Estados Unidos rompe lanzas con China por el ciberespionaje
WASHINGTON.- El gobierno norteamericano abrió ayer un nuevo capítulo en su recurrente disputa con China por espionaje industrial y elevó la tensión a niveles nunca vistos: denunció a cinco altos mandos militares por "piratería informática" en perjuicio de empresas norteamericanas.
"Basta es basta", advirtió el fiscal general Eric Holder al presentar la sorpresiva acusación, según la cual, amparado por el gobierno de Pekín, el quinteto de espías actuó desde un edificio de Shanghai. Según Washington, los hackers penetraron las redes de un puñado de grandes conglomerados industriales y sindicales norteamericanos y les robaron "información valiosísima".
Entre las empresas perjudicadas están Alcoa World Alumina, Westinghouse Electric Co., Allegheny Technologies, U.S. Steel Corp., United Steelworkers Union y SolarWorld, todas ellas dedicadas a la energía nuclear y solar.
La tensión entre ambos países se trasladó a un terreno desconocido y de difícil retorno. "Esto es un disparate y exigimos la inmediata rectificación", respondió la cancillería china, que acusó a Washington de "saber mucho más que nadie de espionaje", una clara referencia al escándalo Snowden.
La presentación incluyó la difusión de una foto de los cinco militares chinos -dos de ellos, vestidos de uniforme, incluida la elegante gorra- sobre la que, a partir de ahora, se sobrepone la maliciosa leyenda de "buscado".
La denuncia asegura que las actividades en cuestión, realizadas "en el máximo sigilo", significaron "miles de millones de dólares" en pérdidas para industriales norteamericanos.
No es algo nuevo. En una estimación bastante amplia, The Washington Post calculó que, en conjunto y más allá de este caso específico, los daños industriales del ciberespionaje chino se sitúan "entre los 24.000 y los 120.000 millones de dólares".
El giro fue sorpresivo. Pero la administración intentó sembrar la idea de que, de ahora en adelante, lo que viene es mano dura para proteger a la industria local contra la piratería.
"Éste es el nuevo estándar'', dijo Bob Anderson, subdirector ejecutivo de la rama del FBI contra ciberdelitos. "Esto es lo que se verá en forma recurrente'', añadió.
Para muchos, la inédita denuncia judicial podría dar paso a una nueva forma de guerra comercial entre los dos gigantes de destino entrelazado. Pero, más en lo concreto e inmediato, se proyecta como un fenomenal cortocircuito diplomático entre las dos capitales.
"Estamos ante una denuncia que no tiene base", replicó de inmediato el gobierno de Pekín. El malestar fue creciendo y, molesto, el gobierno chino anunció su primera represalia. Por lo pronto, dio por "suspendidas" las tareas de un grupo binacional creado, justamente, para trabajar en los recurrentes problemas de ciberseguridad entre ambos países. Lo hizo en medio de acusaciones contra Washington y contra el gobierno de Barack Obama , al que reprochó ser "el que más sabe de espionaje".
Una obvia referencia a las revelaciones de que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) anduvo y anda vigilando comunicaciones en todo el mundo. Incluidas las de otros jefes de Estado.
La escalada siguió y el Departamento de Estado contestó con un cáustico "lamentamos mucho" esa suspensión. "Porque creemos en el diálogo y en la colaboración", según dijo la vocera de la cartera, Jan Psaki.
La denuncia de Holder parece un argumento de película. Cinco militares chinos trabajaron en secreto en un edificio de Shanghai. Hábiles piratas informáticos (hackers), desde allí penetraron en las redes de un puñado de grandes conglomerados industriales y sindicales norteamericanos, y les robaron "información industrial valiosísima". No todas las firmas perjudicadas, todas ellas dedicadas a la energía nuclear y solar. quisieron dar el nombre. Alguna prefirió quedarse en los pliegues del expediente.
A la hora de las identificaciones, los militares en cuestión fueron presentados como Wang Dong, Sun Kailiang, Wen Xinyu, Huang Zhenyu y Gu Chunhui. Los cinco integran la Unidad 61398 del Ejército de Liberación Nacional. Nadie sabe muy bien dónde están ahora, pero se supone que están en China.
Esperanza
La esperanza máxima del fiscal Holder es hacer que el expediente avance y lograr su extradición a los Estados Unidos. Pero como sabe que eso es bastante difícil, ayer se contentó con dejar en claro que, tal vez, su identificación y exposición pública "sirva para disuadir a otros".
Según la información distribuida aquí, no robaron cualquier cosa. "Lo que hicieron fue apropiarse indebidamente de información perteneciente a las empresas y organizaciones de trabajadores; datos que pudieron ayudar a empresas chinas a conocer estrategias y debilidades de las estadounidenses involucradas en litigios con el gobierno o empresas" del país asiático.
Las acusaciones de espionaje industrial han sido recurrentes en la relación bilateral entre ambas capitales. Washington dice que cree "en la competencia justa". Pekín, que siempre negó esos reproches, sostiene que todo esto es "absurdo".
Por lo pronto, se trata de un escalón más en uno de los capítulos más controvertidos de la difícil relación bilateral y, para el gobierno de Obama, una cuestión vital. La administración demócrata está desesperada por evitar la pérdida de posiciones industriales y la relocalización de empresas fuera de su territorio en favor de una producción de bienes con estándares más bajos y mano de obra barata.
"El éxito del mercado internacional se debe basar solamente en la capacidad de la empresa de innovar y competir, no en la capacidad de un gobierno patrocinador de espiar y robar secretos comerciales'', dijo Holder. Fueron conceptos que no dejaron duda sobre el significado y la gravedad del paso dado.
Un caso penal sin precedente
La presentación de Holder reabre un frente sensible entre Pekín y Washington
- "Es un caso en que alegamos espionaje económico por parte de miembros de las fuerzas armadas chinas"
- "Robaron información para competidores estatales chinos y también para compañías chinas" "Es la primera vez que se presentan cargos contra agentes de un Estado por este tipo de piratería"
- "Tenemos la esperanza de que el gobierno chino respetará nuestro sistema de justicia penal"
Del Editor: qué significa.Lejos del estereotipo de un espía glamoroso al estilo James Bond, hoy las principales tareas de inteligencia están a cargo de geeks.