Al final, apareció el Bush estadista
WASHINGTON.- Sin importar la forma en que la población recuerde el tiempo de George W. Bush en el gobierno, es evidente la forma en que el presidente estadounidense quiere ahora que termine su mandato: con gracia y estilo.
No importa que el demócrata Barack Obama haya criticado durante toda la campaña al republicano Bush por las "políticas fallidas" o que se haya burlado de él por ocultarse en un "lugar desconocido" porque era tan impopular que no podía aparecer junto al candidato de su propio partido, John McCain. Ahora es el momento de la transición. Los presidentes salientes apoyan a los entrantes. Y ante esa perspectiva Bush muestra una actitud no muy vista en su mandato. Ha asumido el papel de estadista con tal entusiasmo que difícilmente pasa desapercibido.
El resultado es que la última imagen de Bush en la Casa Blanca será la de un gobernante magnánimo. Que eso pueda mejorar su legado es otra cosa.
Anteayer, en la Casa Blanca, Bush dio una cálida bienvenida a Obama, cuya victoria electoral fue considerada un referéndum sobre los ocho años de gobierno republicano. El mundo vio las imágenes de video que fueron retransmitidas día y noche: Bush y la primera dama, Laura, recibiendo a Obama y a su esposa, Michelle, como si fueron viejos amigos; Bush caminando con el presidente electo por la Casa Blanca, mientras ambos saludaban sonrientes.
La traducción: transición suave. Las escenas fueron las más recientes de una serie de acciones de Bush, todas diseñadas para mostrar que tiene la seria intención de que Obama comience venturosamente su gobierno.
Horas después de que Obama puso virtualmente fin a su gobierno, Bush felicitó a los estadounidenses por hacer historia. Luego, congregó a unos 1000 empleados en el Jardín Sur y les dijo que recibieran la transición con seriedad. Esto pudo haber sido manifestado en un comunicado o hasta en un memo interno. Pero no, fue una grandiosa y vistosa expresión de apoyo a Obama, con el gabinete a sus espaldas.
Y no lo hace sólo para ayudar a Obama. Terminar su mandato positivamente podría servirle también a él, ahora que está por regresar a la vida privada.