Se extienden en China las críticas al régimen por la gestión de la epidemia viral
PEKÍN.- Mientras aparecían las primeras críticas contra el régimen de Xi Jinping por su manejo de la crisis sanitaria, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) viajaba a China para reunirse con autoridades y expertos en salud que intentan contener el virus, que ya mató a 82 personas e infectó a más de 2700, 40 de ellas en otros países.
China despertó ayer con la noticia del primer muerto en Pekín, la capital, un día después de que la OMS corrigiera el riesgo global de "moderado" a "alto". En un informe de situación, señaló que su consideración de la amenaza que presenta el virus a nivel internacional no había cambiado desde el 22 de enero y que los comunicados del 23, 24 y 25 de este mes habían "consignado erróneamente el riesgo a nivel global como moderado".
La semana pasada, la OMS había decidido no declarar la emergencia internacional, aunque Tedros Adhanom Ghebreyesus, el director general de la agencia, aseguró que estaban dispuestos a reconsiderar su decisión si la situación cambiaba. Ghebreyesus dijo que su viaje a China tiene el objetivo de "comprender los últimos desarrollos y fortalecer [la] alianza con China para proveer más protecciones contra el brote". Varios expertos critican la estrategia de cuarentena adoptada por el régimen (ver aparte).
Mientras tanto, la crisis en Wuhan comenzó a golpear a los líderes políticas. Zhou Xianwang, el alcalde de la ciudad epicentro del último brote de coronavirus, dijo en una entrevista con el canal del Estado que el manejo de la epidemia no había sido "lo suficientemente bueno" en la ciudad y se ofreció a renunciar a modo de "disculpa", si eso ayudaba a contener el virus. "Impusimos un bloqueo en la ciudad para cortar la expansión, pero es probable que terminemos con una mala reputación", se lamentó Zhou.
En tanto, las redes sociales se hicieron eco del descontento que provocó el discurso del alcalde: muchos consideraron que Zhou tenía una imagen demasiado positiva de su manejo de la epidemia. Los comentarios sorprendieron, ya que China suele ejercer una rígida censura en internet.
En la provincia de Hubei, Wuhan, bajo una estricta cuarentena, lucha a capa y espada contra el coronavirus. Mientras avanza rápidamente la construcción de dos hospitales -que las autoridades pretenden terminar en 10 días y que proporcionarán miles de camas para aliviar la presión sobre el sistema municipal de salud, colapsado-, en internet circulaban videos de residentes gritando "vamos Wuhan" desde sus ventanas. Esas mismas palabras brillaban anoche en un edificio frente al río Yangtse.
Las autoridades comunistas redoblaron sus esfuerzos para controlar el virus mortal. Los centros de control y prevención de enfermedades virales del país confirmaron que el virus se originó en animales salvajes vendidos en el mercado de mariscos, que, se sospechaba, era el origen del virus. Entre las muestras ambientales se detectaron 33 casos positivos de coronavirus.
El primer ministro chino, Li Keqiang, visitó Wuhan para "investigar y guiar" los esfuerzos de contención y "reunirse con pacientes y personal médico en la primera línea de defensa [contra la epidemia]". En fotografías oficiales se ve a Li con una bata de plástico azul y un barbijo del mismo color que cubre su rostro. Fue la primera visita de un dirigente del régimen comunista a la ciudad desde el comienzo de la epidemia, en diciembre.
Además, se decidió extender los feriados hasta el 2 de febrero, con la esperanza de que eso disminuya los viajes y ayude a "reducir las reuniones masivas" y "bloquear la expansión" del virus, según un comunicado oficial.
Las festividades por el Año Nuevo chino son un período de temporada alta de viajes en el que muchos atraviesan el país para encontrarse con familiares y amigos.
Estas últimas medidas se suman al implacable cordón sanitario que dejó en cuarentena a más de 50 millones de personas, el cierre de escuelas hasta nuevo aviso y la cancelación de tours turísticos a nivel nacional. Otros países hacen lo que pueden para defenderse de la epidemia: Mongolia cerró su frontera con China y Malasia prohibió que personas de la provincia de Hubei ingresen en su territorio.
Sin embargo, las críticas continúan y algunos especialistas temen que el régimen escatime información que podría ayudar a prevenir y contener el virus a nivel global.
En referencia a la inevitable comparación entre el manejo del brote de SARS en 2002 y la actual epidemia, Mary Gallagher, una politóloga especialista en China, dijo que "hubo más mejoras en el aspecto científico duro -el descubrimiento del genoma del virus, la construcción de nuevos hospitales apenas fueron necesarios- que en la parte blanda de la ciencia: administrar la información y tratar con personas".
En China, el pico de la epidemia llegaría en abril, según un equipo de expertos de Hong Kong. En las ciudades más grandes podría haber hasta 150.000 nuevos casos diarios.
Trump le ofreció a Xi "cualquier ayuda necesaria"
En medio de la rápida propagación que tiene el virus originario de China, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, manifestó su preocupación sobre el coronavirus y ofreció "cualquier ayuda que sea necesaria" para controlar el brote.
"Estamos en una comunicación muy estrecha con China sobre el virus. Hay muy pocos casos reportados en Estados Unidos, pero estamos muy atentos. Les ofrecimos a China y al presidente Xi cualquier ayuda que sea necesaria. ¡Nuestros expertos son extraordinarios!", escribió el presidente estadounidense en su cuenta de Twitter.
Desde su llegada a la Casa Blanca, en 2017, Trump mantuvo varios choques con el gigante asiático, que incluyeron una guerra comercial que se extendió durante 18 meses.
Agencias AFP, DPA, ANSA y Reuters
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