Los pesos pesados de EE.UU. bajan al llano
WASHINGTON.- En las últimas horas de campaña de cara a las elecciones legislativas de mañana, republicanos y demócratas recurrieron el fin de semana a sus figuras partidarias para captar el apoyo de los votantes indecisos.
Incluso el presidente Barack Obama, del que la mitad del país tiene una opinión desfavorable según los últimos sondeos, buscó el voto para los candidatos demócratas en Detroit.
Los republicanos, en tanto, se han esforzado por presentar las legislativas de mitad de mandato como un plebiscito contra las políticas de Obama.
"Ésta es realmente la última oportunidad de Estados Unidos de juzgar a la administración Obama", dijo ayer Mitt Romney, derrotado por Obama en la carrera a la Casa Blanca de 2012, en la importante carrera por el Senado en Alaska.
Mucha mejor imagen que Obama tiene Hillary Clinton, ex secretaria de Estado y segura candidata demócrata en las presidenciales de 2016, que ayer apoyó a los candidatos en New Hampshire.
Quizás Clinton se enfrente dentro de dos años al republicano Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey, del que se espera que entre en la carrera electoral de 2016 y que pidió el voto para sus compañeros de partido en Carolina del Sur, Illinois, Maryland y Pennsylvania.
Otro posible candidato republicano en 2016, el senador de Kentucky Rand Paul, se subió al podio el fin de semana y atacó a Obama. "Tiene que haber un repudio a las políticas del presidente. El presidente de alguna manera está en las boletas", afirmó en su estado.
Los partidos recurren a los grandes nombres a nivel nacional en el sprint final de las elecciones de mañana, en las que están en juego qué partido controla la Cámara de Representantes y el Senado y el gobernador de 36 estados. Los republicanos, que seguirán controlando la Cámara, según todas las encuestas, necesitan ganar seis puestos en el Senado para obtener también allí la mayoría. Los sondeos de The Washington Post y de The New York Times cifran entre el 70% y el 95% las posibilidades de que el Senado cambie de manos.
Si los republicanos logran controlar la Cámara alta, los últimos dos años de Obama en el poder auguran más estancamiento legislativo por las disputas entre los partidos.
Obama pasó la última campaña de su mandato fuera de escena, lejos de las campañas más disputadas por el Senado, y muchos de sus compañeros partidarios que buscan ganar o retener una banca no han querido hacerse ni una foto.
Según un sondeo publicado hoy por el diario The Washington Post y la cadena ABC, sólo el 44% de los norteamericanos tiene una opinión positiva del presidente, que dejará el poder en enero de 2017.
El 50% de los encuestados dice tener una "opinión desfavorable" del presidente, señala el estudio demoscópico.
Los datos contrastan notablemente con el 49% que en enero tenía una impresión positiva y con el 60% que opinaba de esa manera al comienzo de su segundo mandato, en 2013.
Agencias DPA y EFE
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