Bolivia y el narcotráfico
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La disputa política entre el presidente de Bolivia, Luis Arce, y el expresidente Evo Morales –líder del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS)–, ha puesto nuevamente en el tapete las denuncias y acusaciones públicas sobre redes de narcotráfico y corrupción. Se trata de una disputa entre dos facciones del MAS, cada una inculpando a la otra y sugiriendo que protegen a los narcotraficantes.
Las tensiones entre Arce y su antecesor reflejan las crecientes luchas por el liderazgo del partido de cara a los comicios presidenciales de 2025.
Bolivia es uno de los principales productores de hoja de coca en el mundo. Su cultivo, venta y consumo individual son legales en el país. Sin embargo, según InSight Crime, una fundación dedicada al estudio de las amenazas a la seguridad nacional, en América Latina y el Caribe, hasta el 40 por ciento se comercializa al margen de la ley, como materia prima para la producción de cocaína.
Datos recientes de la Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas de Estados Unidos (Ondcp, por sus siglas en inglés) reportan que Colombia, Perú y Bolivia son, en ese orden, los principales productores de cocaína del mundo, con una producción estimada de 2074 toneladas de esta droga en 2021.
En el informe anual presentado hacia fines de noviembre pasado, el organismo estableció que los cultivos de hojas de coca se incrementaron, al pasar de 29.400 hectáreas en 2020 a 30.500 hectáreas en 2021.
Al respecto, el exministro de Gobierno de Morales, Carlos Romero, señaló que hasta 2019 Bolivia había sido calificada por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) y por las Naciones Unidas como país de tránsito de cocaína, pero en la última recalificación se lo ubicó como productor y exportador. Este debate se hizo más evidente tras el hallazgo de casi media tonelada de droga que llegó a España en un vuelo de la aerolínea estatal boliviana y la búsqueda, sin éxito, del presunto narcotraficante uruguayo Sebastián Marset quien, desde la clandestinidad, dijo que logró escapar con ayuda de líderes de la Policía.
Las redes del narcotráfico que crecen gracias a la cada vez más sofisticada actuación de las organizaciones criminales involucradas con el delito constituyen un problema mayor para el Estado boliviano. Las fuerzas antidrogas deben desplegar acciones eficaces que no solo establezcan medidas de prevención y de reducción de cultivos, sino que también posibiliten la detención de los integrantes de esas bandas, quienes con su accionar desestabilizan las instituciones.




