¿Quién es Diego Sánchez, el argentino nombrado por Barack Obama?
El argentino universitario de 22 años fue citado por el presidente de EE.UU. como un ejemplo sobre la necesidad de la nueva ley migratoria
Diego Sánchez, es uno de los 11 millones de "dreamer'' que tiene Estados Unidos. Con 22 años, el joven universitario argentino fue nombrado esta mañana por el presidente Barack Obama al momento de defender la reforma migratoria que impulsa en el Congreso.
El mandatario estadounidense citó a Sánchez como un ejemplo de los jóvenes que llegaron de niños al país sin papeles y podrían regularizar su situación migratoria con la reforma sobre los inmigrantes.
"Diego, que llegó al país a los tres años y se enteró de que era ilegal cuando estaba en la escuela secundaria. Ahora, Diego se graduará con honores de la universidad y él quiere contribuir con el país que ama. ¿Qué es lo más racional entonces para ayudarlo?", afirmó Obama, y destacó que el estudiante ingresó en el programa de acción diferida impulsado por su gobierno, que le permitirá adquirir un status legal.
En el minuto 18 del video, el presidente Barack Obama cita al argentino Diego Sánchez como ejemplo de los beneficios de una nueva ley migratoria
Oriundo de la provincia de Chaco, Diego Sánchez arribó con visa de turista en 1999 a Estados Unidos junto a sus padres y dos hermanas "con la intención de luchar por el futuro de toda la familia", dijo su madre, Alejandra Saucedo, en diálogo con Télam desde el estado de Florida.
"Pero no sabíamos que nos íbamos a encontrar con tantas trabas. La más grande fue cuando mi hijo terminó la secundaria y no pudo seguir estudiando", contó Sucedo.
Sin bajar los brazos
"Nunca bajamos los brazos, él nunca tuvo miedo, y empezamos a hablar con las universidades hasta que la Saint Thomas University de Florida nos abrió las puertas", recordó la mujer de 43 años, una de las líderes de la organización "Madres de Soñadores" en los Estados Unidos.
Sin embargo, la lucha de los Sánchez y sus tres hijos continuaría día a día, ya que para que Diego pudiera obtener su actual título en Filosofía y Psicología tuvieron que "hacer de todo, vendimos hasta 400 empanadas por fin de semana para poder pagar la facultad", contó Salcedo.
"Fue un sacrificio, porque al ser indocumentado tuvo que pagar una cuota de estudiante internacional 4 o 5 veces más cara que una regular", pero él hizo valer la pena lo que nosotros nos sacrificamos para llegar a donde está", agregó. "Él me demostró que sí se puede", agregó la argentina, repitiendo el eslogan de campaña electoral de Obama utilizado por la comunidad hispana en el país.
Entre todos los invitados presentes este mediodía en la Casa Blanca, Obama optó por mencionar la historia de Diego, un "soñador que había hecho todo bien, no se había metido en problemas, se había destacado en clase, contribuido a su comunidad, sintiéndose esperanzado sobre su futuro y de repente, se entera que tiene que vivir con el temor de la deportación".
"Tiempo después, su destino cambió cuando escuchó que íbamos a ofrecer una oportunidad para los jóvenes como él de salir de las sombras, fue y se anotó", dijo el presidente en referencia al programa DACA (Acción Diferida para Inmigrantes que Llegaron en la Infancia, en español) anunciado por el gobierno un año atrás y del cual el argentino resultó beneficiario hace apenas un mes. Su testimonio es, además, un reflejo de lo que padecen a diario las familias inmigrantes con integrantes que todavía no pudieron regularizar su estatus.
Hasta hace sólo días y debido a que no pudo acceder a la residencia como sus hermanas por ser mayor de 18 años, Diego compartía el miedo de ser deportado junto a su padre, quien ahora es el único que continúa indocumentado.
Honrado por se un ejemplo
"Estoy muy honrado por haber sido citado como ejemplo pero la realidad es otra", advirtió sin rodeos el defensor de los derechos de los inmigrantes. "Sabemos que las personas siguen siendo deportadas, muchísimas personas que no tuvieron la misma oportunidad que yo, que no pudieron egresar de sus estudios", subrayó.
Por eso, lo que ocurrió hoy en la Casa Blanca "a uno le da más fuerza, más energías, porque a veces te desanimás porque están pasando cosas todo el tiempo, cosas antiinmigrantes, y esto te reanima a seguir luchando por la reforma", añadió.
"Es un honor que el presidente Obama haya tomado mi caso como ejemplo", dijo a Télam el estudiante argentino de 22 años, luego de que Obama lo nombrara durante su discurso en apoyo a la rápida aprobación de la reforma inmigratoria.
"Esto es el resultado de una lucha de todos los soñadores [jóvenes indocumentados que llegaron de niños al país] que están luchando por la reforma hace varios años", agregó Sánchez, uno de los 11 millones de indocumentados que se beneficiarían de la regularización que contempla el proyecto de ley y que estuvo presente en el acto que realizó Obama en defensa de la reforma que desde hoy es discutida en el Senado.
En el acto, en el que Obama fue acompañado de oven nigeriano, también estudiante indocumentado, y de líderes empresariales y sindicales y funcionarios policiales, el mandatario advirtió que los que se oponen a la ley "tratarán de inyectar miedo" en el debate del Senado.
Cuando eso ocurra, Obama pidió pensar en el nigeriano, Tolu Olubunmi, y el argentino Sánchez. "Ellos quieren entrar en la historia estadounidense", expresó Obama, que le pidió a los ciudadanos que llamen y escriban a los miembros del Congreso para forzarlos a "hacer lo correcto". Reconoció que el proceso marcado en la legislación "no será rápido", ya que llevará "al menos 13 años hasta que la gran mayoría de estos individuos puedan solicitar siquiera la ciudadanía".
"En las próximas semanas, ustedes escucharán cómo algunos de los oponentes de la reforma migratoria tratan de inyectar miedo y crear divisiones, y difundir los mismos viejos rumores y mentiras que hemos escuchado otras veces", afirmó. Cuando eso ocurra, Obama pidió pensar en el nigeriano Tolu Olubunmi y el argentino Diego Sanchez, dos jóvenes indocumentados, conocidos como "Dreamers" en el país, que comparecieron hoy junto a él en la Casa Blanca.
"Ellos quieren entrar en la historia estadounidense", indicó Obama, que pidió que los ciudadanos llamen y escriban a los miembros del Congreso para presionarles a "hacer lo correcto". Reconoció que el proceso marcado en la legislación "no será rápido", ya que llevará "al menos 13 años hasta que la gran mayoría de estos individuos puedan solicitar siquiera la ciudadanía".
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