Los argentinos, entre la euforia de los voluntarios y el desinterés de los turistas
Miles de personas cruzaron la cordillera para ver de cerca a Francisco; entre los viajeros están los que prefieren el shopping
SANTIAGO, Chile. Están los argentinos fanáticos de River y los de Boca. Los que prefieren el mate y los que solo toman café. Los fervorosos defensores de un partido político y los que están en la vereda de enfrente. Y en estos días, en Chile, los que eligen al Papa y los que prefieren el shopping.
Así como sucede en la sociedad chilena, la llegada de Francisco a Santiago , en su sexta gira papal por América Latina, despierta sentimientos disímiles entre los argentinos en este país. Miles de personas cruzaron los Andes con la intención de ver y escuchar de cerca al papa Francisco, mientras que otros siguieron con sus planes de turismo o compras, más allá de la presencia de Jorge Bergoglio.
"Francisco es un papa muy cercano a los jóvenes y lo siento muy cerca. Me gustaría que nos dé un mensaje de paz y de unidad a los argentinos", dijo a LA NACION Daniel Albornoz, un estudiante tucumano de 20 años, desde el centro de acogida donde duermen desde anoche unos 200 voluntarios argentinos de los 500 inscriptos, número que sorprendió a las autoridades chilenas. El resto tiene hospedaje propio.
En ese centro, que fue instalado en el colegio Carolina Llona de Maipú, en las afueras de Santiago, los voluntarios coinciden en una palabra cuando se les pregunta qué le dirían al Papa: "Gracias".
"Gracias por ser tan humilde, un servidor de Cristo, por acercarse a los jóvenes y porque cambió mucho la Iglesia", expresó Daniel Albornoz. "Gracias por este sentimiento de unidad y fraternidad que hubo en este último tiempo, por incentivar a los jóvenes a salir, a hacer lío", sumó Florencia Pelozo (29), estudiante de Derecho correntina. "Gracias por ser Jesús en la Tierra, porque refleja mucho a Dios", le dedicó Agustín Rodríguez (26), estudiante mendocino.
"Muchas gracias. Por estar cerca", resumió Griselda González Mercado (45), una ingeniería química, cuya historia tiene una particularidad: fue voluntaria en la gira de Juan Pablo II a la Argentina de 1987, en una experiencia que -dice le "marcó la vida" y quiso repetir 31 años después. Griselda dijo que reza por Francisco, tal como pide el Papa, pero también porque vaya a la Argentina. "Me encantaría que fuera, pero no es que él vaya, sino que nosotros estemos preparados para recibirlo", opinó. "Me parece que estamos todavía buscando motivos para pelearnos; lo tironearíamos al pobre", agregó.
El hecho de que el Papa no haya venido a su país en los casi cinco años de pontificado es un tema que también mencionan los turistas argentinos en Chile, aquellos que al sacar su pasaje no sabían que su estada coincidiría con la del Pontífice. En muchos casos, ese dato los lleva a priorizar un día más de shopping o turismo antes que reservarse unas horas para ir a la misa que dará Francisco o seguir el recorrido del papamóvil.
Recién llegadas a Santiago después de casi dos semanas en Reñaca, cuatro amigas rosarinas fueron al shopping Costanera Center, meca de los compradores en esta ciudad, desde donde aseguraron casi al unísono: "No vamos a ver al Papa". No fue siquiera un tema de discusión entre Giuliana Finos (22), Agustina Novaro (23), Victoria Jansa (22) y Sofía Freire (27), que estarán dos días en la capital chilena con un solo objetivo: "compras", dijeron a coro y entre risas.
De los cuatro días que Claudio Tuymans, 59 años, y su mujer estarán en Chile en su primer viaje a este país, dos coinciden con el Papa. "Vamos a coincidir con el papa Francisco, lamentablemente. Por eso nos vamos lejos cuando llega él [a Valparaíso y Viña del Mar]", contestó, muy crítico. "Si es de la Argentina y no quiere venir a su país, no me interesa verlo", completó.
Leonardo Gómez Talamoni (52), su mujer, Marcela Melcon (44), y sus hijos, Miranda (19) y Conrado (13) vieron al papa Francisco en el Vaticano en una audiencia general durante su viaje a Europa. "Fue muy emocionante verlo, fue tremendo", recordaron. Sin embargo, el Pontífice, que anoche pasó con su papamóvil a unas cuadras del hotel donde se hospedan, no los convocó esta vez. "Estamos un poco desilusionados de que pasa tan cerca de la Argentina y no se hace una pasadita por allí", deslizó.
Más leídas de El Mundo
Dongguan. La decadencia de la ciudad china que fue considerada "la fábrica del mundo"
Con críticas a la censura. La película financiada por el Kremlin que se convirtió en un éxito de taquilla en Rusia
"El peor desastre". Inundaciones en el sur de Brasil: alerta por una represa que está al límite y puede romperse