Se fue el titular de la DGI por diferencias internas
Historia de una renuncia anunciada. Así podría denominarse el alejamiento del director de la Dirección General Impositiva (DGI), Horacio Rodríguez Larreta (h.).
Por fuertes disidencias con su superior, el titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Alberto Abad, Rodríguez Larreta dejó ayer su cargo.
"Una fuerte diferencia de criterios" llevó al funcionario a tomar esta decisión, que se daba por descontada desde la semana pasada, se explicó a LA NACION cerca del funcionario renunciante.
Fuentes del organismo no descartaban que Roberto Sericano, ex director de la DGI, volviera a ocupar ese puesto. En la actualidad, Sericano se desempeña como enlace entre la AFIP y la Subsecretaría de Ingresos Públicos, que conduce Eduardo Ballesteros.
"Horacio había llegado con un fuerte apoyo político del PJ, en particular de (Carlos) Ruckauf, y a ejecutar un plan, que no recibió impulso alguno por parte de la AFIP", precisaron las fuentes.
Rodríguez Larreta había asumido en su cargo durante la gestión de Domingo Cavallo como ministro y de Armando Caro Figueroa como titular de la AFIP.
En esa etapa no hubo roces entre Caro y Rodríguez Larreta, porque el primero se dedicó a una tarea netamente política, de asistencia del entonces ministro.
Pero con la llegada de Jorge Remes Lenicov al Palacio de Hacienda y de Alberto Abad a la AFIP, la situación cambió, ya que la nueva conducción económica apostó a retomar el control del organismo recaudador.
Por esta razón, no se veía con mucho grado la autonomía de vuelo de Rodríguez Larreta, ex interventor del PAMI, la Anses y el Instituto de Previsión Social de la provincia de Buenos Aires.
Más aún, Rodríguez Larreta había adoptado como propio el plan de modernización de la AFIP, que planteaba bajar el nivel de evasión en casi 7000 millones de pesos en cinco años a través de una serie de acciones de reestructuración del organismo.
En ese plan se incluía una serie de recomendaciones formuladas por consultoras que colaboraron con el fisco a pedido de Rodríguez Larreta. Ese fue uno de los temas que disgustaron a Abad, que el jueves último dijo a LA NACION que la AFIP tenía suficientes recursos propios como para apelar al sector privado.
Versión final
"Las organizaciones necesitan una visión externa para reflexionar sobre lo que necesitan; pero no se perfeccionan con las consultoras, que deben tener un rol temporal", señaló Abad en una entrevista.
En ese reportaje, Abad presentó la versión final del plan de modernización, que daba cuenta de un nivel anual de evasión de 21.000 millones de pesos, liderado por 9000 millones que se pierden en el IVA.
Además, se diagnosticaba que el sector de la construcción encabezaba el ranking de la evasión, con un nivel de informalidad del 75 por ciento.
Luego, se ubicaban los restaurantes y hoteles, con el 60 por ciento, seguido por los químicos, entre otros. El plan aparece en un contexto de fuerte caída de la recaudación: en enero cayó el 19% y se espera que este mes se desbarranque otro tanto.
Por esta razón, a diferencia del borrador que estaba en manos de Rodríguez Larreta, la versión final del plan que estaba en manos de Abad no fijaba una meta cuantitativa para este año en términos de recursos obtenidos por la lucha contra la evasión.
"Cuantificar una meta así complica las cosas", indicó Abad, en referencia al objetivo de lograr $ 1000 millones este año que había explicitado Rodríguez Larreta.
Las diferencias entre ambos, según testigos calificados, nunca se tradujeron en discusiones abiertas o con un tono agresivo.
Según trascendió, Rodríguez Larreta volverá a dedicarse a su trabajo en la Fundación Sophia para formular planes de políticas públicas.
En consonancia con el empresario Francisco de Narváez -y cerca del titular del Club Boca Juniors, Mauricio Macri-, Rodríguez Larreta seguramente se posicionará con otros técnicos jóvenes para un ocupar un nuevo rol en el próximo gobierno surgido en las elecciones generales de 2003.