En 1966 los soviéticos dieron un paso que fue considerado histórico para la conquista del espacio exterior
Las crónicas publicadas en LA NACION el 4 y el 5 de febrero de 1966.
4 de febrero
MOSCU.- Anunció la agencia Tass que el Lunik IX descendió suavemente en la Luna. La Unión soviética superó una de las etapas esenciales de la conquista del espacio.
Este éxito, en el quinto intento efectuado para lograrlo, es considerado de la misma importancia que la “cita espacial” realizada por los Estados Unidos, para la conquista del espacio cósmico por el hombre.
Más tarde, se dio a conocer el siguiente comunicado escrito en la Academia de la Ciencia y distribuido por la misma agencia: “Hoy, febrero 3 de 1966, a las 21.34, la estación automática Lunik IX, lanzada el 31 de enero, descendió suavemente en la superficie de la Luna en la zona del Mar de las Tormentas, al oeste de los cráteres Reiner y María.
“El contacto por radio con la estación en la superficie lunar es satisfactorio. Las transmisiones son en onda de 183.538 megacilcos. Los instrumentos están funcionando normalmente. El siguiente período de comunicaciones será a partir de las 0.15 del 4 de febrero.
Según declaró Bernard Lovell, director del observatorio de Jordell Bank, en Inglaterra, el Lunik IX comenzó a transmitir fotos hacia la tierra minutos después de su alunizaje. Así, confirmó implícitamente el éxito de la tentativa soviética.
“A partir de las 16.35 GMT –declaró- seguimos el cohete que enviaba una señal fuerte y clara. Esta cesó a las 19.05 pero entretanto el Lunik IX se había ya posado.
“El estudio detallado de las señales –añade el director del observatorio- demuestra que los retrocohetes fueron encendidos a las 18.44 GMT, y que el alunizaje se produjo 46 segundos más tarde. Algunos minutos después de posarse transmitió imágenes en facsímil y la emisión continuó hasta las 19.05 GMT”
Por el éxito espacial logrado por la Unión Soviética, el presidente de los Estados Unidos Lyndon B. Johnson, dirigió un telegrama de felicitación al jefe de Estado Nikolai Podgorny.
“El éxito del descenso controlado sitúa a los rusos al frente de la carrera del espacio. Es un momento histórico”, indicó Sir Bernard Lovell. Aseguró que los científicos del Jordell Bank rastrearon la trayectoria de la nave lunar durante la noche y confirmaron que descendió a las 18.45 (hora de Inglaterra), así como también el envío de fotografías, que no fueron dadas a conocer hasta el momento. “Las señales fueron recibidas aquí, pero el observatorio carece de medios para descifrarlas”, aclaró.
Lovel manifestó que, según los datos enviados por el Lunik IX a los rusos, en esta década les sería posible poner pie en el satélite.
La maniobra
El Lunik IX, que llevaba una velocidad de 28.500 kilómetros por hora, la disminuyó a 10.000 y ya en las proximidades de la Luna por la acción de los retrocohetes. El contacto con la superficie ha sido suave, lo que permitió la conservación del delicado instrumental.
Sir Harrie Massey, presidente de la Comisión Espacial de Gran Bretaña, manifestó: “Creo que ha sido una empresa de éxito asombroso. Este es el gran paso en el estudio de la Luna. Sus instrumentos deberán proporcionar gran cantidad de información importante”.
El doctor L. R. Shephard, presidente de la sociedad Interplanetaria Británica, dijo: “El descenso ha sido una conquista realmente importante. A mi juicio ha sido mucho más difícil de lograr que el encuentro en órbita realizado por los astronautas de los Estados Unidos”.
No se cree que sea antes de mayo próximo el primer intento de los Estados Unidos por colocar una nave automática en la Luna, paso esencial para enviar allí seres humanos.
Lovell dijo que los rusos escogieron bien el lugar del descenso. La nave se posó en una zona que durante 14 días recibirá la luz del Sol, señaló, con lo que podrán seguir funcionando las baterías solares del Lunik IX. Manifestó que no tiene idea de lo que sucederá cuando esa zona quede oscura.
Esta vez los soviéticos ni siquiera habían anunciado el lanzamiento. La importantísima victoria registrada esta tarde por la técnica soviética se debe realmente a la perseverancia de los especialistas rusos.
