Denuncias de corrupción en la Oncca
A las graves falencias de este organismo se agrega ahora el escándalo de los subsidios millonarios a establecimientos inexistentes
lanacionarUna investigación desarrollada por Clarín puso de manifiesto graves irregularidades en el otorgamiento de importantísimos subsidios al engorde de vacunos en corrales, ideados por el secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno y aplicados por la Oficina de Control Comercial Agropecuario (Oncca), cuyo propósito consiste en desacoplar el comercio interno de las exportaciones para defender el bolsillo de los consumidores, algo sólo posible en el corto plazo y a costa de una próxima escasez futura.
Se supo así que millonarios subsidios por engorde de vacunos se habrían entregado a establecimientos inexistentes o no registrados. De este modo, volvió a ponerse en tela de juicio un sistema que ya antes de conocerse estos hechos suscitaba graves interrogantes.
La Oncca fue creada por decreto en 1996, en el seno de la cartera de Agricultura, para controlar evasiones impositivas y previsionales que perturbaban la producción, industria y comercialización de carnes y granos. Las funciones de la nueva oficina debían limitarse a controlar esas actividades, en ningún caso a regularlas mediante normas, cuya misión correspondía a otros organismos de la administración.
Nueve años después, en 2005, se pretendió ampliar esas funciones con un articulado de redacción confusa, que otorgó algunas facultades a su presidente, pero que no pudo incorporar pretendidas atribuciones de regulación. Sin embargo, al acceder a la presidencia de la entidad, el actual director de la Administración Federal de Ingresos Públicos, Ricardo Echegaray, se decidió sortear esas limitaciones conformando un instrumento poderoso de regulación de la actividad agrícola, industrial y exportadora. Se estableció el cierre de las exportaciones de maíz y trigo, y se dispuso el otorgamiento de los mencionados subsidios al engorde en corral, a la lechería y otras varias actividades.
La planta de personal de la Oncca creció exponencialmente, para lo cual utilizó, entre otras fuentes, el traspaso de agentes de la cartera agrícola. Su presupuesto para el año actual sería de 3600 millones de pesos, de los cuales salieron hasta el presente subsidios a los referidos subsectores por valor de 1500 millones. Asumiendo crecientes funciones regulatorias, el organismo administró los registros de exportaciones y la distribución de la cuota Hilton de carnes vacunas y vació de contenido a la secretaría agrícola de la cual depende.
Se sabe ahora que, a raíz de las publicaciones periodísticas, se investigan subvenciones por valor de 10 millones de pesos a empresas de engorde en corral sin el obligatorio registro y que, según se conoce, nunca habrían alimentado la cantidad de animales que justificara tan abultada subvención.
En otros casos, de características aún más burdas, se utilizaron testaferros de humilde condición para construir una trama que permitiera cobrar las órdenes de pago emitidas por la Oncca por otros 3 millones de pesos. Los hechos denunciados asumen características escandalosas y muestran procedimientos que llevan a suponer la existencia de una marcada impunidad. Hasta ahora, las reacciones de la citada repartición solo consiguen acentuar las sospechas de la existencia de una generalizada corrupción.
De lo expuesto surge la imperiosa necesidad de iniciar varios cursos de acción. En primer lugar, la sustanciación de una investigación integral de las actividades de esta costosa repartición, con énfasis en los hechos referidos, pero abarcando toda su organización.
En un ámbito más amplio, se deberá analizar la potestad de la Oncca para la adopción de decisiones que comprometen los fondos públicos. Por último y aprovechando la decisión de recrear el Ministerio de Agricultura, se debería ubicar a la Oncca dentro del nuevo ministerio, acotando sus funciones a las normas legales que le son propias.
En otro orden, ante la necesidad de restablecer un reordenamiento de la política agraria para evitar el colapso productivo en ciernes, deberán eliminarse las constantes intervenciones en los mercados, liberar los precios y derogar el malsano sistema de subsidios que conduce inexorablemente a negociados que van conociendo la luz.
Lamentablemente las deseables decisiones que sugerimos difícilmente se harán realidad, pues la presidencia de la Oncca ha sido confiada a un nuevo funcionario de la absoluta confianza del ex presidente Néstor Kirchner.
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