Benjamin Netanyahu y Benny Gantz, otra vez las opciones en Israel
El premier busca ser reelegido; el general quiere darle el gobierno a la izquierda, tras diez años
TEL AVIV (ANSA).- Los israelíes irán hoy a las urnas, por segunda vez en el año, para confirmar como premier a Benjamin Netanyahu o darle una oportunidad a su gran rival, Benny Gantz, integrante de una alianza de centroizquierda. El desafío final está cerca, si bien, con toda probabilidad, será necesario estar atentos a las negociaciones después de la votación para conocer con certeza al próximo primer ministro de Israel.
Tanto el partido Likud, de Netanyahu, como el Azul y Blanco, de Gantz, están parejos en los últimos sondeos: 32 escaños para cada uno sobre los 120 de la Knesset (Parlamento). Por eso, ni siquiera ayer escatimaron esfuerzos ni intervenciones públicas o en las redes sociales para estimular a sus respectivas bases electorales y, especialmente, para inducir a los indecisos a elegir. La afluencia a las urnas será sin duda un dato determinante.
No por casualidad Netanyahu y Gantz apuntaron directo a los electores recurriendo a mensajes claros en las últimas horas previas al voto.
Netanyahu cerró cada discurso con la frase: "Solo un gran Likud impedirá un gobierno de izquierda y solo un gran Likud mantendrá a la derecha en el poder. Vayan a votar al Likud". Según su "mantra", un gobierno de Gantz no solo será de izquierda, sino que englobará a representantes de los árabes israelíes como Ayman Odeh, de la Lista Árabe Unida, acusada de fraude.
Y no es casual que incluso ayer, haciendo un guiño a la ultraderecha, el premier haya confirmado su voluntad de anexar, si fuera reelegido, el Valle del Jordán y los asentamientos judíos en Cisjordania. "Todos", insistió, incluido el de Hebrón, una populosa ciudad palestina donde vive un pequeño grupo de israelíes.
Gantz, que según algunos analistas afinó su estrategia respecto de las elecciones de abril pasado, respondió golpe por golpe. "Bajo mi gobierno Azul y Blanco cambiará la dirección de Israel hacia una mayor democracia. Basta a las divisiones que apuntan a separar para gobernar", sostuvo. Este llamado a la unidad del país devino uno de los caballos de batalla de Gantz. En el plano político, implica un gobierno de unidad para superar el estancamiento de una coalición que no tendría la mayoría necesaria en el Parlamento.
Según analistas, el nacionalista laico Avigdor Lieberman estaría dispuesto a apoyar a Gantz con sus 9 escaños previstos en los sondeos, lo que le permitiría gobernar. Otra posibilidad para Gantz podría ser la de un gobierno nacional con el Likud, pero sin Netanyahu. "Se tomarán medidas rápidas para formar un gobierno de unión", explicó Gantz. Agregó que "será en interés de todos los israelíes" y no "de algunos grupos", como los partidos religiosos o los habitantes de los asentamientos de los que, a su juicio, se aprovecha Netanyahu.
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