El giro político de Chile a la derecha
3 minutos de lectura'
La victoria de José Antonio Kast en el balotaje presidencial de Chile confirma un giro profundo del electorado hacia el orden, la seguridad y el sentido común, tras años de radicalismo ideológico. El resultado de la elección no ha dejado ninguna duda sobre la contundencia de su triunfo: ganó con el 58,1% de los votos (7,2 millones de electores) contra el 41,8% de Jeannette Jara.
Kast se impuso en todas las regiones del país, incluyendo zonas que durante décadas fueron bastiones de la izquierda, espacio político que perdió su vínculo con amplios sectores populares. El resultado es también un rechazo al gobierno de Gabriel Boric, que falló en su capacidad para gobernar en un contexto complejo.
El desafío central del nuevo gobierno será cumplir con las expectativas generadas: seguridad, crecimiento, control migratorio y orden institucional, que serán el parámetro principal con el cual el electorado evaluará su desempeño. La fortaleza de su mandato dependerá de su capacidad para construir consensos, ya que deberá administrar un Congreso sin mayorías y un país que viene de años de fractura, estallido social y frustración constitucional.
Ante la contundencia de los resultados, Jeannette Jara reconoció rápidamente su derrota y llamó a la izquierda a mantener la unidad y ejercer una oposición propositiva. En un discurso enérgico, agradeció a sus seguidores y afirmó que “la democracia habló fuerte y claro”. Por su parte, el presidente Boric felicitó públicamente a Kast en una llamada televisada y lo invitó a un desayuno en La Moneda, continuando con una reconocida tradición chilena.
El nuevo presidente de Chile asumirá el próximo 11 de marzo y aseguró que buscará encabezar un gobierno de unidad nacional para enfrentar la inseguridad, una de las promesas que impulsó su arrollador triunfo en el balotaje. El futuro mandatario vincula la criminalidad con la migración irregular, tras la irrupción de bandas extranjeras como la del Tren de Aragua, de origen venezolano.
Chile sigue siendo uno de los países más seguros del continente, pero la percepción de inseguridad se impuso sobre las cifras reales, ante el aumento de homicidios y secuestros en la última década. En su discurso del domingo que lo consagró ganador, Kast afirmó: “Aquí no ganó una persona, aquí no ganó un partido. Esta noche ganó Chile y la esperanza de volver a vivir sin miedo”. En su primer viaje tras el triunfo, Kast se reunió con Javier Milei en la Casa Rosada para trazar una hoja de ruta común en cuestiones de seguridad y migración.
La victoria de Kast representa el mayor giro hacia la derecha, luego del retorno a la democracia en 1990 y no debe leerse solo como el triunfo de un candidato o de un sector político. Es, sobre todo, una señal poderosa de una sociedad democrática que decidió corregir el rumbo por la vía institucional.


