El intenso frío bate récords al norte de Europa
HELSINKI.- El norte del continente europeo, sobre todo la península escandinava, así como la Rusia oriental, sufrieron ayer las temperaturas más bajas del siglo, llegando a registrarse en Finlandia, Noruega y Suecia 51,5 grados centígrados bajo cero, al punto de congelar los termómetros de mercurio.
James Andrews, meteorólogo especializado en la zona de AccuWeather Internacional, dijo a La Nación que "la ola fría comenzó cuando un alto frío atmosférico se extendió al oeste de los montes Urales". Un viento helado aún más intenso se ubicó sobre el noroeste de Siberia, y se dirigió hacia el norte de Escandinavia, agregó.
En Siberia, anteayer se registraron -55,6º, y las autoridades decretaron el alerta rojo para evitar que la gente muera en las calles.
El fenómeno climático también fue percibido más al Sur, en los Alpes, donde se registraron las peores tormentas de nieve que se puedan recordar.
Termómetros congelados
Las temperaturas anotadas ayer en la zona ártica de Europa literalmente congelaron los termómetros de mercurio, que se solidifican a los -39º, por lo que hubo que medirlas con termómetros a base de alcohol. A tan pocos grados centígrado también puede suceder que un chorro de agua caliente arrojado al aire se congele antes de caer al suelo, como demostraba ayer un programa de la TVde Noruega.
Allí, la temperatura fue ligeramente más "cálida" que en el resto de la península escandinava, y el frío más extremo se registró en la provincia nórdica de Finnmark, donde llegó a los -51,2º. El récord nacional tuvo lugar hace 103 años, en 1896, con 51,4º. "Es el récord del siglo -aseguró Sigrid Naess, encargada del servicio meteorológico local-. Lo único que se puede hacer es quedarse en casa."
En el norte de Finlandia, en tanto, el récord nacional se registró por segundo día consecutivo cuando la temperatura cayó a -51,5º durante la noche, en Pokka, un pueblo del Norte.
"Es terrible salir a la calle", dijo a La Nación Anssi Miettinen, periodista del matutino Helsingin Sanomat, que vive en Helsinki, y que en días como éstos sólo asoma la nariz cuando no queda otra alternativa. En 25 años, Miettinen recuerda pocas ocasiones en que afuera "sólo se puedan recorrer tramos muy cortos, porque el viento gélido hace doler el rostro".
Casi una catástrofe
Aunque no se han denunciado muertos hasta ahora, un serio riesgo de congelamiento corrieron unos 5000 habitantes de las provincias al norte de Finlandia, cuando se interrumpió el suministro de energía eléctrica, dejando a la gente helándose en sus hogares, ya que la mayoría tiene calefacción eléctrica. "Afortunadamente volvió, porque habría sido una catástrofe", dijo Miettinen.
Al norte de Suecia, en tanto, la temperatura ayer bajó tanto en Karesuando, en la frontera con Finlandia, que las escuelas cerraron. Se estuvo cerca de romper la marca de -53º de 1941. "No creemos que la gente pueda salir hasta el fin de semana", dijo el vocero del Instituto de Meteorología e Hidrología de Suecia, Haldo Vedin.
En Siberia, donde se quebró el récord de 1969 (-54º), el servicio meteorológico local indicó que la temperatura promedio de enero en el área oscila entre los -12º y -22º. Cuando va más allá de los -43º se impone el alerta rojo por el peligro de que la gente muera congelada, y se interrumpe la jornada laboral y escolar.
"Por debajo de -40º la carne se puede congelar, y aunque en esa zona se tiene más resistencia al frío la gente nunca sabe lo que le podría pasar una vez cruzado el umbral", dijo Andrews. A ese respecto, en Dinamarca, Susana Fernández, una traductora argentina, dijo que "aquí a los niños se los acostumbra desde chicos a las bajas temperaturas", ya que es usual que los bebes duerman la siesta a la intemperie a -10º, bien cobijados con plumones.
Bajando hacia los Alpes, el frío ya se deja sentir. En Kassel, Alemania (a media hora de Dörtmund), el economista germano-argentino Harald Kühn indicó que "hacía tiempo que no vivía un invierno tan crudo". Más al Sur, en Davos, Suiza, las intensas nevadas llegan a bloquear puertas y ventanas, y se prevé aún más frío para la semana entrante.
El meteorólogo Andrews no desestima una vinculación de esta ola polar con otras distorsiones climáticas que han sacudido al mundo en los últimos meses, como El Niño, y su sucesora, La Niña, que causaron calores anormales y una ola fría a principios de enero en el hemisferio norte. Sin embargo, no les echa toda la culpa.
"Tampoco puedo decir si las anomalías obedecen o no a la mano del hombre", agregó.
Santa Claus
HELSINKI (Reuter).- Los habitantes del pueblo de Kittila, Finlandia, donde dicen que vive Santa Claus, están acostumbrados a los inviernos duros. Por eso insistían ayer en mantener sus actividades. Pero aunque los servicios públicos funcionaron normalmente, el centro de esquí local cerró por primera vez en la historia. Eso no había sucedido ni en enero de 1985, cuando la temperatura llegó a 50,4 grados bajo cero.
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