Marcha por el empleo en España
MADRID.- El enfrentamiento entre el sindicalismo y el empresariado español cerró ayer un nuevo capítulo de una de las batallas de fondo más importantes de la actual crisis económica, al realizar las centrales obreras más importantes una marcha en favor del empleo que reunió en las calles de Madrid a más de 32.000 personas.
La convocatoria, llevada a cabo con una intensa campaña publicitaria, se transformó en la más importante demostración de fuerza contra la propuesta de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) de impulsar una profunda reforma laboral para reducir el elevado número de desempleados en el país, hoy cercano a los 4 millones (casi 18%).
Los organizadores de la manifestación, que tuvo su acto central en la Puerta de Alcalá, acusaron a la CEOE y a los sectores más conservadores del arco político de "buscar atajos" para agilizar el contraído mercado del trabajo, en especial a través del abaratamiento del despido, medida duramente criticada por los diversos oradores del acto.
A pesar de que ni los representantes de la Unión General de Trabajadores (UGT), ni el titular de las Comisiones Obreras (CCOO) responsabilizaron directamente al presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero por la tasa récord de desocupados y por la falta de señales claras para reactivar la economía, los líderes sindicales le pidieron al gobierno que antepusiera "hasta que sea necesario" las inversiones públicas y las garantías de protección social.
Ignacio Fernández Toxo, secretario general de las CCOO, le advirtió al Ejecutivo que "cumpla con su promesa" de conseguir que el salario mínimo interprofesional alcance al 60% del salario medio en el próximo período presidencial, y les exigió a las empresas que "canalicen sus excedentes" hacia el sector de la producción. "No es tolerable que en una situación de crisis las empresas del IBEX (indicador bursátil español) repartan 18.000 millones de euros en beneficios, cuando están despidiendo a sus trabajadores", protestó.
El titular de la UGT, Cándido Méndez, adelantó que en el "corto plazo" las uniones sindicales van a lanzar su cruzada en busca de soluciones para promover el empleo de los jóvenes, uno de los sectores más castigados por la falta de ofertas laborales.
Méndez calificó la marcha de "demostración de fuerza democrática para cambiar las cosas". Y, tras considerar la crisis una "enfermedad incurable del tuétano del sector financiero", llamó a los dirigentes de los sectores productivos a orientar la economía "hacia las personas y no hacia el dinero", aunque no descartó futuras negociaciones entre el gobierno y la CEOE.
"Exigiremos a los empresarios la búsqueda de alternativas a los despidos", señaló Méndez, tras lo cual se leyó un manifiesto de 12 puntos, entre los que se destacan la "reconsideración" del sistema fiscal español y la mejora de los subsidios a los desocupados.
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