LA NACION

Se desacelera el consumo por la mayor inflación

Según un informe del Banco Ciudad, la demanda de bienes y servicios bajó el ritmo de crecimiento desde 2010

Actualizado el 11 de julio de 2020

El acuerdo de congelamiento de precios por 60 días que firmó ayer la Secretaría de Comercio Interior con grandes cadenas de supermercados es un síntoma de que el modelo económico basado en el alto consumo empieza a agotarse, según analistas privados.

"La alta inflación está afectando negativamente el salario real de los argentinos, su poder adquisitivo y su capacidad de compra", afirmó Federico Sturzenegger, presidente del Banco Ciudad. "En 2013, será evidente el efecto de la inflación en el nivel de consumo y por esto crece el afán del Gobierno por controlarla", agregó.

El informe semanal que el Banco Ciudad publicó ayer reflejó que en los últimos tres años el consumo ha crecido a tasas cada vez menores. En 2010 creció un 8% por ciento; en 2011, un 6%, y en 2012, a pesar de que tuvo un comportamiento de relativa estabilidad, creció solamente 1 por ciento.

"El congelamiento de precios, el intento del Gobierno de limitar los acuerdos paritarios a un 20% y sostener el tipo de cambio oficial en los niveles actuales es la forma en que el Gobierno intenta combatir la inflación. Sin embargo, la verdadera raíz del problema es el gasto público y la alta emisión monetaria. Éstas son las variables sobre las que el Gobierno debería trabajar para controlar la inflación, la erosión que provoca en los salarios reales y el poder adquisitivo", señaló Sturzenegger.

En esto coincide el ex viceministro de Economía Jorge Todesca, quien dijo que un acuerdo aislado como el de ayer con los supermercadistas es insuficiente: "Sería efectivo si fuera parte de un conjunto congruente de medidas, por ejemplo una mayor disciplina monetaria y fiscal. De otra forma, su éxito es cuestionable", sentenció.

Aun cuando los instrumentos de ahorro que permiten salvaguardar el ahorro de los argentinos son escasos, el futuro del consumo es incierto, según el informe del Ciudad, que muestra que esa variable exhibe señales "mixtas". Por un lado, la recaudación del IVA y las ventas minoristas informadas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reflejan un repunte del consumo privado sobre el final de 2012. La recaudación del IVA en términos reales en diciembre tuvo un crecimiento interanual del 6% y el volumen de ventas minoristas creció 4,2%.

Las mediciones de ventas del Indec, no obstante, mostraron un incremento poco significativo en las grandes cadenas de consumo masivo. Sin el efecto inflacionario, las ventas de los shoppings mostraron un incremento anual del 1,3% en términos reales, la menor alza del ciclo expansivo iniciado en 2003; y las ventas de los supermercados, asociadas al consumo de productos de primera necesidad, aumentaron un 1,8% en términos reales en diciembre, por debajo de la suba acumulada del año (2,5%).

El informe menciona disparidades en el comportamiento en ciertos rubros. Por ejemplo, las cadenas de supermercados tuvieron un alza real del 7% en las ventas de artículos electrónicos y del hogar. Fue una forma en que los consumidores se resguardaron de la inflación, aprovechando el financiamiento a través de tarjetas de crédito, descuentos y cuotas. Pero las cadenas mostraron un crecimiento más modesto, del 2%, en las ventas de alimentos. En los shoppings, sobresalió el rubro esparcimiento: los circuitos de cine tuvieron récord de asistencia; las ventas de indumentaria, sin embargo, prácticamente no crecieron.

Para Sturzenegger todavía no es clara la evolución futura del consumo, porque depende principalmente del salario real, la evolución de las tasas de interés, las expectativas respecto del futuro, el nivel de empleo, la certidumbre laboral, la disponibilidad y el costo del crédito. "Claramente estamos en un escenario de estanflación, y en ese contexto lo más seguro es que el nivel de consumo baje", concluyó.

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