“Escuelas abiertas”: un reclamo en ascenso en Chile y contactos con la Argentina
Una agrupación de padres y representantes exigen a las autoridades la reapertura de los colegios cualquier sea la fase de restricción; se comunicaron con el movimiento “Padres organizados”, de la Argentina
SANTIAGO, Chile.- Mientras en 2020 la discusión por el retorno a clases presenciales en medio de la pandemia del coronavirus estuvo circunscrita al ámbito político, gremial y de los expertos, este año irrumpe un nuevo actor en el debate público: los apoderados.
En la Argentina, el movimiento “Padres organizados” cobró visibilidad al ejercer una fuerte presión para la reapertura de los colegios; y en Chile se conformó el movimiento de apoderados “Escuelas abiertas”, que busca que los recintos educativos “sean lo último en cerrar y lo primero en abrir” en el contexto de la emergencia sanitaria.
“Que la educación presencial sea una prioridad nacional” es la consigna de este movimiento ciudadano, que los primeros días de abril comenzó a recolectar apoyo en distintas redes sociales para promover la apertura de los colegios en Chile.
“Lo que estamos buscando es que la educación no se asimile al resto de las actividades que son menos fundamentales y que no se catalogue dentro de una de las fases del plan ‘Paso a paso’, porque creemos que no podemos estar equiparando la educación de los niños en etapas cruciales, como son la primera infancia y la educación básica, a la apertura de restaurantes. No tienen ningún sentido”, explica al diario chileno El Mercurio Lucía Butazzoni, una de las fundadoras del movimiento.
En ese sentido, detalló que lo que pretenden es que “la educación sea lo último en cerrar, cuando ya no quede otro recurso; porque somos conscientes que cuando la transmisión comunitaria es alta o está descontrolada, va a ser necesario cerrar; pero luego de esa emergencia, cuando ya bajan los casos, que sea lo primero en abrir, y no que junto con los colegios abran los gimnasios, los restaurantes...”. “Nuestro mensaje no es ‘abramos en cuarentena’, sino que la educación presencial sea prioridad nacional, y eso abre a los matices que hay en cada una de las comunas y cada una de las realidades”, agrega.
Para eso –con el apoyo de varias fundaciones– se han preocupado, en primer lugar, de recopilar y difundir –a través de sus redes sociales y sitio web–, “de una manera que sea fácil de digerir”, distintos estudios “que avalan que los colegios no son lugares de propagación (del virus), sino de detección; que los niños contagian poco; que el 85% de los profesores ya está vacunado con las dos dosis; que el PIMS es un porcentaje muy muy bajo, y además los niños se contagian en sus casas...”, entre otros datos disponibles.
“Ha hecho mucha falta una campaña informativa real en base a la evidencia científica, y por eso formamos este movimiento; nos interesa que la gente entienda, que se amplíe el mensaje de que la educación no es un riesgo y que es lo primordial”, subraya y agrega que “el colegio no necesariamente cumple una función académica; en las escuelas públicas rurales los colegios son como el Cesfam (Centro de Salud Familiar) tienen psicopedagogas, asistentes sociales; entonces por qué va a estar cerrada la escuela cuando hay niños que necesitan asistir, necesitan alimentarse, que se detecte si son víctimas de abuso o violencia intrafamiliar”.
La agrupación publicó el viernes pasado, una carta, en que exponen su planteo a las autoridades, la que está disponible para firmar y que ya ha sido suscrita por más de 6000 personas. También evalúan la posibilidad de realizar otro tipo de acciones, sin descartar la vía legal. “Hay varias cosas que se pueden hacer en términos judiciales o administrativos, pero primero tenemos que ampliar lo más posible el mensaje”, señala.
Este grupo de padres expone en la carta que, de acuerdo con un estudio del Centro de Justicia Educacional de la Universidad Católica de Chile, en 2020, “los estudiantes de colegios públicos reportaron mayores problemas asociados a síntomas ansiosos y depresivos que sus pares de escuelas privadas”.
