La paz en Medio Oriente
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LA NACION
La Casa Blanca celebró de manera contundente la suscripción de los recientes acuerdos impulsados por Donald Trump entre Israel, los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, denominados Abraham. No es para menos, ya que supone para Israel el establecimiento de relaciones diplomáticas formales y normales con sus contrapartes árabes tras décadas de conflictos.
Unos siete u ocho países árabes adicionales podrían suscribir muy pronto con Israel convenios de similar naturaleza. Según el gobierno norteamericano, la propia Arabia Saudita estaría entre los próximos firmantes, con lo que se concretaría la ansiada finalización del conflicto árabe-israelí y podría robustecerse un frente opositor a Irán.
Esta situación marca un hito que, cabe señalar, no sucedía desde que, en 1979, Israel acordó con Egipto y, en 1994, con Jordania y que "marca un nuevo amanecer para Medio Oriente", en palabras de Trump.
Los palestinos, por su parte, convocaron a marchar contra los acuerdos, que han recibido como "una puñalada en la espalda", pese a que estos evitaron que Israel consumara la anunciada anexión de territorios emplazados en la Franja de Gaza.
Los países árabes firmantes reconocieron al Estado de Israel como tal, sin esperar al nacimiento del Estado Palestino. Nada les impide a estos últimos adoptar ahora, ellos también, un camino en dirección a un acuerdo similar. Pese a que ya no manejan los tiempos ni la agenda de los demás, la alternativa no los excluye.
Para el premier israelí, Benjamin Netanyahu, el logro constituye una bisagra histórica a partir de la cual se debería poder edificar una paz duradera para todo Medio Oriente.
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