Por qué algunos fabricantes de microchips la están pasando peor que otros
Los casos de Samsung y TSMC son el mejor ejemplo de la suerte diversa que corren las empresas
The EconomistPara la mayoría de nosotros, todos los chips de computadora son iguales: objetos mágicos que permiten que los celulares cumplan funciones milagrosas. Pero para los expertos en tecnología representan una amplia variedad de productos altamente especializados del ingenio humano, cada uno de ellos con características y funciones específicas que los hacen únicos. Hasta hace poco, quienes invertían en empresas de semiconductores se comportaban como el consumidor promedio no iniciado: apostaban a prácticamente cualquier fabricante de chips que tuviera expectativas de materializar ganancias de otro mundo. Pero a medida que el boom de la pandemia empezó a desinflarse, empezaron a comportarse cada vez más como tecnólogos bien informados.
Ahora los inversores hacen diferencia, sobre todo, entre las empresas cuya fortuna está atada a los chips “lógicos”, que procesan información, y los fabricantes de chips de “memoria”, que almacenan esos datos. Y aunque la demanda de todos los tipos de conductores se enfrió durante este año, el frío está calando mucho más hondo en el mercado de los chips de memoria que en los de lógica. Eso a su vez ha marcado una división geográfica entre las dos superpotencias del mundo del silicio, Corea del Sur y Taiwán, y también entre sus respectivas gigantes de los semiconductores, Samsung y TCMS.
Corea del Sur, cuna de los mayores productores de chips de memoria del mundo, en agosto exportó dispositivos de ese tipo por valor de apenas US$5000 millones, una caída del 23% en comparación con agosto del año pasado. Al otro lado del Mar de la China Oriental, por el contrario, las fundiciones taiwanesas que producen chips lógicos trabajan a destajo. Las ventas de agosto de TSMC se dispararon un 59% en la comparación interanual, hasta un récord mensual de unos US$7000 millones. Como resultado, la firma de investigaciones de mercado IC Insights cree probable que la compañía pase de su tercer puesto relativamente distante en el ranking de ventas globales de semiconductores al puesto número uno, desplazando a Samsung del primer puesto y superando a Intel, el campeón de los chips de Estados Unidos, y todo en un solo salto.
El valor de las acciones de la mayoría de los fabricantes de chips del mundo ha bajado desde el pico alcanzado en la pandemia, que impulsó la demanda de todo tipo de dispositivos digitales, por las cuarentenas que dejaron encerrados en sus casas en busca de entretenimiento a millones de trabajadores. Ahora, a juzgar por la actual capitalización de mercado de Samsung, es como si el boom pandémico nunca hubiera existido. La capitalización de mercado de su rival más cercana en chips de memoria, SK Hynix, otra empresa de Corea del Sur, también está por debajo de su nivel previo a la pandemia. Por el contrario, y a pesar de la caída de este año, el valor de mercado de TSMC sigue siendo cómodamente más alto que antes de la aparición del covid.
Una de las razones del superior rendimiento de TSMC es que la escasez de semiconductores de los últimos dos años se concentró sobre todo en los procesadores lógicos, y no en los chips de memoria. Esa acumulación, combinada con la posición dominante de TSMC en el mercado de chips lógicos de última generación, le permite controlar la capacidad de fabricación y fijar los precios de sus productos, según explica Vincent Tsui, de la firma de análisis Gavekal Research.
Los productos de las empresas de Corea del Sur están demasiado “commotidizados” y su mercado está demasiado fragmentado como para permitirles hacer lo mismo. Esas empresas han invertido mucho dinero en la expansión de sus negocios lógicos: el año pasado, por ejemplo, Samsung anunció que a partir de 2025 producirá masivamente microprocesadores lógicos de última generación con transistores de dos nanómetros (mil millonésimas de metro). Pero en la primera mitad de este año, cuando el ciclo empezó a revertirse, la empresa redujo sus planes de inversión. (La norteamericana Intel, a pesar de que fabrica principalmente chips lógicos, también ha tenido problemas como resultado de errores estratégicos y tropiezos tecnológicos).
El auge y caída de los chips de memoria es un fenómeno relativamente predecible: aumenta la demanda, y eso eleva los precios; los fabricantes responden invirtiendo en capacidad de producción; las nuevas líneas de producción empiezan a funcionar a pleno recién uno o dos años después, justo cuando la demanda se enfría; y entonces los precios se desploman y los fabricantes de chips ajustan sus inversiones. Hasta ahora, los chips lógicos han evitado una caída tan pronunciada como la de los chips de memoria gracias a la grave escasez de semiconductores de los últimos dos años. Sin embargo, según señala David Wong, del banco de inversión Nomura, con el tiempo la desaceleración del mercado de los chips lógicos “puede durar más y ser más profunda de lo esperado, y hasta es posible que haya partido de revancha”.
Traducción de Jaime Arrambide
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