También se apoyan en datos del Ministerio de Educación chileno cuyos análisis arrojó que en un año completo de cierre, aquellos estudiantes de menores recursos podrían perder, en promedio, un 95% de lo aprendido, mientras que los estudiantes de mayores recursos perderían un 64%.
Contacto con el movimiento argentino “Padres organizados”
¿Cómo surgió este movimiento que cobró fuerza en los últimos días? Una de sus fundadoras señala que “Escuelas abiertas” se comenzó a articular en marzo pasado, tras el inicio del año escolar 2021. “Se gestó a partir de conversaciones entre varias personas, que nos empezamos a dar cuenta que la apertura de los colegios no estaba siendo equitativa... En marzo había como una sensación de que se volvía a clases, pero eso era una realidad que solamente estaban viviendo los niños de colegios privados o de particulares subvencionados, cuando casi toda la educación municipal no abrió, ni siquiera en fase 2 o superior (...) y nos empezamos a dar cuenta que, nuevamente, había una brecha enorme entre los que tienen más acceso y los más vulnerables”, Butazzoni.
El movimiento fue impulsado por cuatro mujeres de Santiago y Viña del Mar, que no se conocían previamente, pero descubrieron que tenían posturas similares a través de publicaciones que algunas de ellas realizaron por su cuenta. “Nosotras ni siquiera nos conocemos físicamente, nos hemos juntado por Twitter... y ahora tenemos un grupo de WhatsApp enorme con pura gente que no tenemos idea quiénes son, pero que están todos apoyando”, comenta.
Si bien el movimiento partió con apoderadas de colegios privados y particulares subvencionados, se sumaron padres que tienen a sus hijos en liceos y escuelas públicas. Lucía comenta que ya son cerca de 70 las personas, en cinco ciudades –Santiago, Viña del Mar, Valparaíso, Temuco y Castro–, que están “trabajando activamente, todos los días, generando contenido, analizando todos los estudios científicos que van saliendo, también gente que está contactando a las regiones, a centros de padres de los colegios y de las escuelas públicas para que se organicen, para que se empoderen”.
Esta agrupación chilena se puso en contacto con el movimiento “Padres organizados” de la Argentina, con quienes tuvieron una reunión por Zoom a principios de abril. “Con ellos nos sentimos más acompañados y con más apoyo, nos dieron varios consejos de qué hacer y qué no hacer, y así fuimos creciendo”, comenta Lucía.
Advierte que en Chile la apertura de los colegios se ha polarizado, y que “si tú quieres abrir, entonces al tiro te catalogan de que eres facha, y no tiene nada que ver, no por querer que los niños del país se eduquen entonces voy a ser una facha del rechazo, y eso ha costado visibilizarlo (...). A nosotros nos han dicho que somos madres asesinas, que estamos cansadas con los niños en la casa, entonces hay mucha gente que inhibe su opinión, personas que quieren abrir, pero no quieren que las insulten”.
En febrero, el gobierno chileno adelantó una semana el inicio de su campaña de vacunación para los profesores y trabajadores de la educación, sin embargo, pese a la inmunización de los maestros, la apertura de escuelas no es uniforme ni por regiones ni por comunas.
Pese a que el país lleva a cabo una ejemplar campaña de vacunación con más de de 13 millones de personas inmunizadas, los casos de contagio no dejan de aumentar y se mantienen fuertes restricciones. Chile es uno de los países con la cuarentena más larga del mundo desde el inicio de la pandemia.
El gobierno del presidente Sebastián Piñera anunció ayer un cambio en la estrategia de vacunación, priorizando las segundas dosis de la vacuna contra el Covid-19 debido a la lentitud del suministro y a la escasa protección de una sola dosis del suero de Sinovac, la más utilizada en ese país.
Diario El Mercurio/GDA
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