Se desploma la inmigración de indocumentados hacia EE.UU.
Los arrestos de inmigrantes que tratan de ingresar de forma ilegal a Estados Unidos han caído al nivel más bajo en casi cuatro décadas, el indicio más reciente del repliegue de la inmigración de indocumentados en los precisos momentos en que las legislaturas estatales, el Congreso y los candidatos presidenciales republicanos debaten acaloradamente sobre el asunto.
La patrulla fronteriza de EE.UU. arrestó a 340.252 inmigrantes en el año fiscal que concluyó el 30 de septiembre, el menor nivel en cerca de 40 años, informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, una dependencia del Departamento de Seguridad Nacional.
En el año anterior, los agentes capturaron a 447.731 personas que entraron ilegalmente a EE.UU. a lo largo de la frontera sudoeste, comparado con 1,6 millones en 2000, el año de mayor actividad. La última vez en que la frontera entre México y EE.UU. estuvo tan tranquila fue en 1972, cuando los agentes capturaron a 321.326 personas.
El alicaído mercado laboral de EE.UU., el refuerzo de la seguridad fronteriza y la violencia vinculada con el narcotráfico en las rutas migratorias se han combinado para disuadir a emigrantes mexicanos y de otros países de enfilar rumbo al norte, dicen los expertos.
En México, las menores tasas de natalidad, que le restan la presión económica a las familias pobres, y las mejores perspectivas laborales están disuadiendo la emigración en un país que envía la abrumadora mayoría de inmigrantes indocumentados a EE.UU. "Hemos llegado al final de una era", sentenció Dowell Myers, demógrafo de la Universidad del Sur de California. "Incluso si la inmigración aumenta un poco después de esta recesión, no repuntará a los niveles que vimos a comienzos de la década de 2000", sostuvo.
Rafael García, inmigrante indocumentado de 40 años, dijo que trataría de convencer a sus amigos mexicanos para que no entraran ilegalmente a EE.UU., pese a que él ha conseguido trabajo en viñedos, huertos de manzanas y granjas lecheras durante dos décadas. "Uno tiene que estar realmente desesperado para venir aquí ahora", señala García, quien está casado y tiene tres hijas nacidas en EE.UU. "Es tan difícil cruzar y están todos estos estados que tratan de echarte".
El brusco descenso en la cantidad de arrestos en la frontera, un indicador que EE.UU. considera clave sobre la cantidad de personas que tratan de entrar ilegalmente al país, es avalado por cifras que también muestran una caída en el número de indocumentados que ya están en el país.
El Pew Hispanic Center, un centro de estudios independiente, estima que esa población ascendía a los 11 millones en 2010, comparado con 12 millones en 2007.
Los mexicanos constituyen alrededor de 60% de los inmigrantes indocumentados en EE.UU. "Los flujos actuales son los menores que hemos visto", dijo Jeffrey Passel, investigador de Pew. "Son más los mexicanos no autorizados que se están yendo que los que están llegando".
La inmigración de mexicanos a EE.UU. bordeó los 150.000 el año pasado, apenas un quinto de los 750.000 que entraron en 2000, la mayoría sin documentos. En total, la inmigración neta desde México hacia EE.UU. es "esencialmente cero", indicó Passel.
La merma en la inmigración ya afecta industrias que emplean trabajadores poco calificados. Agricultores en los estados de Washington y de Michigan, los mayores productores de manzanas, sufrieron una escasez sin precedentes de mano de obra en la reciente cosecha.
Casi 21.500 agentes, aproximadamente el doble de los que había en 2004, vigilan la frontera sudoeste de EE.UU. Su labor es respaldada por cientos de kilómetros de alambrado y equipos de vigilancia de última generación. La mayor vigilancia, junto con las bandas de narcotráfico, acusadas de violaciones, robos y asesinatos de muchos inmigrantes, han elevado el riesgo —y el precio— de entrar ilegalmente a EE.UU.
Una vez en EE.UU., los inmigrantes se han visto sorprendidos por el mal momento que atraviesan la construcción, la hotelería y otros sectores que emplean a esta clase de trabajadores. Alguno estados, asimismo, han aprobado leyes que han dificultado que los indocumentados encuentren empleo. Miles de trabajadores ilegales han perdido sus puestos tras auditorías de las nóminas de los empleadores por parte de las autoridades federales.
En México, a su vez, hay en marcha cambios demográficos y económicos. En 1970, el promedio de natalidad era de 6,8 hijos por mujer. Para 1990, la cantidad había bajado a 3,4. Hoy, la tasa de natalidad es de 2,1. Esa "enorme transformación demográfica", acompañada de un mejor clima económico en México, está ayudando a contener la emigración, dijo Gordon Hanson, economista internacional de la Universidad de California, en San Diego. En momentos en que "otros mercados emergentes están dando a México oportunidades de crecimiento, su oferta de mano de obra no está creciendo tan rápidamente", observó.
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