fiscalizaciones presenciales. Esas cifras se suman a las 22.536 exclusiones de oficio y a las 7426 por controles que hubo en 2018, según los datos del organismo.

Según fuentes de la AFIP, la dinámica de las fiscalizaciones no se modificará en función del texto incluido en un reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI). Allí se mencionó, a principios de este mes, que un importante primer paso, en cuanto a la necesidad de evaluar al monotributo desde una visión integral del sistema impositivo, es implementar un plan de acción de auditorías (o fiscalizaciones) que cubra a un 20% de los contribuyentes. En el organismo señalan que ya se trabaja de esa forma y que no habrá cambios.

Las causas de exclusión son varias y van más allá de que los ingresos superen la facturación permitida, de $1.726.599,88 anuales en el caso de ejercerse una actividad comercial, y de $1.151.066,58 si se prestan servicios. Algunas razones para la caída del sistema son: superar el precio máximo de venta que puede tener un bien ($15.000); tener depósitos bancarios, comprar bienes o acumular gastos por cifras superiores a la facturación admitida (salvo que esté justificado por otras fuentes de ingresos); haber importado bienes o servicios, o realizar más de tres actividades en forma simultánea.

"Cuando a un monotributista lo expulsan del régimen, prácticamente lo arrojan al mundo de la informalidad -cuestiona el abogado Diego Fraga-; además de reclamar en forma retroactiva Ganancias, IVA (que es casi irrecuperable para el contribuyente), aportes de autónomos, intereses y multas, también se destroza la actividad a futuro, por cómo se ve elevada la carga fiscal". Agrega que, además de existir exclusiones que son por razones "meramente formales", el tema se agrava para quienes trabajan con consumidores finales, porque los precios suben en un 21% por el IVA.

En la opinión de la contadora Florencia Fernández Sabella, debería ponderarse la gravedad de la falta que llevó a cada exclusión; que no todo dé igual. "En un caso real -ejemplifica-, un bazar en el que los inspectores encontraron un cuadro que valía $15.200 en lugar de los $15.000, fue excluido y recibió igual trato que un evasor".

Además de los reclamos de dinero por parte de la AFIP, a los excluidos se les cierra la puerta del monotributo por tres años. Con la enorme brecha entre el sistema simplificado y el general, y con las distorsiones causadas por la inflación, no resulta justo -según consideran los tributaristas- que para aplicar ese castigo tampoco se mida la gravedad de la falta.

La pata social y sus carencias

• Con una cuota subsidiada, el monotributo incluye su capítulo social, con el que pretende abarcar a la población vulnerable: hay anotadas en esa categoría 361.061 personas. El objetivo es que puedan salir de la total informalidad y ampliar sus posibilidades, al poder facturar operaciones.
• Pero para conseguir que esos emprendedores puedan dar algún paso más, debería haber también otras medidas, por ejemplo, de acceso al crédito y a la formación, advierte la economista Marta Bekerman, presidenta de la asociación civil Avanzar, dedicada a microfinanzas.