Siria redobla su desafío al admitir que recibió los misiles rusos
Israel había advertido del peligro del envío de armas; "Hay presión para combatir en el Golán", dijo Al-Assad
BEIRUT.– Las posibilidades de hallar una solución al conflicto sirio se alejaron ayer con la confirmación del régimen de Bashar al-Assad de que recibió misiles antiaéreos rusos S-300 y con el anuncio de la oposición de que no asistirá a la conferencia de paz de Ginebra por la implicación de Irán y de la milicia chiita Hezbollah en la guerra.
En una entrevista con el canal libanés Al-Manar, afín a Hezbollah, Al-Assad señaló que un primer cargamento de los misiles rusos ya llegó a Siria y anunció que pronto recibirá un nuevo envío.
Tras conocerse esta semana la decisión de la Unión Europea de levantar la prohibición del envío de armas a Siria, Moscú reveló que su contrato de venta de armas a Damasco seguía en pie, por lo que entregaría al régimen misiles S-300 de largo alcance.
Tanto el anuncio de Bruselas como el desafío de Moscú fueron vistos por observadores internacionales como el inicio de una carrera armamentista en Medio Oriente y un impulso a la regionalización del conflicto que vive Siria desde hace más de dos años y que ya se cobró más de 90.000 muertos y decenas de miles de desplazados.
Esa carrera, además, pondría en peligro los esfuerzos por solucionar el conflicto mediante el diálogo.
Nada más conocer el desafío de Moscú, Israel advirtió que no permitiría que Damasco tuviera un poder de fuego capaz de amenazar su seguridad. El sistema de misiles S-300 puede interceptar aviones tripulados y misiles dirigidos y tiene un alcance de hasta 300 kilómetros.
A Israel también le preocupa el hecho de que Hezbollah, financiada por Irán y ahora vanguardia armada de Al-Assad, reciba armamento a través de territorio sirio.
De hecho, el ejército israelí atacó recientemente objetivos militares en Siria aunque no lo reconoció oficialmente. El ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, advirtió el lunes pasado que el gobierno no se quedaría de brazos cruzados si los misiles rusos llegaban a Damasco.
"Desde nuestro punto de vista –dijo Yaalon– es una amenaza [la entrega de misiles]. Si los envíos se confirman, sabremos qué hacer."
El viceministro de Exterior ruso, Sergei Riabkov, señaló por su parte esta semana que esos misiles antiaéreos son un factor de "contención y estabilidad" contra una posible injerencia externa en el país árabe.
En la entrevista con el canal libanés, Al-Assad insistió en que se presentará a las elecciones de 2014, "si la gente lo quiere".
La presencia rusa
El gobernante sirio destacó que las fuerzas gubernamentales, con el apoyo de Hezbollah, lograron importantes avances en las últimas semanas, lo que a su juicio inclinó la balanza en el terreno castrense a favor de las fuerzas gubernamentales.
"El ejército sirio está librando batallas frente a grupos armados y continuará hasta la eliminación de los terroristas", afirmó el presidente, quien reafirmó que Siria y Hezbollah están en el mismo campo.
Al mismo tiempo, advirtió a Israel que el ejército sirio responderá a cualquier agresión en su territorio, en alusión a los supuestos bombardeos israelíes contra instalaciones militares. "Hay mucho entusiasmo, una presión popular en Siria e incluso en el mundo árabe por abrir el frente del Golán y respaldar allí al ejército sirio."
Para el analista militar Mohammed Qadri Said, el régimen sirio pidió los misiles S-300 para afrontar las injerencias israelíes en su espacio aéreo, y ante la eventualidad de que se establezca una zona de exclusión aérea dentro del país.
Said explicó que, sin embargo, se necesitará tiempo para integrar esos misiles en el sistema de defensa aérea sirio y también para formar a los técnicos encargados de utilizarlos.
El analista recordó que Rusia apoya al régimen sirio a cambio de que le garantice la presencia militar en el Mediterráneo, y apuntó que esa necesidad recíproca puede permitir que Al-Assad se mantenga más tiempo en el poder.
Ginebra, en el aire
De acuerdo con las declaraciones de Al-Assad difundidas ayer, el régimen participará en la Conferencia de Ginebra II, prevista para junio y propuesta por Washington y Moscú para buscar una salida política al conflicto.
En esta conferencia, que pretendía sentar a la mesa de negociaciones al régimen y la oposición, no estará presente la Coalición Nacional Siria (CNS).
La principal alianza opositora indicó que no acudirá a ninguna conferencia internacional debido a la presencia de combatientes de Irán y de Hezbollah en Siria, especialmente en la ofensiva gubernamental contra la ciudad de Al-Qusayr.
En una conferencia de prensa celebrada en Estambul, George Sabra, líder de la coalición opositora, instó a la ONU y a la Liga Árabe a que actúen inmediatamente para detener las masacres en el país.
Agencias AP, AFP, EFE y Reuters
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