Vaquer: “Quien está en un cargo público debe dar el ejemplo”
El empresario pagó el impuesto a la riqueza y pide al Gobierno que cumpla con su deber
Ante la imposición del impuesto a la riqueza, algunos se quejaron, otros se callaron y otros tantos fueron a la Justicia. Pero el empresario Juan Manuel Vaquer eligió hacer algo distinto a todo eso: decidió pagar lo que se le exige y escribir una columna en LA NACION en la que les dice a quienes gobiernan que ahora les toca a ellos gestionar bien el Estado. En diálogo con LA NACION, el empresario y abogado fundamentó su decisión: “Quien está en un cargo público tiene la obligación de dar el ejemplo”, señaló.
–¿Qué lo llevó a decidir pagar primero y luego escribir esa columna en la que le exige al Gobierno que cumpla con con su parte?
–A mí me preocupa la situación del país, el grado de pobreza al que hemos llegado y la verdad es que tengo una tremenda frustración con la imposibilidad de solucionar los temas que nos tiran abajo. Siempre pienso que debemos hacer algo diferente y fue por eso que decidí que en lugar de hacer un juicio iba a pagar, y que eso me iba a dar la autoridad moral para exigir. Ese fue mi proceso mental.
–¿Tiene esperanza de que el Gobierno tome nota de su pedido?
–Creo que cuantos más se sumen a esto de demandar que se rindan cuentas y que se haga lo que se debe hacer desde el Estado, más chances hay de que se tome nota. Por lo pronto, veo que creó más revuelo del que pensaba. Hay una frase de San Martín que dice: “Será imposible, pero es imprescindible”. No sé si van a tomar nota, pero no intentarlo tiene la garantía total de fracaso. Sí veo con buenos ojos que haya llamado tanto la atención lo que yo escribí. Muchos me dijeron que valoraban que como empresario me hubiera animado a dar la cara y hacerme escuchar.
–Usted dice que el impuesto es un sacrificio extraordinario para el que paga, pero que lo que le pide al Estado es algo ordinario...
–Exacto. Piense que una persona que tenga $200 millones en una empresa y deba $150 millones paga igual este impuesto a la riqueza, porque solo se toma en cuenta el patrimonio y no las deudas. Es realmente un sacrificio extraordinario. Yo lo hice y por eso no me parece descabellado pedirles a quienes les toca conducir los distintos estamentos del Estado que hagan ni más ni menos que su trabajo ordinario, pensando en el bien común.
–¿Cómo resumiría su pedido?
–Que cada individuo al que le toque administrar algo de lo público haga un plan serio de cómo lo llevará a cabo, que lo haga público y que rinda cuentas. Yo vengo del mundo empresario y siempre que hay cierto sector que no funciona adecuadamente lo primero que le pide el dueño o los accionistas a quien administra la empresa es que le muestre el plan para mejorar eso y que luego rinda cuentas de cómo le va al aplicarlo. Además, lo que pido es ejemplaridad. Quien está en un cargo público tiene la obligación de dar el ejemplo. Quien ocupa un lugar de liderazgo no tiene opción de ser o no ser ejemplo.
–¿Qué cree que sucederá con los juicios en contra de este impuesto?
–Más importante que eso es remarcar que es un muy mal impuesto porque pone los incentivos equivocados. Este es un país al que si algo le faltan son inversiones, y este impuesto las ahuyenta. Los capitales son muy sensibles y cuando ven estos impuestos se espantan. En cuanto a lo judicial, habrá que esperar que la Corte determine su constitucionalidad o no, y eso llevará un tiempo.