Ofensiva chavista para neutralizar las imágenes del éxodo: repatrió a 86 venezolanos desde la Argentina
CARACAS (Para LA NACION).- En el marco del plan puesto en marcha por Nicolás Maduro como parte de la contraofensiva propagandística del chavismo para mitigar las imágenes del éxodo que recorren el mundo, un grupo de 86 venezolanos regresó a Caracas desde la Argentina en un vuelo fletado por el gobierno.
Con este primer contingente llegado desde Buenos Aires dentro del bautizado Plan Vuelta a la Patria, son casi 3000 los venezolanos repatriados desde Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Chile, la República Dominicana y Brasil. De este último país proceden 2437 emigrantes, la mayoría por tierra, tras los incidentes xenófobos que se suscitaron en la zona fronteriza durante agosto.
La embajada venezolana en Bogotá preparaba otro grupo "que manifestó sus necesidades de regresar a la patria de Simón Bolívar y Hugo Chávez", según comunicó la propia legación diplomática.
Una pequeña comitiva, incluso con banda musical, recibió a los regresados desde la Argentina. "Todos sabemos lo que pasa cuando un país está endeudado con el Fondo Monetario Internacional [FMI]. Ellos tienen su sistema para trabajar y el país poco a poco se está ahorcando. Nosotros llegamos con el dólar en 27 pesos argentinos y ya va por 40", criticó a la televisión pública Ernesto Velásquez, tras saludar puño en alto, repitiendo así mensajes parecidos a quienes lo precedieron en otros viajes.
Partió avión con los 86 venezolanos que regresan desde Argentina con Plan Vuelta a la Patria https://t.co/GTkIRHdR2vpic.twitter.com/yhyWjg5IoL&— Noticias Venezuela (@NoticiasVenezue) 13 de septiembre de 2018
Desde la comunidad de emigrantes en Perú se criticó con dureza a estos venezolanos, no tanto por el regreso (las condiciones laborales son difíciles para quienes emigran) como por las circunstancias de algunos de ellos, que habrían mentido en sus manifestaciones para inventarse una esclavitud en la que no vivían. El gobierno bolivariano adelantó que emprenderá acciones internacionales para denunciar "el trabajo esclavo, la xenofobia, los delitos de odio y el maltrato brutal en contra de mujeres y chicos venezolanos" en los países de acogida.
"No hay nada como el país de uno, me siento orgullosa de regresar. Yo llegué a la Argentina con deseos de trabajar y no pude por la edad. Acá en Venezuela hay bastante protección y consideración a las personas de la tercera edad", se justificó María Delgado, también ante las cámaras de la televisión gubernamental. Otra afirmación que contrasta con la realidad: desde hace varias semanas, los jubilados repiten colas kilométricas frente a las entidades bancarias para obtener en efectivo el dinero de sus pensiones, que supone entre 18 y 29 dólares a los cambios actuales.
Entre 2,3 millones (según la ONU) y cuatro millones de venezolanos (según el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional) huyeron de la crisis social, económica y política que sufre el país caribeño, "un movimiento transfronterizo que no tiene precedente en la historia reciente de América", como ratificaron las Naciones Unidas.
Este plan puesto en marcha por el chavismo forma parte de la contraofensiva propagandística de la revolución en un intento de mitigar las imágenes que han llenado noticieros y diarios en las últimas semanas en toda la región. Maduro profundizó en los últimos días su relato de la Venezuela perfecta, "muy exitosa en lo social y campeones mundiales en política", aquella en la cual los emigrantes solo huyen del paraíso engañados y "con el bolsillo lleno de dólares".
"Lo mínimo que llevan son 5000 dólares. Hay que ver lo que es la campaña contra Venezuela. Yo la califico de estúpida, porque nos quieren imponer una crisis humanitaria de emigración", añadió el presidente, que dice que está convencido de que con las "falsas informaciones" sobre el éxodo masivo de su pueblo se busca un golpe de Estado o la invasión imperialista. El gobierno solo reconoce la salida de 600.000 personas, de las cuales el 90% están arrepentidas, según Maduro.
Como tantas veces ocurre en la Venezuela bolivariana de las dos dimensiones, la oficial tan distante de la real, el discurso gubernamental pretende tapar el sol con las nubes de la propaganda. Durante la crisis de agosto, cuando medios de todo el mundo recogieron las imágenes de los venezolanos transitando a duras penas por las rutas de Colombia y Ecuador, el principal obstáculo de los que huían de la gran crisis era que ni siquiera llevaban dinero para pagar el transporte. Con la nueva reconversión monetaria, un venezolano debe trabajar 14 años para reunir los 5000 dólares con el salario mínimo impuesto por el gobierno. Si cambiase en el mercado paralelo, como hace la inmensa mayoría, la espera se prolongaría durante 23 años.
Luis Almagro, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), acude a Cúcuta, la principal ciudad fronteriza entre Colombia y Venezuela, que en los últimos días vuelve a hervir con el paso diario de entre 40.000 y 50.000 personas. La última medida de las autoridades venezolanas es la instalación de un equipo de altavoces que emiten música llanera, la favorita de Hugo Chávez.
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