Las amenazas expansionistas de Trump
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En una demostración de que cuán agresiva puede ser la agenda de su política exterior, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump mostró, sin medias tintas y sin conocer límites, un afán expansionista que no se percibió en ningún ocupante de la Casa Blanca de los últimos tiempos.
Criticó lo que describió como tarifas injustas y ridículas las que pagan los barcos estadounidenses para pasar por el Canal de Panamá y amenazó con utilizar la fuerza militar o económica para retomar el control del estratégico paso, argumentando que China se había adueñado de él porque una empresa de ese origen tiene un rol clave en la operación por donde pasa el 5% del comercio internacional.
En las últimas horas, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, dijo que su país hará “lo que sea necesario” para garantizar el acceso al Canal de Panamá.
Al margen del tema tarifario lo cierto es que el creciente dominio comercial y financiero de China en América Latina es un factor que alimenta las ideas de Trump sobre el control territorial del canal para regular el comercio en la región. El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, refutó los dichos de Trump al asegurar que el canal seguirá siendo panameño.
Otro de los objetivos del mandatario norteamericano por supuestos motivos de seguridad nacional es la adquisición de Groenlandia. Este territorio autónomo con apenas 57.500 habitantes, tiene aspectos estratégicos de todo tipo, desde recursos naturales, potenciales nuevas rutas comerciales, limitar el avance chino y explotar la presencia estadounidense militar en el Ártico.
“Cuando [el presidente Trump] dice que quiere comprar Groenlandia no es una broma”, enfatizó el jueves último el jefe de la diplomacia norteamericana, Marco Rubio.
El gobierno de Dinamarca, que tiene el control sobre Groenlandia, ha dicho que no está en venta. Su primer ministro, Mute Egede, opinó que “no lo estará nunca”.
Según el ministro de Relaciones Exteriores de Dinamarca, Lars Lokke Rasmussen, Groenlandia podría independizarse si sus habitantes lo desean, pero dijo que no se convertirá en un Estado de Estados Unidos.
Expuestos algunos de los planes de expansión y control territorial de Trump no queda claro cómo lograría sus objetivos. En opinión de numerosos analistas y académicos internacionales, la apuesta expansionista no es una promesa sino una manera de negociar, de presionar y de generar transformaciones.
Hay quienes interpretan que Trump busca consolidar el poder y la influencia de Estados Unidos a nivel global, mediante la expansión territorial y la presión militar y económica sobre sus rivales y aliados.
Las ambiciones del mandatario norteamericano han provocado comprensibles reacciones de rechazo por parte de líderes de los países en cuestión y de la Unión Europea (UE).
