Críticas al liberalismo en el foro "anti-Davos"
BELEM, Brasil.- En momentos en que el sistema capitalista experimenta una de la peores crisis de su historia, cinco presidentes sudamericanos participaron ayer en la amazónica ciudad de Belem en la novena edición del Foro Social Mundial (FSM), evento que se contrapone al tradicional foro económico de Davos, para exponer propuestas alternativas al liberalismo.
"El foro debe articularse para pasar a la ofensiva, porque fue en sus primeros años una trinchera de resistencia ante la ofensiva liberal", recomendó el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, mientras participaba con sus pares de Bolivia, Evo Morales; de Ecuador, Rafael Correa, y de Paraguay, Fernando Lugo, en un encuentro sostenido con líderes sociales de izquierda vinculados a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
Según Chávez, el FSM debe abandonar su antigua posición y cambiar de actitud. "Estamos en un momento de ofensiva, no de trincheras. Hay que salir de las trincheras manteniendo las banderas, fortaleciendo las banderas, y lanzar una ofensiva ideológica, política, económica en todo el mundo", señaló.
En tanto, Correa defendió una integración más estrecha entre los países latinoamericanos para enfrentar las actuales turbulencias que ocurren "en un sistema perverso, basado en la codicia, que está en crisis".
"El foro forma parte de esa solución, que pasa por la integración de los pueblos de economía emergente; en este caso, los de América latina. Si no hay integración con un comercio real, con un gran mercado, será muy difícil enfrentar una globalización neoliberal que está en crisis", expresó.
Representantes de movimientos sociales que intervienen en el IX FSM también insistieron en la necesidad de que salgan de Belem propuestas concretas, alternativas a las que están en debate en estos días en el Foro Económico Mundial, que se realiza simultáneamente en la ciudad suiza de Davos.
El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, también llegó ayer a Belem, pero no participó en el debate conjunto entre Chávez, Correa, Lugo y Morales por tratarse de un acto vinculado a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), propiciada por el mandatario venezolano. Lula planeaba reunirse a puerta cerrada con sus pares para debatir el impacto de la crisis financiera en los países latinoamericanos.
Los cinco presidentes, todos ellos con fuertes lazos históricos con los movimientos sociales, fueron invitados por el foro para exponer las respuestas que plantean a los grandes temas que son de su máximo interés: la crisis económica, la búsqueda de alternativas al modelo de desarrollo capitalista y la lucha contra el cambio climático.
Sin embargo, muchos coinciden en que los 100.000 activistas que participan este año en el foro tendrán dificultades para atacar al gobierno del flamante presidente norteamericano, Barack Obama. Su antecesor en el cargo, George W. Bush, fue el blanco favorito de las virulentas protestas contra Estados Unidos en ediciones previas. Sus efigies eran frecuentemente quemadas en las concentraciones izquierdistas, pero esa forma de protesta es ahora mucho más improbable con Obama.
Muchos tienen sentimientos encontrados con la partida de Bush, que era tan impopular en gran parte del mundo que ayudaba a los grupos radicales a reclutar miembros y llevar las protestas a las calles.
"Ciertamente esto presentará una dificultad para el movimiento", dijo Altenir Santos, del Partido Comunista Revolucionario de Brasil.
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