La poco feliz intervención de Petro en la ONU
El presidente colombiano, Gustavo Petro, sorprendió en la Asamblea General de las Naciones Unidas con un discurso provocador, en tono de reproche. No dudó al señalar a los culpables de la crisis climática y, en medio de su argumentación, sugirió que la cocaína es menos venenosa que el petróleo y el carbón. “¿Qué es más venenoso para la humanidad, la cocaína, el carbón o el petróleo?”, se preguntó.
Ironizó que “el dictamen del poder ha dictado que la cocaína es el veneno y debe ser perseguida, así ella solo cause mínimas muertes por sobredosis y más por las mezclas que provoca su clandestinidad dictaminada, pero en cambio el carbón y el petróleo deben ser protegidos, así su uso pueda extinguir a toda, a toda la humanidad”.
Petro también cuestionó duramente a los estados que defienden las ganancias que provienen de la explotación de hidrocarburos, al señalar que “detrás de la adicción al petróleo y al carbón, está la verdadera adicción de esta fase de la historia humana: la adicción al poder irracional, a la ganancia y al dinero”, a la cual consideró como “la enorme maquinaria mortal que puede extinguir la humanidad”.
No corresponde restarle significación al número de muertes cuando desde el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades se informó que, en los 12 meses transcurridos hasta abril de 2022, un total de 24.775 personas han muerto por sobredosis de cocaína solo en Estados Unidos, una cifra que se ha cuadruplicado en comparación con 2015. Tampoco parece lo más apropiado abrir un frente de guerra contra las fuentes de energía, necesarias aún en el proceso de transición energética.
A pesar de que la intención del presidente colombiano fue proponer al mundo un replanteamiento de la guerra contra las drogas, que entre muchos de los expertos es válido y necesario, equiparar una sustancia criminal con una actividad económica lícita es un desacierto por donde se mire.
Al respecto, Gabriel Silva, exministro de Defensa durante el gobierno de Álvaro Uribe, manifestó que la guerra contra las drogas mantenida durante años no se puede modificar de repente. “No se puede cambiar el paradigma de las drogas desde Colombia y ni siquiera desde América Latina. Se necesita un consenso y la colaboración, y uno no arranca insultando a los que necesita que lo ayuden”, sostuvo.
El discurso del mandatario colombiano recibió fuertes cuestionamientos de representantes de la oposición, quienes le reprocharon que, entre las críticas que formuló, no hubiese incluido al narcotráfico, que ha sido el gran combustible de la violencia que ha asolado a Colombia.
Una de las críticas más duras fue la del expresidente Andrés Pastrana, quien calificó de vergonzosa la intervención del actual mandatario: “Petro se declara en la ONU como el gran capo defensor de la cocaína. Desecha sus efectos sobre la salud pública y desprecia los muertos que, como la Corte Suprema masacrada por su M-19 para Pablo Escobar, dejan las mafias con que hoy pacta el poder”.
El controvertido discurso de Petro en la ONU, que acusó a los países desarrollados de la destrucción de la Amazonia y cuestionó la explotación de recursos naturales, además de proponer el fin de la guerra contra las drogas, podría ser considerado como un anticipo sobre lo que será su gobierno en materia de narcotráfico, de protección del medio ambiente y de política energética durante los próximos cuatro años.