El PT se movilizó para inscribir como candidato a Lula, que permanece preso e inhabilitado
RÍO DE JANEIRO.- Demostración de fuerza. Respaldado por decenas de miles de simpatizantes, el Partido de los Trabajadores (PT) registró esta tarde ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) la cuestionada candidatura del encarcelado expresidente Luiz Inacio Lula da Silva para las elecciones del 7 de octubre, pese a que la legislación no permite que un ciudadano condenado penalmente compita por un cargo electivo.
Al filo de que venciera el plazo para la inscripción de las fórmulas partidarias, el PT anotó como aspirante a la presidencia a Lula y al exalcalde de San Pablo Fernando Haddad como vicepresidente. Según las encuestas, el exmandatario sería hoy quien más caudal de votos recibiría, en torno al 30%, muy por encima de los otros candidatos. La estrategia petista consiste en que, una vez que sea impugnado el nombre de Lula, Haddad asuma la titularidad y vaya finalmente acompañado por la joven líder del Partido Comunista de Brasil (PCdoB) Manuela D’Avila.
El trámite ante el TSE –que podría haber sido realizado por Internet- fue convertido en un evento proselitista por la cúpula del PT, que busca mantener viva en la opinión pública la figura del expresidente. En el acto sería leída una carta escrita por Lula en su celda de la superintendencia de la policía federal en Curitiba, donde cumple una condena a 12 años de reclusión por corrupción y lavado de dinero, en una causa vinculada a la operación Lava Jato.
É oficial! #LulaÉCandidatoAcompanhe em https://t.co/GP2HjC4ypapic.twitter.com/2BsxC0NiD6&— Lula (@LulaOficial) 15 de agosto de 2018
Según falló primero el juez federal Sergio Moro, de Curitiba, y luego el Tribunal Regional Federal de la 4º región, en Porto Alegre, Lula recibió de la constructora OAS un departamento tríplex en el balneario de Guarujá a cambio de garantizar a la empresa contratos con la estatal Petrobras durante su gobierno (2003-2010). En referencia al soborno en especie de esa causa, la fórmula petista a la presidencia –Lula-Haddad-D’Avila- ha sido apodada desdeñosamente como "fórmula tríplex".
La justicia electoral tiene ahora hasta el 17 de septiembre para rechazar cualquiera de las 13 candidaturas registradas, pero se cree que la impugnación de Lula llegará pronto para evitar introducir más dudas en unas elecciones de por sí ya muy inciertas. Varios de los siete jueces del TSE ya han advertido la importancia de respetar la llamada Ley de Ficha Limpia, que establece que cualquier persona condenada en segunda instancia por un órgano colegiado es inelegible para un cargo público.
La duda ahora dentro del PT no es si Lula se volverá inelegible, sino cuándo. Los estrategas de comunicación petistas sueñan con usar al máximo la imagen del expresidente –que dejó grabados varios anuncios antes de ir a prisión, el 7 de abril- durante el horario gratuito de propaganda en radio y televisión, a partir del 31 de agosto, con la idea que la transferencia de votos del electorado lulista sea más directa de Lula a su reemplazante. Pero sus planes pueden recibir un duro revés si el TSE se expide antes de fin de mes.
En ese caso, el equipo de defensa de Lula ya tiene preparados pedidos de medidas cautelares ante el Superior Tribunal de Justicia (STJ) y el Supremo Tribunal Federal (STF) para que se permita la candidatura de Lula "sub judice", es decir, mientras se espera que haya una sentencia fija de los tribunales superiores sobre la condena en segundo grado.
De las 13 candidaturas presentadas, además de la del PT se destacan la del Partido Social Liberal (PSL), que lanzó al diputado ultraderechista Jair Bolsonaro; la de la Red Sustentabilidad (Red), con la ecologista Marina Silva; la del Partido Democrático Laborista (PDT), que lleva al exgobernador de Ceará Ciro Gomes; y la del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), del exgobernador de San Pablo Geraldo Alckmin. De acuerdo a la última encuesta a nivel nacional de Datafolha, en junio, en un escenario sin Lula, Bolsonaro ocuparía la delantera de las intenciones de voto, con el 19% de apoyos, seguido por Silva (15%), Gomes (10%) y Alckmin (7%), mientras que el nivel de indecisos se mantendría muy alto, en torno al 33%.
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