La mesa chica del presidente uruguayo, con nombres ya conocidos

MONTEVIDEO.- Del comando electoral al gobierno hay un trecho, y quienes ocupaban sillas en las reuniones de los lunes junto al entonces candidato blanco sabían que, en caso de ganar, sus papeles podrían esfumarse, mantenerse o redefinirse.

Hoy está claro que Luis Lacalle Pou no se desprenderá de sus colaboradores más fieles. Nicolás Martínez y Roberto Lafluf seguirán siendo el dúo que acompañará todas las decisiones del presidente.

Martínez seguirá siendo su secretario personal y el publicista Lafluf lo asesorará -aún no están del todo resueltas las formalidades- en la comunicación estratégica y la imagen presidencial.

A su vez, según adelantó Lacalle, será parte de su "mesa chica" y trabajará junto a él en la Torre Ejecutiva, la sede del poder ejecutivo en Uruguay, otro hombre que ya colaboró durante la última campaña electoral: Juan Seré. El empresario, amigo personal del ahora mandatario, tendrá un papel articulador en los proyectos que combinen la participación de distintos organismos.

En la sede presidencial, naturalmente, trabajarán también el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, y el prosecretario Rodrigo Ferrés.

Delgado, veterinario de formación, será el principal negociador político de Lacalle y el responsable de dirigir y armonizar el gabinete ministerial. El abogado Ferrés, en tanto, que conoce al ahora presidente desde la infancia, garantizará los aspectos jurídicos de los documentos presidenciales.

Lacalle Pou también integrará a su esposa, Lorena Ponce de León, y confiará en Aparicio Ponce de León el papel de vocero presidencial. En relación con la comunicación, el presidente tiene previsto recurrir al vocero para evitar el desgaste mediático, pero asegura que será un mandatario "muy cercano" y que algunos temas, como las primeras decisiones en seguridad, las comunicará directamente él.

Para asegurarse el contacto con el territorio y mostrar su intención de tener una "presencia activa", el nuevo presidente tiene previsto viajar sin anunciarse, una vez por semana, a algún sitio del país.

El País