El fisco español, en una cacería implacable contra nobles y famosos
Los inspectores apuntan a las muchas figuras que tributan a través de las polémicas "sociedades opacas"
MADRID.- Primero fue el argentino Leo Messi, a quien ser el mejor jugador del mundo no le valió para esquivar a los inspectores de Hacienda. Luego siguieron cantantes, actores, políticos, escritores, presentadores, más deportistas y hasta alguno con título nobiliario.
La Secretaría de Hacienda española, con su pelotón de inspectores fiscales, se puso en campaña para cazar a evasores fiscales. Muchas de sus capturas cayeron en rostros conocidos y respetados incluso fronteras afuera, al tratarse de protagonistas de conocidos espectáculos o grandes deportistas.
"No es que estemos empeñados en una guerra contra ellos. Es que son muchos los que en esos sectores han creado sociedades con el único objetivo de evadir cargas fiscales", aseguran directivos de la agencia recaudadora.
Con un reclamo de supuesto fraude por más de 14 millones de euros, la cantante colombiana Shakira figura, por estos días, en el top ten de las miradas. La cuestión llegó a los tribunales ordinarios, donde no parece estar yéndole muy bien en la pretensión de tener las cuentas claras y al día.
La persecución dio paso al sarcasmo. "Cuéntame qué ha pasado con el dinero", titularon varios diarios al informar de que los protagonistas principales de la exitosa serie Cuéntame cómo pasó, Ana Duato e Imanol Arias, fueron "cazados" por Hacienda.
A Imanol Arias se lo acusó de defraudar tres millones de euros, mientras que a Duato se le estimó una deuda de cerca de 800.000.
Todo por tributar a través de las llamadas "sociedades opacas", como se conoce a las entidades societarias que no tienen otro fin más que favorecer la evasión de contribuyentes.
"Son sociedades falsas", explicó José María Mollinedo, de la Asociación de Inspectores de Hacienda. "No es que esto sea una guerra. Lo que ocurre es que se ha detectado una proliferación injustificada de sociedades de este tipo", dijo.
La lista es larguísima y llamativa por los nombres. Entre los actores, además de Arias y Duato, están allí Javier Bardem, que suele llevar la marca de España a Hollywood, y Belén Rueda, que saltó a la gran pantalla con la recordada Mar adentro y ganadora de premios Goya, el galardón que distribuye la industria cinematográfica española.
También Carmen Macchi, otra ganadora del Goya, conocida por múltiples trabajos. Entre ellos, películas dirigidas por Pedro Almodóvar o la taquillera Ocho apellidos vascos, que satirizaba los conflictos de nacionalidades en España.
La aparición de actores que militan en el llamado "progresismo" entre los defraudadores enardeció a las redes sociales, con reproches de hipocresía. Sobre todo, luego de que desde la izquierda radical de Podemos se censuró al multimillonario Amancio Ortega -dueño de Zara y del grupo Inditex- por haber donado más de 500 millones de euros en equipos para el tratamiento del cáncer.
Pablo Iglesias, el líder de la agrupación, cuestionó ese donativo con la idea de que "una democracia digna no puede aceptar limosnas de los multimillonarios". Insistió también en que lo que España necesita es que "los ricos paguen impuestos que se traduzcan en hospitales" en lugar de aceptar donaciones.
Las redes ardieron. "Hasta ahora Ortega no ha sido denunciado por evasión. Pero muchos de tus militantes y promotores sí y no has dicho nada", le reclamaron a través de Twitter.
La puja entre los actores y el establishment viene de tiempo atrás. El exsecretario de Hacienda Cristóbal Montoro aseguró que los fondos públicos crecerían mucho si los actores que por entonces usaban las entregas de premios para discursear contra el gobierno de derecha del Partido Popular (PP) "pagaran sus impuestos".
Pero la lista de figuras públicas cazadas por supuesta evasión va más allá de los escenarios. Estrellas del fútbol, como los argentinos Lionel Messi, Ángel Di María y Javier Mascherano o el portugués Cristiano Ronaldo -considerado por la revista Forbes entre los cinco deportistas más ricos del mundo-, tuvieron problemas con el fisco.
Hasta el popular tenista Rafael Nadal tuvo que dar alguna explicación. Aunque el caso más sonado en ese frente lo tiene la catalana ex número uno del mundo Arantxa Sánchez Vicario, cuya deuda con Hacienda llevó a que se le embargara hasta el dinero que cobra por presentaciones o entrevistas pagas.
Cayeron también varios políticos del PP -eurodiputados que tributaban en Bruselas para pagar menos- y del socialismo, entre ellos el ministro Maxim Huerta, que le duró apenas una semana al presidente Pedro Sánchez. Huerta tuvo que renunciar al frente de la cartera de Cultura cuando aún no había terminado de sentarse en el sillón, al comprobarse que había tributado durante años a través de una de las llamadas sociedades opacas. "No era ilegal", insistió, antes de irse.
Prueba del celo español, la lista es inacabable. Ni siquiera faltan figuras con título nobiliario. Entre ellas, Borja Thyssen, el hijo de la baronesa promotora de uno de los museos más conocidos de Madrid, el Thyssen Bornemisza. Tres años de prisión y una multa por más de un millón de euros cada uno es lo que tienen pendiente el retoño Thyssen y su mujer, la actriz Blanca Cuesta.
Tanto ha crecido el fenómeno que es raro encontrar un número de revista del corazón que no incluya como noticia el "mal momento" de algún famoso con el fisco.
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