Desde la otra vereda, ahora Gabriel Boric se enfrenta a una renovada ola de protestas estudiantiles en Chile: “La violencia no es el camino”
El mandatario llamó al diálogo para contener las manifestaciones que protagonizaron alumnos de colegios secundarios y advirtió que deberán “responder ante la ley” ante los excesos; “Sería un sinsentido muy grande olvidar de dónde venimos”, dijo
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SANTIAGO, Chile.- Podría parecer una paradoja porque su carrera política explotó de la mano de las protestas estudiantiles, pero hoy Gabriel Boric tiene que lidiar desde la otra vereda con un conflicto similar. A poco más de un mes y medio de haber asumido la presidencia de Chile, el líder del Frente Amplio enfrenta diversas movilizaciones de jóvenes secundarios que exigen mejoras en infraestructura, una mayor cantidad de maestros, y cambios en los contenidos académicos. Todo ello ha generado una escalada de violencia durante los últimos días.
Las principales manifestaciones se han concentrado en las afueras de establecimientos educacionales del centro de Santiago como el Instituto Nacional, el Liceo Barros Borgoño y el Liceo Tajamar, en la región Metropolitana, y se han ido ampliando a otras escuelas, utilizando el mismo modus operandi: bloqueo de calles, enfrentamientos con la policía y la toma de los respectivos recintos. Además, se realizaron ataques incendiarios con bombas molotov que fueron ejecutados por grupos ataviados con overoles blancos, los mismos que surgieron en 2018 en otra ola de protestas de estudiantes secundarios.
Ante el aumento del clima de efervescencia y la proliferación de los incidentes, fue el propio Boric quien marcó distancia ante el renacer de las movilizaciones de carácter más duro. “Los estudiantes que quieran dialogar van a tener las puertas abiertas, los que quieran quemar buses o utilizar medios violentos para defender sus reivindicaciones tendrán que responder ante la ley como corresponde”, dijo el mandatario.
“Nosotros venimos de las luchas estudiantiles y no nos olvidamos de aquello, y sería un sinsentido muy grande olvidar de dónde venimos. Los mejores resultados los hemos conseguido cuando el diálogo ha primado para llevar adelante estos objetivos”, señaló el jefe de Estado, en un llamado que también realizó el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila.
“La violencia no es el camino. Quien crea que a través de la violencia puede avanzar en sus reivindicaciones está equivocado y le hace un daño a su causa. En particular los casos de violencia que han sucedido los últimos días se le hace un daño a sus liceos y a sus comunidades”, cerró Boric, quien durante el inicio de su carrera política fue detenido en varias marchas y encabezó en 2009 la recordada toma de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile-
Sin embargo, los representantes de los centros de alumnos involucrados en las protestas han desoído las palabras del jefe de Estado e, incluso, lo han invalidado como interlocutor.
“Los dichos del presidente Gabriel Boric, por más que son comentados por los estudiantes, nunca han sido un real foco, porque Gabriel Boric no es una autoridad directa de nosotros”, dijo Diego Jaque, presidente del centro de alumnos del Instituto Nacional, uno de los establecimientos de mayor tradición en Chile, y considerado por años como orgullo de la educación pública.
“Lo que diga Gabriel Boric no es tan relevante como lo que diga la municipalidad, que es la que está a cargo de lo que pasa en el liceo”, añadió dirigente estudiantil, quien no descartó nuevas manifestaciones y que se sumen otros establecimientos del país.
Problemas internos
Las protestas estudiantiles irrumpen en un complejo momento para Boric, quien reconoció dificultades en la instalación de su gobierno durante su primer mes y medio de mandato. De hecho, él mismo ha calificado su llegada a La Moneda como “un despegue con turbulencias” para graficar la serie de errores no forzados y traspiés que ha debido enfrentar, y que rápidamente hicieron disminuir su popularidad del 50% al 36%.
Según la última encuesta de la empresa Cadem, la desaprobación de Boric superó su imagen positiva y llegó al 53%, mientras el pesimismo sobre futuro del país se impuso por primera vez sobre el optimismo desde el inicio de su gobierno. El sondeo se realizó tras el rechazo de los dos proyectos de ley que permitían a las personas retirar hasta el 10% de sus ahorros para las pensiones como una forma de enfrentar la actual crisis económica.
“Existe una sensación de que el gobierno no ha podido tener el control de la agenda, que es una herramienta fundamental de los gobiernos para poder gestionar. Esto se expresa en que, esa agenda de gobierno, la agenda política institucional, ha estado siempre de alguna manera tomada por otros actores”, analizó Marco Moreno, director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones Universidad Central.
“Ha habido una crisis de liderazgo y autoridad en general en quienes ocupan posiciones dentro del Gobierno pero especialmente en lo que ha ocurrido con la ministra del Interior, Izkia Siches”, señaló Moreno, en relación a los inconvenientes que ha experimentado la mano de derecha de Boric en el gabinete y que ha tenido relación con sus problemas para abordar el conflicto mapuche y algunas intervenciones en las que ha cometido errores y se ha visto dubitativa.
De hecho, esta semana la propia autoridad Boric tuvo otra prueba de fuego vinculada con las protestas de camioneros que bloquearon rutas y por la que debió invocar la Ley de Seguridad del Estado para instruir a la policía para desalojar las rutas ocupadas.
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