"Pedirle un esfuerzo adicional a la gente después de más de 100 días de cuarentena no es lo mismo que cuando se le pidió al principio. Ahora hay que dimensionar cosas distintas, no es bueno decir este es el último esfuerzo que les pedimos, van a ser solo 15 días, porque no sabemos si va a ser así. Se tiene que demostrar que no solamente se trata de pedirles que se guarden, sino también demostrarles que estamos protegiéndolos saliendo a buscar el virus en la comunidad, en los barrios donde está", dijo el exministro de Salud, Adolfo Rubinstein, quien hizo un análisis de los primeros tres meses de cuarentena en el país.
En una entrevista con Comunidad de Negocios, el programa LN+, que conduce José del Río, el médico también se refirió, entre otros temas, a que el Gobierno debe tener una estrategia comunitaria para conocer de qué forma salir de la "trinchera" que implica la cuarentena. También aclaró que el sistema de salud no está al borde del colapso, al menos en el mediano plazo y que los recaudos que hoy toma la sociedad en la higiene y distanciamiento, podrían quedarse, al menos, hasta que haya una vacuna que le dé a la sociedad la seguridad necesaria para volver a los saludos de beso y mano, que habitualmente se hacían.
"Tenemos que ser responsables y cumplir con las recomendaciones, pero esto tiene que acompañarse con una mayor empatía de parte del Gobierno, saber del esfuerzo y la angustia que provoca el confinamiento prolongado. Se tiene que hacer un esfuerzo en la comunicación (de parte del Gobierno), que sea mucho más empática de la que ha habido hasta ahora y ofrecer un plan de salida aunque no sea mañana", opinó.
Según el médico, a la población se le hace muy difícil sostener una cuarentena prolongada, pero aclaró que lo que queda ahora es el desafío de seguir un plan viable para la programación del aislamiento, que tendría que ir más allá de pedirle un nuevo esfuerzo a la sociedad. "Tiene primero que acompañarse de una estrategia de comunicación distinta, donde se le tiene que dar una luz al final del túnel, un horizonte que permita avizorar cómo se va a salir de esto, cuáles van a ser los indicadores que nos permitan pensar que vamos a flexibilizarla. A la vez, se tiene que acompañar para salir a buscar los focos de contagio porque ese es el problema más importante que estamos teniendo ahora", indicó.
Para el exministro de Salud, los primeros 30 días la cuarentena fueron cumplidos con mucha responsabilidad y adopción, siguiendo las recomendaciones del Gobierno. No obstante, después de 100 días de acatamiento del aislamiento social y preventivo en donde se vieron afectados los trabajadores independientes, cuentapropistas y profesionales de todos los rubros, llegan los problemas psicosociales, emocionales y ansiedad que provoca el encierro prolongado. "El encierro empezó a generar una fatiga de la cuarentena que progresó hacia el incumplimiento que se vio mucho más en el Conurbano, pero también en la ciudad de Buenos Aires", completó.
Sobre las medidas que tomó el Gobierno para detener el virus, sostuvo que la decisión de entrar en una cuarentena temprana fue una buena y muy oportuna. Según el médico, en el primer período, que abarcó la segunda quincena de febrero y la primera semana de marzo, cuando ya se sabía que era una pandemia, por el impacto que estaba teniendo en Europa y China, el Gobierno nacional no tomó las medidas adecuadas para impedir el ingreso del virus al país y considera que la más importante tendría que haber sido la compra de reactivos.
"Tenían que haberse stockeado porque se sabía que había que hacer una fuerte capacidad de diagnóstico y la segunda (falla) fue la falta de controles en los aeropuertos de todo el país cuando venían viajeros de países que ya tenían una clara circulación viral. Estas dos medidas fueron imprevisiones con las que se subestimó la magnitud de la pandemia", extendió.
"Hoy tenemos una ocupación de camas de terapia intensiva de aproximadamente un 50% en el AMBA, y la velocidad de la curva del aumento tampoco es tan brusca, no es tan importante. Pero es cierto que está aumentando, uno tiene que ser previsor y saber cómo va a estar dentro de tres semanas y los casos que se diagnostican hoy, puedan tener desenlaces complicados o fatales. Esto uno lo tiene que prever. Las medidas que ya se han tomado es lo que es. Se puede ser más conservador, asumir y tomar menos riesgo, pero está bien lo que se ha hecho, pero el sistema de salud hoy no está al borde del colapso ni de cerca", afirmó.
A lo largo de la charla sostuvo que el escenario de la situación ahora es distinto al que había hace unos meses cuando en el país había registrado poco más de 100 casos. Para entonces, "el foco de contagio común era a través de contactos estrecho y otra cosa es cuando tenemos más de 2500. Hoy es mucho más difícil poder detectar los focos, pero de todas maneras hay que alistar un dispositivo comunitario con trabajadores de la salud y estudiantes, con mínima capacitación epidemiológica, que permitan ir a buscar los focos con el programa detectar en los barrios de emergencia", reafirmó.