“Nos han tratado de pijoteros”: el secretario de Energía defendió su gestión y el sector privado dice que el Gobierno falló en sus proyecciones
El Gobierno contrató tres buques de gas natural licuado (GNL) para mayo, cuando los cálculos privados indicaban que se iban a necesitar seis cargamentos; cada importación de GNL cuesta entre US$22 y US$30 millones por barco
- 5 minutos de lectura'
Pese a que en los últimos dos días comenzó a normalizarse la provisión de gas, en el sector energético continúa el reparto de culpas. Es que desde la época del exsecretario de Comercio Guillermo Moreno que no ocurría que el Estado le corte el suministro de gas a las estaciones de servicio GNC y a las industrias que pagan el servicio con contratos firmes, es decir, más caro para asegurarse el abastecimiento.
En los años del gobierno de Cristina Kirchner, Moreno llamaba por teléfono a las industrias para que bajen el consumo de gas, porque había escasez y el suministro no alcanzaba para abastecer a los hogares. En el gobierno libertario, el corte de gas fue menos discrecional. Por nota, cada distribuidora dio la orden a las estaciones GNC y a las empresas industriales de que lleven el consumo al mínimo e indispensable.
En este escenario, el secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, defendió su gestión y culpó al gobierno anterior por no terminar las obras del gasoducto Néstor Kirchner, que conecta Vaca Muerta con Buenos Aires.
Sin embargo, en el sector privado dicen que el Gobierno tomó riesgos al contratar solo tres buques de gas natural licuado (GNL) para mayo, cuando las proyecciones indicaban que se iban a necesitar seis cargamentos. El “no hay plata” tuvo sus efectos a la hora de diseñar la planificación de abastecimiento de gas del invierno. Cada importación de GNL cuesta entre US$22 y US$30 millones por buque.
La Secretaría de Energía niega estas críticas. “Había una programación, no es que somos improvisados. Nos han tratado de pijoteros, pero nosotros medimos las compras con las previsiones de demanda”, dijo Rodríguez Chirillo, en una entrevista con radio Rivadavia.
Y explicó: “Pasaron dos cosas. Hay un frío que es absolutamente excepcional, por lo cual, la demanda de gas que uno tiene que proteger –los residenciales, hospitales y colegios–, se duplicó. Eso nos obligó a ir haciendo cortes a los [usuarios con contratos] interrumpible. Luego salieron de funcionamiento dos plantas compresoras, que nos dejó sin tres millones de metros cúbicos de gas. Por otro lado, se produjo el problema comercial con la carta de crédito [para la compra de un barco de emergencia] que demoró un día. Pero ya está todo normalizado para todo el mundo”.
Para los próximos dos meses, el Gobierno ya se aseguró que llegará un cargamento de GNL cada tres días al puerto de Escobar. En total, este invierno, se habrán contratado 31 buques de GNL para abastecer la demanda local, de los cuales ya ingresaron cuatro.
El GNL es más caro que el gas de Vaca Muerta. Cuesta alrededor de US$10 el millón de BTU (medida inglesa que se utiliza en el sector), mientras que la producción nacional vale US$5, y se paga en pesos, por lo tanto, no tiene impacto en las reservas del Banco Central. Sin embargo, el GNL es más barato que importar combustibles líquidos (gasoil y fueoil), que cuestan US$18 millones y, además, son más contaminantes.
Bolivia, a su vez, inyectará este año 5 millones de metros cúbicos (m3) hasta fin de julio. Serían las últimas importaciones de gas de ese país, luego de más de 20 años de ser abastecedor de la Argentina. Entre septiembre y octubre debería estar lista la primera parte de la reversión del gasoducto norte, que cambiará el sentido del flujo del gas, para que las provincias del norte argentino se abastezcan con 15 millones de m3 de producción de Vaca Muerta.
Además, el Gobierno deberá destrabar las deudas pendientes con las constructoras a cargo de instalar las plantas compresoras del gasoducto Néstor Kirchner, Sacde, fundada por Macerlo Mindlin, en Tratayén (Neuquén), y la unión transitoria de empresas (UTE) Esuco-Contreras Hermanos, en Salliqueló y Mercedes (Buenos Aires). Si bien estas obras deberían haber finalizado el año pasado, el gobierno anterior suspendió las importaciones de insumos claves para cuidar las divisas.
“Hoy la planta compresora de Tratayén que Sacde construye tiene un avance del 86% y se espera el completamiento mecánico el 15 de junio, en línea con la fecha contractual. La puesta en funcionamiento se hace dentro de las siguientes cuatro semanas en conjunto con Enarsa y el fabricante del turbocompresor. Además, se está coordinando junto a TGS para tener el ingreso de gas al sistema la semana del 20 de junio”, dijeron en Sacde.
Si bien el Gobierno todavía no canceló las deudas por US$40 millones que tiene con las empresas constructoras, los accionistas de Sacde tienen un interés propio por acelerar la obra: son los mismos que la productora de gas Pampa Energía. La también generadora eléctrica ya sufrió este año un fuerte recorte de sus ingresos al recibir como pago de Cammesa, la compañía controlada por el Estado encargada de los despachos de electricidad, el bono AE38, que cotiza a la mitad de su valor nominal.
Para julio, por lo tanto, se espera que el GNK (gasoducto Néstor Kirchner) aumente su capacidad de transporte de 11 millones a 16 millones de m3 por día. Además, el Gobierno tiene ya más aceitado las contrataciones de emergencia de cargamentos de GNL y las formas de pago. Por lo tanto, afirman que la emergencia en materia energética que ocurrió esta semana no debería volver a ocurrir.
Otras noticias de Actualidad económica
Más leídas de Economía
Disolución de la AFIP. Sale Sergio Massa, entra Santiago Caputo
Dólar. El Banco Central hizo la mayor compra del mes y los depósitos en dólares vuelven a crecer
Mercados. Atraída por los precios bajos, la demanda posibilitó un repunte medido del maíz y de la soja en Chicago
Traspaso. Qué pasa con los trámites en la AFIP tras el anuncio de su disolución