En las recientes elecciones municipales parciales de Italia, las fuerzas progresistas de la centroizquierda, encabezadas por las del Partido Demócrata, liderado hoy por Enrico Letta, derrotaron en Milán, Bolonia y Nápoles a las agrupaciones de la derecha, conformadas, en este caso, por Forza Italia, que sigue el ideario de Silvio Berlusconi; la Liga, de Matteo Salvini, y Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni. Además, han forzado a una segunda vuelta en las elecciones similares de Roma.
En la segunda vuelta romana, previstas para el próximo domingo, no se descarta que la derecha pueda, de pronto, reconquistar el municipio de esa ciudad, desalojando a la primera alcaldesa en la historia de esa ciudad, Virginia Raggi, quien fracasó al no poder resolver satisfactoriamente los problemas de dos de los principales servicios municipales: el transporte público y la recolección de la basura.
Los italianos se mostraron bastante poco entusiasmados por concurrir a votar en las referidas elecciones municipales, dado que tan solo el 54,7% de los electores habilitados se acercó efectivamente a votar.
La alianza derechista, por su parte, se alzó con el triunfo en Calabria, en la punta de la bota geográfica italiana, conservando así el predominio político que ya ostentaba en esa región.
Los italianos han evidenciado su preferencia por las fuerzas de centroizquierda para la gestión de los asuntos más cercanos y así la izquierda italiana parece recomponerse.