Si bien es cierto que los norteamericanos pusieron todos sus esfuerzos, en el transcurso del año pasado, en la “cita espacial”, realizada de modo espetacular por los dos últimos Géminis, los soviéticos, por su lado, no se dejaron desalentar por una serie de fracasos que ilustraban claramente la dificultad de la empresa que intentaban.
El programa de “alunizaje suave” fue iniciado en mayo de 1965 con el Lunik V, pero, el 13 de este mismo mes, la estación automática chocó violentamente contra la superficie lunar al no haber funcionado en el momento requerido el encendido de los retrocohetes.
El 11 de junio del mismo año, el Lunik VI fracasó al pasar a 160.000 kilómetros de distancia del satélite de la tierra.
Con el Lunik VII, lanzado el 4 de octubre de 1965, los soviéticos estuvieron cerca de conseguir su propósito. En efecto, en la noche del 7 al 8 de octubre, la estación automática llegó al lugar y hora previstos a la Luna, pero lo hizo con violencia por fallas en el sistema de retroceso. Debido a esto, la velocidad de impacto era de 45 millas por segundo en vez de 18 como estaba previsto, y los instrumentos a bordo, en especial una cámara transmisora montada sobre las ruedas, no pudieron enviar las informaciones esperadas.
Con el Lunik VIII, en la noche del 6 y 7 de diciembre, se llegó mucho más cerca todavía del éxito toal. El alunizaje se efectuó como estaba previsto, pero según dijo el profesor Anatolyi Blagonrarov, uno de los mayores especialistas en materia de cohetes, una deficiencia mecánica y sobre todo la naturaleza ignota del relieve lunar sobre el cual la cápsula se posó, habían impedido una vez más el funcionamiento de los aparatos de transmisión.
“Se trata de un círculo vicioso”, declaró. “Para posarse en la Luna es preciso conocer su relieve y para conocerlo es preciso posarse en él”, arguyó el científico soviético.
5 de febrero
LONDRES.- Mientras en todo el mundo se elogiaba unánimemente la hazaña rusa al colocar en la superficie lunar, suavemente, una nave espacial, tanto en esta ciudad como en Moscú se aguardaban con tensa expectación las primeras fotos del Lunik IX, que fueron dadas a publicidad esta noche.
Las fotografías que se captaron en Jordell Bank, Inglaterra, impresionan por lo claras. Sir Bernard Lovell, director del observatorio, dijo que eran “sensacionales”.
Lovell manifestó ante los periodistas: “Se trata de imágenes de la superficie lunar muy detalladas. Cuando tengamos varias podremos interpretarla con precisión. No conocemos todavía la escala de las rocas que aparecen en una de las imágenes”.
Poco después de las 16.35 GMT el observatorio recibió tres fotografías “perfectamente claras”. La transmisión cesó hacia las 17. Sir Bernard Lovell dijo también que el “convertidor” prestado al Observatorio por un diario será puesto de nuevo en marcha esta noche. El aparato sirve para convertir en fotografías las señales captadas.
El convertidor daba una fotografía cada seis minutos. Las primeras fueron reproducidas y remitidas a la prensa. La agencia noticiosa Tass indicó al respecto en Moscú que las fotos lunares son transmitidas a la Tierra mediante un sistema de telecomando instalado en territorio soviético.
La transmisión no puede realizarse de manera permanente en razón de la rotación de la Luna. Los enlaces de señales de radio y fotos con la Tierra se efectúan en los momentos en que el astro nocturno presenta la superficie favorable.
Los funcionarios espaciales en Cabo Kennedy elogiaron el éxito de los rusos y admitieron que llevaban la ventaja en esta fase de la carrera hacia la Luna. Pero añadieron que esto no significaba necesariamente que hayan logrado una ventaja “general” en esa competencia. Declararon que los Estados Unidos están a la vanguardia en muchos aspectos relativos al descenso humano en la Luna en 1970.
Son los siguientes: más tiempo de vuelos tripulados en el espacio, vuelos más largos, información médica, reuniones en el espacio y naves espaciales maniobrables. Rusia tiene ventaja en el poderío de los cohetes y las dos naciones están iguales en cuanto a la salida de los astronautas fuera de sus vehículos.
Insignias soviéticas
MOSCÚ.- La nave espacial soviética depositó insignias nacionales en la Luna, dijo hoy la agencia Tass. Expresó que las insignias llevan el escudo de armas soviético.
Una es un gallardete rojo. La otra, una pieza de metal liviano, de cinco lados, cubierta con esmalte rojo. El escudo de armas tiene la siguiente inscripción: “Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas”.
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