Ciertamente, no es la primera vez que la izquierda populista española encarnada en Podemos es foco de denuncias por corrupción y su líder, Pablo Iglesias, acusado de recibir contribuciones provenientes del exterior, de manera ilegal. Iglesias integra, como vicepresidente segundo, la actual coalición de gobierno que encabeza el socialista Pedro Sánchez.
Ya en 2008, uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero, había quedado vinculado con poco transparentes aportes de fuentes venezolanas a su partido, supuestamente con el fin de "extender el movimiento bolivariano" a España. También habría recibido financiación de Bolivia en tiempos de Evo Morales, según ha alertado la oposición.
Esta vez, una nueva denuncia –formulada desde las columnas del opositor diario español El Mundo– reporta que casi 10 millones de dólares habrían llegado recientemente, desde Irán, a manos de algunas empresas e instituciones vinculadas a Iglesias –socio político de las actuales autoridades de gobierno argentinas–, mayormente a través de un banco con sede en los Emiratos Árabes.
La circunstancia de que Iglesias fue designado para asumir la dirección del Centro Nacional de Inteligencia de España no hace sino aumentar la comprensible preocupación que generan las graves denuncias que se acumulan sobre su partido, a juzgar por las más recientes, que invocan el fraude en asambleas y procesos internos electorales de Podemos.
