Al-Assad redobla su desafío: rechazó negociar con los rebeldes en su plan de paz
En su primer discurso en medio año, dijo que los opositores son "títeres" de Occidente; sus palabras fueron interpretadas como una provocación
DAMASCO.- El presidente sirio, Bashar al-Assad, habló ayer por primera vez en público después de siete meses y, lejos de mostrarse conciliador, desafió a la oposición y a la comunidad internacional al rechazar de plano la idea de sostener conversaciones de paz con sus enemigos, que consideraron sus palabras como una renovada declaración de guerra .
Al-Assad, que pidió un "diálogo nacional" para ponerle fin al conflicto que desangra a Siria desde hace 21 meses, calificó su discurso como un "nuevo plan de paz", pero no ofreció concesiones e incluso endureció su posición con los rebeldes que quieren derrocar su régimen, a los que calificó de "terroristas" y de "marionetas de Occidente".
"Éstos son los enemigos del pueblo, los enemigos de Alá", dijo el presidente en su esperado discurso desde el Opera House en Damasco, donde también acusó a las potencias extranjeras de estar apoyando a los rebeldes.
Además, alentó a los sirios a llevar adelante "una guerra para defender a la nación", víctima de una "guerra externa", agradeció el apoyo de Irán, China y Rusia, que evitaron una intervención extranjera en Siria, y descartó la posibilidad de negociaciones políticas.
"No rechazamos un diálogo político [...] pero ¿con quién deberíamos dialogar? ¿Con extremistas que no creen en ninguna conversación, sino en matar y en el terrorismo? ¿Deberíamos conversar con la marioneta de Occidente, que ya escribió el guión?", dijo, ante cientos de sus partidarios.
El presidente, cuyo mandato termina en 2014, rechazó la idea de dejar el poder -impulsada por Occidente- y dijo que cualquier transición deberá realizarse "en conformidad con los términos de la Constitución", en referencia a unas elecciones.
Anteayer, el periódico libanés prosirio Al-Akhbar informó que Al-Assad iba a presentar un plan de salida del conflicto en el que se estipula que pueda ser candidato en las elecciones de 2014.
Dentro de los puntos fuertes de su discurso, precisó que los sirios que no "traicionaron" a su país podrán tener una reconciliación nacional y reformas políticas, y aseguró que el ejército está dispuesto a un alto el fuego.
Durante su discurso, que duró más de una hora, Al-Assad lamentó no haber encontrado hasta ahora un "socio" para hallar una solución política al conflicto, haciendo alusión a que la oposición se niega a entablar negociaciones con su gobierno.
"Los países involucrados deben comprometerse a no seguir financiando las armas y los hombres armados deben detener toda operación terrorista. Entonces, nuestras fuerzas cesarán de inmediato las operaciones militares", declaró.
Amplio rechazo
Las reacciones a su discurso no tardaron en llegar. Tanto los grupos opositores como Occidente rechazaron las demandas del presidente sirio e insistieron en que ninguna solución política a la crisis podría ser efectiva si no renunciaba.
El Departamento de Estado de Estados Unidos dijo ayer que el plan de Al-Assad para terminar la guerra civil está "desconectado de la realidad" e insistió en que debería renunciar.
"Es otro intento del régimen de aferrarse al poder. Su iniciativa está desconectada de la realidad", dijo la vocera Victoria Nuland.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, declaró que las "promesas de reforma" de Bashar al-Assad "no engañan a nadie", y lo responsabilizó de "los muertos, la violencia y la opresión" en Siria.
Mientras Turquía criticó la decisión de Al-Assad de aferrarse al poder, la Unión Europea volvió a pedir la renuncia del presidente sirio como paso fundamental para una transición política, una posición también compartida por la oposición.
"Queremos una solución política; el objetivo de los sirios es sacarlo del país [a Al-Assad] y ya se han perdido para esto más de 60.000 mártires", declaró Walid al-Bunni, vocero de la oposición.
La ONU estima que unas 60.000 personas murieron en la guerra civil siria, el conflicto más prolongado y sangriento emergido en dos años de revueltas en el mundo árabe.
Los rebeldes ahora controlan buena parte del norte y el este del país, suburbios en las afueras de la capital y buena parte de los cruces fronterizos con Turquía.
Sin embargo, las fuerzas militares sirias recurren cada vez más a feroces bombardeos aéreos para mantener a los combatientes alejados del bastión de poder del presidente en Damasco.
Agencias AFP, DPA, EFE y Reuters
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